Frío y dulce

-Sabes que eso es mentira-le repuso el muchacho arrugando levemente el ceño-. Cuando decidiste irte llegamos a un acuerdo ¿recuerdas? Seríamos amigos... Y.. yo esperaba que fuera así...-Bal empezó a juguetear con la cuchara sobre la superficie casi derretida del helado-. No podías dudar de que quisiera verte si el último día te dije que si quería...

-En muchas ocasiones se dicen o hacen cosas que no se desean…aunque solo sea por un minimo aprecio Bal…yo…estaba confuso, estoy confuso…me duele el corazón aunque no lata…y no se por que es…no se por una y otra vez, acabo por quedarme solo…aunque desee estar con alguien, acabo por alejarlos de mi o ellos mismo desean que no retorne…

Cerro los ojos, intentando controlarse en el sonido que creaba Bal al juguetear con el helado…como un modo de tranquilizarse…

El muchacho rascó la superficie del helado y volvió la vista lentamente hacia él.

-Dime, Darah. Qué cosas has hecho o dicho que no deseabas y que me incumben a mi-le preguntó con suavidad, escutrando en sus ojos cualquier atisbo de lo que fuera. Hacía tiempo que habia dejado de leer en la mirada de nadie nada, había perdido el interés.

-¿Insinuas que yo pude decir algo que era mentira solo para que te quedaras tranquilo... o lo hiciste tu conmigo?

-Ambas cosas…

Susurro muy bajo,casi inaudiblemente, aun sin mirarle,y habiendo doblado la cuchara por la fuerza que hacia en las mano…

El muchacho notó como algo dentro de su estómago se doblaba, resintiéndose levemente pero lo suficiente como para tener que meditar profundamente qué decirle a continuación. Le miró, dolido, ¿por ambos? Sin embargo la posibilidad de que el vampiro creyera que había hecho algo para no hacerle sentir mal no era tan poderosa como saber que había sido también al revés.

-Entonces te repito la pregunta, qué has dicho o hecho tu que me afecte de esa manera...-volvió a decir con voz monocorde.

Darah no respondió, se limito a quedarse en silencio, a escuchar los movimientos del hibrido, su respiración algo agitada…y el corazón latiéndole mas fuerte…incluso el hecho de que había cesado de juguetear con el helado…

-¿Por qué quieres saber algo que ya de por si te crea dolor sin escucharlo?...

El muchacho se levantó del sofá para poder verle de frente. Se quedó unos segundos con la vista fiera y clavada en sus ojos.

-Porque me está dando la sensación de que me has utilizado, y quiero comprovar si es cierto, y si lo es, hasta qué punto-dijo Bal endureciendo levemente sus facciones de eterno niño que se iban ensombreciendo a medida que pasaban los segundos-. Qué has hecho-volvió a preguntar.

Ahora si le miro, asombrado por aquello…

-¿Por qué crees que te he utilizado?..._ pregunto con un claro tono dolido en su voz sin pretenderlo…desvió la mirada que se tornaba dolida y oscura por aquel comentario…_ nunca he pretendido utilizarte Bal…nunca…

-No me contestes con otra pregunta-le espetó alzando un poco la voz-. Utilizarme, mentirme... cualquier cosa define que hayas dicho o hecho algo que no pensabas realmente, y quiero saber lo que es antes de que te eche a patadas de aquí-dijo señalando con el brazo la puerta.

Aquello había alterado cada uno de sus instintos, se levanto a esa anormal velocidad, poniéndose frente a Bal con esos ojos que ya no vislumbraban un apice de su hermoso azul…dañado y algo…no sabria como definirlo

-Precisamente que me echaras es lo que me dolio Bal…precisamente eso ,me llevo a mentirte y mentirme a mi mismo…

No quería haber alzado la voz, no quería haberle reprochado eso, aunque tampoco tenia derecho ha hacerlo…se sento de nuevo algo habatido…

-Lo siento…

Baladaur no se snetía culpable. Era quizás uno de sus grandes defectos, el creer que él nunca estaba en el mundo, que evitaba tocarlo, y cuando este le hacía algo el por qué sólo era culpa de lo que había al rededor.

