Guardia (Privado)

El muchacho cerró los ojos un instante, tratando de poner la mente en blanco, dejar que su cuerpo reaccionara de forma mecánica a los movimientos que le proporcionaba el vampiro, pero resultaba imposible apartar de su cabeza la figura del cuerpo vibrante de Darah, y al abrir los ojos allí estaba, prisionado entre sus brazos y jadeante, una visión que le cegaba por completo y le hacía caer en un cículo vicioso de éxtasis incontrolado.

Le pasó una mano por la nuca y volvió a besarle como respuesta, mordiendo sin piedad su lengua y su labio, deslizando una mano por su espalda hasta las nalgas, rozando con los dedos su propio miembro y sintiendo así como este entraba y salía del interior de su cuerpo.

Grito entre sus labios, retornando el mordisco con la misma deliciosa fuerza, aun le dolía la fricción dentro de el, pero no le importaba en absoluto. pues ciertamente, era perfecto, pues como había dicho, era algo masoquista, araño su pecho lamiendo la sangre que creo, aferrándose fuerte al cabezal, que termino por quedar marcado con la forma de sus dedos, aumentando cada vez mas la velocidad, jadeando y gimiendo, pegado a sus sanguinolentos labios, que no hacia otra cosa que besarlos y morderlos...

-Bal aah..._ susurro su nombre entre éxtasis...

La fuerza con la que su miembro se movía en el interior del cuerpo del mayor le propinaba leves sacudidas eléctricas que le recorrían toda la espina dorsal, y sabía que de seguir así eyacularía por segunda vez sin demasiado esfuerzo.
Podía incluso notar el interior de Darah con detalle, como aquel punto extremo oculto en sus entrañas al que apuñalaba una y otra vez a cada embestida.

-Darah...-susurró deslizando una mano entre ambos, dirigiéndola hacia su entrada y añadiendo un dedo a su miembro para alcanzar aquel pedazo de piel interno que le separaba de su próstata y así poder frotarlo con más fuerza-. Así... Darah...

-Aaahhh...

Gimió con extrema fuerza, al notar su dedo en el interior de el..., moviendose algo mas lento al principio pero en apenas unos instantes, retomo su ritmo frenético, cerrando los ojos, y mordiéndose la boca, hasta que el hilo carmesí, callo por su pecho, creando un camino hasta el duro miembro de su entrepierna, que friccionaba contra el vientre de Baladaur....cogió la mano del chico, llevándola a la suplicante erección, mirándole con ruego...

Recogiendo aquella sangre con la yema de los dedos el muchacho sujetó el miembro del mayor con una mano, masajeándolo cuidadosamente, para llevar la otra unjida en aquel líquido rojizo a su glande y comenzar a acariciarlo en círculos, de forma lenta en un principio y convirtiéndolo después en un movimiento rápido que se repetía mientras le masturbaba con una fuerza creciente.

Acercó nuevamente los labios al cuello del vampiro, lamiéndolo y gimiendo sobre él para después besarle con necesidad, mirándole a los ojos mientras alzaba las caderas de vez en cuando para profundizar todo lo posible en su cuerpo.

Darah se sentía a punto de explotar,, y mas cuando el menor le masturbo asi, notando sus jadeos, y gemidos, en la sensible piel del cuello.

Se aferro a el, acariciándole los cabellos, apremiando las embestidas del otro, hasta introducírselo por entero, beso sus labios, a la gimiendo en la boca, lamiendo un camino, de rumbo al hombro del chico, y corriéndose en el mismo instante en que le clavo los dientes, bebiendo de el, pero sin cesar de moverse, rogando que el también concluyera, con el mismo éxtasis que le había creado...

La fricción constante e incesante que estimulaba su sexo hirviendo junto con el mordisco que le había propinado por segunda vez, fue suficiente para dejarse ir de nuevo, harto de esperar y ansioso de volver a estallar como la primera vez, notando como aquella última sacudida le había hecho temblar por un instante, inundando el interior de Darah en aquella embestida.

Baladaur se aferró a su cuerpo, delirante, sacando su sexo del interior para dejar que el semen y la sangre resbalase por los muslos de Darah hasta las sábanas, jadeando sin aliento mientras permanecía aquellos segundos lo más próximo a él que podía.

Darah sintió aquella calidez que estallo dentro de el cuando el menor se corrió, quedando exhausto en su pecho, notando los líquidos, descender lentamente por sus muslos...

Suspiro un instante, lamiendo el sudor de los pectorales de Bal y depositando un suave beso cerca de su garganta...

Bal suspiró pesadamente, rodeándole el cuello con un brazo y tumbándose de lado para sacarse el peso del cuerpo de Darah de encima y poder recuperar el aliento.
Se mantuvo en silencio, con sólo su agitada respiración llenando el espacio que quedaba entre ellos, acariciándole los cabellos con los ojos cerrados y manteniéndose cerca de él.

