Hipnotizado por la música - Libre

Sintio como lo levantaba en brazos y sonrio debilmente, aun algo cansado despues de la sesion de sexo. Apoyo el rostro contra su pecho y le dio un suave beso en la base del cuello. No estaba acostumbrado a que la gente lo tratase tan bien, menos aun siendo como era un demonio... Pero eso Mateo aun no lo sabia. Seguro que no pensaria igual de el cuando se enterase de su verdadera naturaleza.
Sintio el agua de la ducha sobre su cuerpo, sobre su piel y sus cabellos rojizos... Se sentia bien, calido...

-Bueno... Supongo que habra que repetirlo mas veces...-le comento sonriendo de nuevo... Lo cierto era que estaba sonriendo mas de lo normal para ser el.

El agua caía sobre nosotros, un gran alivio pues estaba cansado y pude ver que Kiren también lo estaba, aquella ducha era justo lo que necesitábamos después de bailar y fornicar delante de un centenar de personas.

- Je...ten por seguro que será un excelente reclamo publicitario, creo que el jefe debería darnos realmente no un extra si no un aumento de sueldo - sonreí de manera encantadora. Me coloqué mejor bajo el chorro de la ducha para mojar bien mis cabellos, acariciándolos y dejándolos sueltos. Los eché completamente hacia atrás mostrando sin pretenderlo mis orejas acabadas en una leve punta.

Kiren se fijo rapidamente en las orejas, levemente puntiagudas, y esbozo una sonrisa divertida.

-Asi que eres elfo... Jamas pense que alguien como yo pudiese relacionarse con seres como los elfos la verdad...-comento mientras, casi sin poder evitarlo, acariciaba uno de los dorados cabellos de Mateo-. Tienes un pelo bonito... Debes de cuidarlo mucho para mantenerlo asi de perfecto...

Le miré sorprendido por sus palabras para luego comenzar a reirme con intención de hacerme el loco - Oh....¿lo dices por las orejas? - las señalé - no, "Elfo" sólo era el mote cariñoso que me pusieron de pequeño mis amigos por tenerlas de esta forma - le sonreí, esperaba que se lo creyera pues no podía confiar en que aquellos que deseaban mi muerte habían dejado de buscarme.

- Tu cabello es también interesante, nunca había visto ese tono rojizo antes - dije para aprovechar el cambio de tema - yo uso un compuesto de Aloe Vera, la verdad es que funciona bastante bien - respondí orgulloso

-Bueno... Realmente no cuido nada mi pelo, me hice las mechas simplemente porque queria ser original-le dijo con una sonrisa. Sabia que habia cambiado de tema a proposito, pero no queria presionarlo demasiado si no queria contarle nada-. La verdad es que del lugar del que vengo tenemos muchas otras preocupaciones como para centrarnos en nuestra apariencia fisica...

- A mi me gusta como lo tienes - comencé a juguetear con aquellos cabellos para luego acariciar su rostro - ese color rojizo me resulta bastante atractivo y no importa que no te cuides demasiado, por lo visto no te hace falta - le guiñé un ojo - a mi me pareces un muchacho bastante hermoso, ¿sabes? tienes un erotismo que nunca había visto antes - murmuré para finalmente darle un ligero beso en los labios - me muero por esperar a nuestra siguiente actuación, tenemos que pensar en algo original.

En contra de todas las creencias y orgullos de Kiren, se sonrojo intensamente cuando le acaricio el rostro y el pelo, y mas aun cuando lo beso, aunque hubiese sido apenas una caricia. Aparto la mirada avergonzado, sin saber que hacer o que decir exactamente... Era la primera vez en su larga existencia que se ponia nervioso ante alguien... la primera vez que se ruborizaba de esa manera.

-Seguro que habras visto muchos mas guapos que yo-le dijo aun avergonzado, sin apartar la mirada del suelo que de pronto parecia mas interesante.

El joven parecía algo afectado, ¿realmente se consideraba poco atractivo? ¿Tendría algún tipo de complejo? Volví a acariciar su rostro y levanté su menton para mirarle bien al rostro - Sí, me pareces atractivo ¿qué más da que seas más o menos guapo que otros? ¿Necesitas acaso otra prueba? Pues aquí la tienes - volví a besar sus labios, esta vez de forma más apasionada - No te menosprecies Kiren, sé que suena estúpido pero tienes que quererte a ti mismo para ser feliz.