-Lo estás confesando ahora, Darah, sólo quiero saber qué fue lo que me dijiste, qué mentira...-dijo el muchacho sin dejar de mirarle ni moverse ni un milímetro-. Dímelo ya.

-¡¡¡NO QUERIA ALEJARME DE TI!!!

Grito levantándose de nuevo y haciendo retumbar con su poderosa voz los cristales de la casa, maldiciendo lo que acababa de confesar…sabía que aquello provocaría dolor a ambos o al menos, a él ya se lo estaba haciendo

El muchacho siguió con la vista fija en él, perdido.

-No lo entiendo-se defendió encogiéndose de hombros-. Me mentiste diciéndome que siempre seríamos amigos, que nos veríamos... y si no querías que nos separáramos... ¿para qué desapareciste? ¿No ves que es... una contradicción estúpida?

-El que no lo entiende eres tu…quería estar a tu lado ser tu amigo, y creí poder lograrlo…pero el dolor que sentí aquel día, no solo me pertenecía a mi…también era tuyo Bal…_ extendió la mano algo dubitativo, acariciando el rostro de Bal con la yema de los dedos…my sutilmente, aunque su tacto helado, se derramaba por doquier…_ quería estar a tu lado…tanto como marcharme…

-Entonces el problema es tuyo.

El muchacho apartó la cara, evitando tanto el contacto visual como el de sus manos, un momento antes de mirarle de nuevo con desconfianza.

-Porque yo si quería que aparecieras al día siguiente de nuevo, y al siguiente. Quisiste olvidarlo todo pero no te paraste a pensar que quizás yo no lo quería así.

-¿A no?... ¿No querías olvidar el dolor que te había causado?... ¿Que querías de mi pues? Dímelo Bal… ¿Por qué me querías a tu lado?...

No entendía nada...ni por que tenia esas reacciones, ni porque el pecho solo hacía que arderle a pesar de que siguiera tan frio como siempre…

-¡Porque éramos amigos!-dijo alzando aún más la voz y retrocediendo después-. ¿Qué no entiendes? Yo no tenía a nadie en aquellos momentos, apareciste, y después me rechazaste por otra persona, y aún así quise que siguieras cerca de mi aunque fueras una simple compañía, ¿no te paraste a pensar en el sacrificio que podía estar haciendo yo a mayores? No pensaste en eso... Pasara lo que pasara después, tu te fuiste como viniste y yo me quedé solo. ¿Cómo podrías pensar que me quedé después de ser rechazado y ver que después de una promesa de amistad no volviste a verme jamás?

Bal apretó los labios, obligándose a guardar silencio. Sabía que si seguía hablando no dejaría de lanzar puñales y decidió detenerse antes de terminar por explotar.

Se torno a acercar, cogiéndole el rosto entre ambas manos…

-No te rechace Bal…solo que no quería hacerte daño…no quería teneros a los dos con la incertidumbre…tu también fuiste mi despertar…y he ahí el motivo por el cual, te necesitaba tanto…y temía por tu vida, por eso no cesaba de decirte lo peligroso que era…que soy…por que me sentía más bestia que humano a tu lado, y si te hubiera dañado…yo…no lo habría soportado …pero, el día que me pediste que me marchara…me quebré en mil pedazos…pero cumplí tu deseo…me fui…

-Fuiste bastante claro en su momento, Darah-dijo con la voz más calmada pero endurecida de todos modos-. Escogiste, y lo acepté, de modo que deberíamos estar ahora todos felices, ¿no es así? Porque te dije que te fueras mucho antes de que todo eso pasara, ¿recuerdas las cosas según te convienen?

El muchacho resopló, apartándose nuevamente de él, esta vez dando un par de pasos fuera de su alcance para separarse del halo encandilante y destructivo al mismo tiempo del vampiro.

