Guardia (Privado)

Le cogío en brazos y corrió a su velocidad normal…cruzando el cementerio en apenas unos segundos, casi chocándose contra la puerta del panteón, cosa que no ocurrió por que esta se abrió de pronto engulléndolos en la oscuridad de las escaleras…tomando ahí un ritmo mas acorde a su aspecto humano…

-Dime algo y dime la verdad… ¿Por qué pensaste en mí para ello?...

Se notaba algo sofocado, cosa que no había ocurrido en milenios, aunque intento ocultarlo…

Después de aquello Bal tardó en contestar, preguntándose a qué venía aquello, pero una vez estuvieron dentro pudo sostenerse y respirar con alivio de estar de nuevo sobre un mundo que giraba a una velocidad normal. Nunca terminaría de acostumbrarse a aquellas cosas.

-¿Te digo la verdad? La verdad es que te odio-le dijo pasándose la mano por los cabellos con la frente arrugada-. Y te daría un puñetazo si supiera que no tendría ningún efecto secundario contra mi. Pero también es cierto que... te veía como el más apropiado. Me hacías sentir bien-dijo encogiéndose de hombros-. No me importaba tenerlo una vez más, la última vez, y después olvidarme de todo.

Bajo las escaleras en silencio, observando en ocasiones al menor, pasaron la estancia del sarcófago, parándose justo delante de la pared, en la que estaba grabado, un devorador de hombres, un vampiro, Darah sin soltarle, tan solo sosteniéndolo con una mano, estiro la otra, presionando en los dos colmillos del ser representado, haciendo que de pronto, se abriera la pared, dejando paso a una estancia, iluminada con luz eléctrica, de aspecto elegante hermoso, a pesar de la frialdad de la piedra, rodeado de obras de arte de todo tipo y siglo…rodeado de libros, de cultura, de la edad que tenia el dios que le sostenía…

-¿A que te refieres con olvidarlo todo?... ¿Tanto daño te hice…tanto me odias como para no querer recordar nada de mi?..._ le miraba con sus orbes violáceas…intentando observarle de modo frío, analizando lo que el pequeño quería decirle…

-Preferiría olvidarlo todo, aunque no fuera tan malo, para no pensar más en ello. Pero no me desvíes la conversación-cortó de pronto el muchacho, cogiendo él mismo aquella mano con la que le guiaba y tirando de él, haciendo que se parase y dándose la vuelta.

-No estoy desesperado, Darah-aseguró con la voz tranquila y monocorde-. ¿Pero estarías dispuesto a darme algo que quizás para ti sea importante? Algo que sólo me dará una tranquilidad quizás temporal...-le miró a los ojos con gravedad, en silencio.

Darah se le quedo mirando en silencio un instante, sabia perfectamente a lo que se refería el hibrido, suspiro y apoyo la frente en la del pequeño, acariciándole el pómulo con el pulgar…

-Si…estaría dispuesto, por que yo también lo deseo…aparte de mi aprecio, hay un deseo pequeño…te lo daré si me lo pides, por que lo añoro tanto como tu…solo…quiero saber una cosa, quitando esto, quitando que nos saciemos o no…solo te pido, que no nos dejemos de ver…y dime… ¿si acabaras por perdonarme?_ se inclino mordiéndole los labios con sutileza, haciéndole notar sus colmillos…

-Podría-murmuró el chico mirándole con los ojos entrecerrados. Respiró pesadamente sobre los labios ajenos.

Apoyando las manos en el pecho ajeno lo empujó con suavidad hacia atrás, alejándole de él con la vista fija en sus ojos.

-Me resultas... insoportable. Pero igual de insoportable sigues resultando tentador, a pesar de todo y después de tanto tiempo no puedo dejar de pensar en cómo me estremecía cuando me tocabas, y sigo estremeciéndome cada vez que lo recuerdo. Yo también tengo mis condiciones. Que no pase de aquí-dijo alzando un dedo en señal de amenaza, como un sello del que no se podía pasar a partir de aquel momento. Y después de aquello llevó las manos a la camisa de Darah, desabrochándola con suavidad y quitándosela después con sumo cuidado, dejando que resvalase por sus brazos hasta caer al suelo, sin apartar la vista ni un sólo momento de los ojos ajenos, acompasado con la suave respiración.