Se volvio a sonrojar, sintiendose abrumado por el trato que el otro le entregaba. Se sentia en cierto modo halagado por sus palabras, sus caricias... Y sus... ¿Mimos? No sabia si podia llamarse asi a eso...

-Lo cierto es que nunca me he parado a pensar en si soy atractivo o no, pero desde luego supongo que no puedo ser tan hermoso cuando aun no he tenido pareja-reconocio, aun con las mejillas rojas-. Nadie jamas me ha visto atractivo, nadie me ha hecho sentirme bien conmigo mismo, y yo desde luego no puedo hacerlo, asi que supongo que la felicidad no esta en mi futuro...

- ¿Y por qué no puedes hacerlo? No es malo tener el ego un poco subido, quizá yo peque de presumido pero me ayuda a sentirme bien y cómodo conmigo mismo. - le sonreí con ternura - ¿sabes? yo tampoco he tenido pareja y no la necesitas como yo no la necesito, creo que el verdadero compromiso debe de estar con uno mismo, no es bueno depender de otras personas para ser feliz.

Le di un fuerte abrazo mientras el agua continuaba cayendo sobre nosotros - Tranquilo Kiren, date tiempo para aceptarte, ¿de acuerdo? Poco a poco, ve a tu ritmo

Sonrio dejandose abrazar, y se sintio bien y estupido al mismo tiempo. ¿Que clase de demonio se enternecia ante esas muestras de cariño? Ninguno, desde luego. Pero Mateo despertaba en el su lado mas suave, una faceta de su personalidad que nadie habia conocido, y de hecho no tenia intenciones de sacarla ante otras personas jamas.

-Creo que voy a tener que pagarte las clases de psicologia... Y respecto a lo de la pareja... Supongo que no, no es bueno apoyarse en ella para todo, pero siempre viene bien que te anime y que este a tu lado, ya sabes... No la tipica vida de lobo solitario...-murmuro contra su pecho.

El pobre muchacho se veía bastante chafado pero parecía hallar cierto alivio en mis palabras y mis atenciones, no me costaba nada sacar mi faceta tierna y si servía para hacer que se sintiera mejor pues lo haría sin dudarlo

- No te engañaré, una pareja, un amigo, un apoyo incondicinal siempre es útil - permanecí en silencio manteniendo aquel abrazo. - Te noto afectado, creo que es mejor no pensar más en ello, al menos por hoy. Hagamos algo ¿por qué no ideamos algo para nuestro próximo número? - dije sonriendo y guiñando un ojo - tenemos que ser originales y llamativos

Agradecio mucho el cambio de tematica, pues el tema sentimental lo estaba llegando a afectar mas de lo que a el le gustaria. Se separo un poco de el y lo miro divertido, pensando en que responderle o que hacer al respecto.

-Bueno... ¿Has pensado algo?-le pregunto con una sonrisa mientras cogia el champu para el pelo, que habia dejado ahi desde que empezo a trabajar en el club, y vertio un poco de jabon sobre las manos para luego empezar a lavarse el pelo.

- Había pensado que la próxima vez seas tú el que domine la situación, por variar un poco y.... - me quedé pensativo - ...no sé, podrías atarme a la barra o podríamos "invitar" a alguien del público escogido al azar. ¿Qué opinas? - murmuré mientras cogía el gel de dicha para comenzar a lavarle la espalda - ¿alguna idea?

-Lo cierto es que odio dominar, es uno de los motivos por los que me marche de mi lugar de origen-le dijo con una sonrisa-. Si, suena estupido: yo siendo tan pervertido como soy no puedo dominar a nadie en lo que a sexo se refiere... Puedes reirte, el jefe lo hizo cuando se lo dije-comento. Se aclaro el jabon del pelo y procedio a lavarse el resto del cuerpo.

Una vez la espalda de mi compañero estuvo enjabonada comencé a lavar mi cabello con mi propio champú, el compuesto de ale vera.

- ¿En serio? - susurré sorprendido sin entender demasiado - ¿ni siquiera en privado? No sé, no llego a comprenderlo pero supongo que tendrás tus motivos. ¿Puedo preguntar? Si no es molestia, claro - comencé a aclararme el cabello, aquel champú era bastante bueno pues cuidaba tanto el cabello como protegía el tinte, además le proporcionaba a éste un color más natural.