Sonrió irónico…alejándose el también y sentándose en el marco de la ventana de nuevo, pero con el cuerpo hacia dentro…

-No recuerdo las cosas a mi capricho pequeño…solo me limito a lo sucedido…seré feliz si de ese modo me ves,,,

Miro por la ventana un instante, estirando la mano, para que una pequeña Widow, se posara en sus largos dedos…era algo similar a un hada purpura, aunque tenía alas de murciélago…Darha suspiro, dejando que la diablita jugueteara con sus dedos…

-¿Nunca has pensado…que habría sucedido de no haberme marchado esa noche?

-No habría sucedido nada, porque no te habrías quedado. No juego con posibles, pasó lo que pasó, y punto. Dime simplemente.... que todo lo que me dijiste después, cuando nos encontramos en aquella cueva, y todo, fue una farsa. No hiciste más que maquillar la realidad-el muchacho le miró negando con la cabeza.

-No necesito nada de eso. No me conoces en absoluto si crees que fue necesario. Si te dije que te fueras, vete, vete y no vuelvas a por mi aunque me esté persiguiendo una bestia para matarme, pero después no digas que me prometiste cosas falsas para no hacerme daño.

La Widow dio una vueltecita en su mano y se alejo de ahí feliz…

-Te equivocas…me habría quedado de haber rectificado tus palabras…_ sonrió irónico y le miro_ estas confundiendo y mucho Bal…no te mentí…te dije lo mucho que te quería…lo mucho que necesitaba tu calor…y también todo lo que Siber me daba…cierto me aleje de t físicamente, no lo pienso negar…pero no te mentí en el hecho de querer ser tu amigo, al menos necesitaba eso…lo necesito…y de todos modos, nunca estuve lejos de ti del todo…

De nuevo se presento frente al pequeño, acariciando por encima de la tela de la camiseta que lo cubría, el colgante que le regalo…

-Si me hubieras necesitado…solo tendrías que haberme llamado…haber pensado en mi, y yo habría acudido sin reparos…ya te lo dije una vez…este colgante…porta…mi esencia, mi ser…

El muchacho permaneció inerte y frío, como si nada venido desde fuera pudiera alterarle el cuerpo ni hacerle vacilar.

-Hace mucho que dejé de pensar en ti, Darah-dijo cruelmente sin más perplejidad en la voz que la que necesitaba para poder decir aquello sin tambalearse-. De modo que creo que no funciona-terminó diciendo, refiriéndose a aquella pequeña piedra que colgaba de su cuello.

Desvió la vista por el cuarto, asintiendo levemente con la cabeza, tratando de sopesar las posibilidades de todo lo que ocurría.

-Dijiste lo mucho que me necesitabas, claro, y después me abandonaste.... Puede que no me mintieras, pero me siento engañado de todos modos, Darah, ¿por qué no puedes reconocer que te equivocaste y que ya no tiene arreglo?-le preguntó volviendo impávido a mirarle a los ojos-. Cuando te fuiste después de decirme todas aquellas cosas y yo accedí a verte solo como un amigo, lo hiciste para siempre, te fuiste y, lo siento, de verdad, pero... no puedes volver.

Se sintió dolido, como si le acabaran de clavar con saña un puñal en el pecho, aunque mantuvo la compostura por puro orgullo…

-¿En qué me he equivocado Bal?...por que realmente no lo entiendo…y no me digas que no puedo volver, cuando eres tu el que me ha sacado del arrollo…

-No me digas que tengo que explicártelo... porque no se puede caer más bajo ya, Darah, por favor... conserva algo de dignidad...-le dijo emulando no tener ningún tipo de sentimiento haciendo que su sangre bullera en aquellos momentos.

-Si tuviste la valentía de hacerme sentir apreciado y alguien importante, de enamorame a la fuerza...-dijo ejerciendo especial énfasis en aquellas palabras-... para después decirme que te vas con otro... ten la valentía ahora para comprender que no deseo saber de tí más que lo suficiente como para saber que sigues vivo.