Darah cerro los ojos, sintiendo la tentación que era, su aroma, los dedos bailando por su pecho cuando el chico le desvistió…la tela descendiendo por sus brazos…se mordió los labios hasta hacerlos sangrar, aun con los parpados bajados…

-¿Y si eres tu, el que desea que pase de aquí?_ le pregunto con su sensual voz, estirando la mano para acariciar la cintura del otro…

-Prefiero no pensar en esa posibilidad-aclaró hablando con suavidad, mirándole aún. Su respiración se había agitado levemente, pero no lo suficiente como para ser notada aún.

Dio un paso al frente, despacio, pasándose la lengua por los labios y llevando las manos a su propia camisa, mirándose un momento mientras comenzaba a desabrocharla y se despojaba de ella como había hecho con Darah, dejándola caer al suelo a sus pies.

-Es mejor no pensar en ello....-dijo alzando la vista de nuevo a él, ya muy próximo a su rostro, entrecerrando la vista y besando la comisura de sus labios.

Cerro los ojos, cogiendole de las nalgas, y alzándolo para que enroscara sus piernas en la cintura, inclinándose para besarle, habiendo rememorado el gozo que paso con el, en los días anteriores…


-Yo también me estremezco al recordarte pequeño…

Jadeo en su boca, besándole con pasión, pero aun sin colar su lengua dentro de el…

Bal se sujetó a sus hombros, elevándose con facilidad pues a penas pesaba. Pasó una mano por detrás de su nuca y después se atrevió a hacer una violenta incrusión en su boca, arañándole el rostro casi sin compasión y tratando de no pensar en otra cosa, ni si quiera pensar en aquello mismo, pues sabía que no sería capaz.

-Sólo quiero una noche de tregua-le dijo volviendo a besarle, enredando los dedos en su cabello y tirando con suavidad, alcanzándole la barbilla para morderla débilmente-. No necesito nada más que eso, y estaremos en paz.

Darah sintió los arañazos en su rostro, que cicatrizaron casi al instante, sus colmillos estallaron en la boca, mordiéndole la lengua a Bal con fuerza…se inclino, arañándole con estos en el cuello, un pequeño camino carmesí que lamió también con su húmedo músculo, apretándole las nalgas mientras caminaba a una nueva pared, la estancia era elegante, pero tan solo estaba rodeada de arte, cultura y un único sofá de terciopelo azul marino y madera de plata…claramente no el adecuado para los actos que realizaban…

-Tira de la cabeza del dragón…

Dijo demasiado ocupado en sus caricias e intrusiones, como para tirar de la lámpara que había sobre ellos, y llevaba a su alcoba, lamia su vientre, todavía creando el camino carmesí con los colmillos sin cesar de chuparle cada recoveco de su piel

La respiración del muchacho ya se había desbocado lo suficiente para necesitar despojarse de la ropa y respirar liberado. Alzó la vista a penas para alcanzar con una mano aquella lámpara. La sujetó y tiró de ella, dejando caer después la mano sobre la cabeza del vampiro y volver a sujetarle del cabello con posesividad.

-¿?Estás encendido, Darah?-le preguntó con voz jadeante en un tono suave.

Darah jadeo, viendo de lado como se abría la pared y dejaba paso a su habitación, hermosa elegante, decorada en tonalidades oscuras, pero con paredes blancas, cuadros de diferentes épocas, y en todos y cada no de ellos, se le representaba a el, con el particular arte del momento…

-Tu que crees pequeño…

Le descendió lo suficiente, como para acercar su miembro al del chico, restregando la dureza presa en sus vaqueros, dejándole en la cama de colcha de terciopelo, friccionándose, y arañando su costado con fuerza…

Aquellos roces cumplieron con su cometido rápidamente. A penas había sentido una ligera incomodidad bajo su pantalón, presa por la tela, se incorporó empujando al vampiro contra el colchón, sentándose a horcajadas sobre su vientre con la vista fija en la ajena, aunque poco a poco se comenzaba a nublar.