-Digamos que he visto cosas que no deberia ver. Mi padre siempre dijo que yo no era el hijo que el deseaba, que mas bien parecia una mujer. Nunca acepto mi sexualidad, nunca acepto que fuese sumiso. Pero donde yo vivia... No se, yo era un bicho raro... Y me siento mejor sometiendome que sometiendo; no se, supongo que no me gusta porque he visto demasiadas personas sometiendo a la fuerza a otros, y no quiero parecerme a ellos-le dijo tristemente-. Segun mi hermana, yo solo soy una fierecilla que necesita cariño y amor... Me parece una enorme estupidez.

- Vaya....no sé que decir.... - musité, era una historia extraña pero no me atrevía a indagar más, por lo visto le causaba dolor - bueno...quizá más adelante te convenza, ¿no crees? Al fin y al cabo fuimos los dos los que nos divertimos, no hay sometimiento a la fuerza ni nada similar - volví a acariciar su rostro.

- Eres increíble, ¿lo sabías? - susurré en su oído - Si quieres puedo ayudarte a superar eso, amigo. ¿Qué opinas?

-¿Y por que ibas a querer ayudarme? No, no soy increible, solo soy uno mas entre los millones de seres que pueblan este mundo... No merezco la atencion de nadie...-musito volviendo a sonrojarse, frotandose las manos con nerviosismo sin atreverse a mirarlo.

- Quiero ayudarte porque lo necesitas, ¿te parece una buena razón? - murmuré sonriéndole amistosamente - y yo también soy otro más de esos millones de seres, si nos ayudáramos unos a otros, ¿no crees que todo sería un poco más fácil? ¿Hace falta una razón para ayudar a alguien? - pregunté poniéndome algo serio.

Cerré el grifo de la ducha pues ya estábamos los dos limpios, cogí una toalla y se la dí para coger yo otra. Salí del cubículo y comencé a secar mi cuerpo. - Aunque suene extraño, quiero ayudarte porque sí

-¿Me quieres ayudar porque si? Jamas habia oido una explicacion semejante, pero bueno... Creo que la aceptare, me caes bien...-le dijo acercandose a el mientras se envolvia en la toalla y le dio un beso en la mejilla-. Supongo que a partir de ahora pasaremos bastante tiempo juntos, ¿no?Creo que me gustara trabajar contigo...-se sento encima del lavabo y le sonrio mientras se secaba el pelo.

- Opino lo mismo que tú, hacemos un buen equipo allí afuera - sonreí mientras me arreglaba el pelo aprovechando que estaba empapado - creo que esta vez lo dejaré completamente suelto - dije retirando un par de horquillas haciendo que mi cabello cayera uniforme, así se secaría antes.

- Bueno...cuéntame, ¿de dónde eres exactamente? - pregunté inocentemente

-Bueno, he estado eludiendo ese tema todo lo que he podido, pero supongo que tarde o temprano tendrias que enterarte. Soy un demonio, venido del mismisimo infierno hasta aqui porque no era lo suficientemente duro como para encontrarme a gusto alli abajo...-le dijo mientras empezaba a secarse el humedo cabello con el secador, al mismo tiempo que lo cepillaba para dejarlo liso-. ¿Eres de esos que tiene asco, miedo o apatia a los demonios?

- Comprendo..... - musité, aquello no me lo esperaba pero realmente, ¿cambiaba algo que él lo fuera? Él no era el único que había estando ocultando su condición pero la mía, de momento, preferí mantenerla aún oculta.

- ¿Un demonio? Vaya......no sé..que decir... - dije rascando mi nuca, realmente me cogió de sorpresa. - Nunca me he encontrado con ninguno, ¿sois todos así de atractivos? - sonreí, dije aquellas palabras quitándole hierro al asunto aunque aún estaba algo alucinado por la noticia.

-Bueno, hay demonios de todo tipo... Mas ancianos, mas flacos, mas gordos, mas altos, mas bajos... Es todo un mundo lo que tenemos alli abajo...-le dijo con una sonrisa satisfecha, y añadio-. Es cierto que algunos demonios jovenes si que tienen una especie de don atractivo que los hace ciertamente irresistibles ante los demas... Pero no creo estar entre ellos la verdad...-le dijo antes de ponerse a lavarse la cara.