Se mantuvo en silencio, observandole, disfrutando de sus suaves caricias...hasta que vio que su respiración se normalizaba, y escucho un latido mas tranquilo en su pecho, moviendo un poco el rostro, para besarle con ternura, con lentitud, disfrutando únicamente de ese beso y de la calidez que desprendía su cuerpo, de nada mas. apoyando la frente en la contraria, mirándole detenidamente...

Después de un momento de tranquilidad todo volvió a la calma, al silencio inicial que reinaba en todo el cementerio y penetraba hasta lo profundo de aquella gruta subterránea. Bal había tenido tiempo de pensar y meditar, de darle algunas vueltas a un par de cosas mientras acariciaba la nuca del vampiro, mirándole finalmente a los ojos.

-¿Te duele algo?-se le ocurrió preguntar después de un momento, revolviéndose entre las sábanas para estirar sus entumecidas piernas.

Sonrió irónico, acariciándole los cabellos, y mordiendo su labio inferior con sutileza...

-Estoy bien, cicatrizo rápido ¿Recuerdas?...

Sus dedos bailaron por el hombro de Bal, deslizándose suaves, por su brazo, observandole, detenidamente...

-¿Que tal se me ha dado?

Pregunto con una traviesa sonrisa en sus carnosos labios...

-¿Me lo preguntas a mi?-comentó arqueando una ceja y arrastrando el cuerpo hasta quedarse boca arriba, tomando aire con profundidad y cubriéndose el cuerpo con las sábanas-. Soy el eterno niño pasivo, ¿recuerdas?-Bal sonrió y se cogió un mechón de cabello, jugando con él y haciendo lo mismo con el cabello de Darah.

-Pero... supongo que me ha gustado conocerte también por dentro...

Sonrió al escucharle, dejando que le tocara el pelo, pues no le desagradaba, el estiro la mano bajo las sabanas, y delineo su cintura con los dedos, apoyando su cabeza en la otra mano, sin cesar de observarle...

-¿Que te gusta mas?¿Estar dentro de mi, o sentirme dentro?

Le hablaba con despreocupación, totalmente relajado y tranquilo, pues así lo estaba, la ausencia del dios, no tener que pensar en medir sus palabras para que el no reaccionara, era algo mas que grato...

El muchacho le miró en silencio, con sus almendrados ojos color miel y meditó la respuesta.

-Son cosas diferentes, no puedo comparar una con la otra-comentó pasándose la mano por el cuello, notando como tanto su respiración como su pulso se normalizaban poco a poco y todo volvía a la calma-. Ambos están bien, supongo.

El muchacho se pasó la lengua por los labios y volvió a tumbarse de lado, frente al vampiro, refugiándose como el niño que era en las sábanas.

-No voy a dormir, pero me gustaría descansar un poco. Esto cansa...-comentó con una leve sonrisa y los ojos cerrados.

Darah sonrío, acercándole un poco, rodeándolo con los brazos, pero con las sabanas de terciopelo por medio para que no sintiera frío por su piel, aunque en realidad ahora se hallaba caliente por el sexo…

-Descansa todo lo que quieras pequeño, no hay prisa alguna…

El muchacho se mantuvo quieto y callado durante un momento, notando la diferencia de temperaturas recorriéndole la piel por momentos. Dudó un instante pero finalmente rodeó el torso de Darah con un brazo y suspiró contra él, con los ojos cerrados, cansado.

-¿Vas a estar todas las noches aquí mientras estoy trabajando?-preguntó en voz baja, tratando de resultar lo menos molesto posible.

Sintió el calor que desprendía el cuerpo de Bal y la diferencia con el suyo…pero no se movió un ápice, al menos, hasta que le escucho decir aquello…

Le miro de lado suspirando….

-Esta es mi casa al fin y al cabo…¿acaso no quieres verme?

Pregunto alzándole el mentón, queriendo ver sus expresiones…

El muchacho encogió un hombro.

-Deduzco que contigo por ahí rondando voy a hacer poca cosa. ¿Me dejarás trabajar?-preguntó alzando una ceja y mirándole, sonriendo a penas para cubrir el cuerpo de ambos con las sábanas, arropándole con cuidado.

Darah medio sonrío, acariciando sus cabellos…

-Si te dejare trabajar, pero estaré cerca, recuerda que el cementerio es mi territorio…y mi hogar…

Seguía sin comprender, el por que no podía ni sentir al dios, era algo demasiado extraño…demasiado peligroso quizá…

El muchacho se quedó tranquilamente a su lado, dejando de mover las manos y estando acurrucado en el pecho del mayor con su suave respiración contra la piel.

-Descansa, ahora que puedes-murmuró con voz suave contra su garganta mientras le rodeaba el torso con un brazo, quedándose dormido al momento.