-No obres tus malas artes ahora-le pidió mientras enderezaba la espalda, arqueándola y emitiendo un leve jadeo, colando una mano por su propio pantalón-. No son necesarias...

Darah se relamió al verle, llevando la mano a la bragueta del menor, y desabrochándosela con facilidad, se inclino lamiéndole el ombligo…

-Pero a mi me enloquecen tus reacciones con mis malas artes…

Dijo sonriendo con malicia…comenzando a mostrarle todo lo que pensaba hacerle, tendiéndolo a cuatro patas, mientras lamia su cuello, bebiendo de el, sin cesar de embestirle con una enloquecedora brusquedad…
La medio la cintura, bebiendo de el cuanto apenas, sin cesar de mostrarle esas futuras acciones…

-Házmelo sin más y sorpréndeme. Hoy sólo quiero tu cuerpo y tu sangre...-murmuró pasándose una mano por el pecho, acariciándose, notando aquel cosquielleo que le recorría el cuerpo de arriba abajo y le hacía perder la visión durante un breve instante antes de volver a la realidad, la cual seguía esperándole-. Pero... tengo una condición...

El muchacho respiró de forma agitada, tratando de recuperar el aliento y apoyando un dedo sobre la boca de Darah, deteniéndole un segundo y sonriendo de medio lado.

Darah le miro sonriendo travieso…

-¿Qué condición?

Pregunto justo antes de meterse su dedo en la boca y lamerlo como si de su miembro se tratara…siempre había sido así de provocativo…

El muchacho guardó silencio un instante, dejando que le lamiese el dedo, sin centrarse verdaderamente en él. Se pasó la lengua por los labios de forma suave y sutil y ladeó un poco la cabeza.

-Que me dejes probar a mi también de qué está hecho tu cuerpo por dentro....-comentó alzando una ceja

Parpadeo varias veces no creyendo lo que había oído…

-Te he tenido que entender mal…_ río algo…preocupado_ ¿Qué has dicho?

El muchacho sonrió y apartó la mano, haciendo un gest juguetón en el aire.

-No me digas que tengo que explicártelo...-murmuró con su característica voz aniñada-. Quiero metértela, Darah... Creo que es un cambio justo. Considéralo un regalo único.

Enarqueo una ceja cruzándose de brazos…

-No…

Fue rotundo, retirando la mirada…

-Si solo va a ser un polvo, no quiero que me la metas…

Desvío la mirada, sonrojándose, incluso, pareciendo…humano, algo avergonzado…

-Yo…no se si de humano lo hicieron, pero, no recuerdo, haber sido nunca el pasivo…

El muchacho no borró su sutil sonrisa, pasándose los dedos por los labios.

-¿Tanto te importaría serlo? ¿Conmigo?-el muchacho respiró un momento con suavidad, apoyando los codos en el colchón y mirándole.

Darah no le miro ladeo la cabeza, pasándose los dedos por sus hebras castañas…

-No me importaría, si significara mas que un polvo…pero sexo por sexo…prefiero el modo habitual…sonara antiguo, pero_ se río pensando en la ironía de aquello_ prefiero estrenarme con alguien que me ame…

Suspiro mirando al hermoso techo de su alcoba, era de madera, con unos hermosos grabados, representando una historia de terror…

El muchacho emitió un leve maullido de conformidad, dejándose caer sobre el colchón y colocando las manos bajo la cabeza.

-Pues es una lástima-comentó observando el techo un momento antes de cerrar los ojos y estirar una mano por encima de su cabeza, recogiendo mechones de su cabello y jugueteando con el.

Darah se acostó a su lado mirándole intrigado…

-¿Por qué ahora?¿y por que con migo?