De guardia y con niñera...

(Vienen de aquí)

Caminaron hacia las calles de la ciudad, Ien intentaba controlar el sonrojo de sus mejillas, con la cabeza agachada sin mirar al mayor, mordiéndose de vez en cuando los labios como siempre hacia cuando estaba nervioso…

Cuando consiguió calmarse, comenzó a dar vueltas por su cabeza, buscando las preguntas que necesitaba para hacer lo que el tenia por buen trabajo…

-¿Qué limitaciones tendré?...quiero decir ¿Me será posible traer alguna criatura para mostrarles a los alumnos?…eso creo que seria de gran ayuda además de que aria mucho mas amena las clases ¿Sabes?…

Le dijo sonriendo por lo bajo, realmente estaba entusiasmado con el puesto, a pesar de que en un principio hubiera ido a cogerlo por el dinero, era un trabajo, que de seguro le agradaría, tenia mucha paciencia y además retomaría algunas lecciones que su propio padre le mostró…

El vampiro derrochaba seguridad y elegancia en cada paso que daba al lado del hermoso rubio, con las manos aun bien resguardadas en los bolsillos de su blazer, mientras la brisa nocturna le daba de lleno en el rostro agitando sus largos cabellos al viento, las callejuelas de la ciudad eran iluminadas tenuemente por las farolas de las avenidas y los rayos lunares que dejaban resonar sus pasos en la penumbra, habiendo una levisima neblina recubriendo estos; ya no recordaba cuando había sido la última vez que le había arrastrado de aquella manera a una guardia, quizá no lo recordara porque era primera vez que le pasaba, en realidad poco le faltaba para devolverse al club y seguir con su plan original, pero algo le hizo desistir...

Mientras estaban en el pub, incluso antes de atravesar la masa amorfa y enmarañada de cuerpos en la pista, había noado a Ien algo ¿inquieto?, no sabría precisarlo, pero el muchacho evitaba mirarle o eso creía, cerró los ojos un instante algo prolongado, sin perder su tranquilo paso, intentando quitar de su mente los absurdos pensamientos que venían de repente y el extraño color carmin adornando las mejillas del rubio, haciendole refulgir sus preciosas orbes azules en tanto el viento hacía jugarretas con las finas y doradas hebras de su cabello, imagen mental que iba de la mano con sus impropias ideas, ¿por qué aquel humano le resultaba repentinamente...tan...

Las palabras del chico, gracias a quien sea que los mirase desde el cielo, interrumpió la idea de su pensamiento no dejando que terminase, él mismo se horrorizaría del resultado, si ya tenia bastantes ganas de salir corriendo de allí aquello no iba a ayudar.-Mientras no pongas en peligro a ninguno de los estudiantes puedes hacer con tu clase lo que te venga en gana.-dijo llanamente, alzando la mirada al cielo, reflejandose el esplendoroso astro nocturno en sus pupilas, respirando profundo el aroma de la noche, mientras voletaba hacia un costado notando por primera vez la casi imperceptible risa del muchacho, curvando sus propios labios en un gesto parecido, pero cargado de asombro y ternura.-Deberías sonreir así mas seguido.-le dijo sin pronunciar palabra, de hecho mas bien pensandolo, maravillado con lo iluminado y sublime que se podía ver el ojiazul estando iluminada siempre su cara por una cálida sonrisa parecida a la que en ese instante le regalaba...

Se paro repentinamente al escuchar aquella voz en su cabeza, no creyendo que de verdad fuera del director, le miro unos instantes, sintiendo como el color que había logrado calmar, retornaba a sus mejillas…viendo aquella calida sonrisa que si pretenderlo se hundió en su pecho…

-¿Por…qué has dicho eso? ¿Por...que te metiste en mi cabeza?...

Apretó los dientes y cerro los ojos, no queriendo que nada mas de lo que el vampiro hiciera le afectara de ese modo…ando un poco hacia un lado apoyándose en la pared para asisarse a algo, cualquier cosa, dudando de si todas las reacciones que su cuerpo tenia, estaban provocadas por los encantos de Eidrien o por la necesidad que comenzaba a tener de acercarse a el…se mordió los labios de nuevo, de verdad no quería todo aquello, uno de los de su raza había exterminado a su padre…y de seguro todos eran iguales, o al menos eso le habían enseñado a el, pero…aquella voz que resonaba de nuevo en su mente, la había sentido tan sincera, y su sonrisa tan calida, que de verdad comenzaban a derrumbarse todos los pilares en los que le habían criado…

Eidrien enarcó una ceja ante la repentina y aparentemente enfadada pregunta del cazador, en realidad su intención no había sido que le "escuchara", parpadeó unos segundos sin saber que decir exactamente, era algo sumamente vergonzoso eso de que el muchacho hubiera oído aquello pues no era costumbre del peliplata hacer "cumplidos" de hecho quien decía que aquello lo era??, no, no y no, sencillamente era una opinión, una opinión que podría haberle dado a cualquiera, no tenía nada que ver con que las facciones de su rostro se vieran incluso mas agraciadas ante la calidez de una sonrisa posada en sus carnosos labios, o como sus ojos adquirían un brillo especial haciendo refulgir el azul intenso de sus orbes ayudado de la palidez de u nívea tez reluciente bajo los rayos lunares, Oh no, claro que no, eso no tenía nada que ver; Eidrien volvió a parpadear luego de haberse quedado viendo al rubio embelesado cuando le preguntara, pero no era porque el condenado hasta enojado se veía hermoso, oh no eso tampoco había sido, era porque sencillamente la pregunta le había descolocado un poco, nada más...verdad?...

-Eh?, lo siento no sé a lo que te refieres, debes estar imaginando cosas.-respondió en tono calmado y hasta algo cínico, haciendo pleno uso de sus dotes de actuación para fingir que nada había pasado y que si lo había hecho, él no era el causante precisamente, miró al chico de reojo con una sonrisa ligeramente burlona como si de verdad lo creyera un demente.-Ya quisieras tú que me metiera en tu mente y en otras partes de tu cuerpo también.-le dijo con un fuerte humor negro, sonriendo de lado para sacar un cigarrillo de la cajetilla que tenía en el bolsillo del pantalón y recostarse también de la pared justo al lado del rubio, apoyando el pié en esta, para encender el pequeño envuelto que tenia entre sus dedos índice y medio, metiendo el brazo izquierdo bajo el codo derecho con el que sostenía su adictivo narcótico, como si se abrazara o algo así, flexionando el brazo para llevarlo a sus labios y dar la primera calada sin decir otra palabra, mirando perdido el firmamento y su hermosa compañera la luna galante sobre sus cabezas...

Vale el chupasangre se acababa de pasar, y además demasiado, no dijo nada, tan solo dio unos pasos hacia delante y se giro en su dirección, alzando el rostro y acercándose mucho al del contrario, incluso paso por la cortina de humo sin inmutarse, le quito el cigarro y lo tiro sin mirar al suelo, perdiendo toda la duda que había tenido hacia unos instantes, y cambiándola por una mezcla de furia, orgullo…y un extraño deseo de lo que aprecia picara venganza…
Se inclino hacia Eidrien, apoyando una mano a cada lado de la cabeza de este, hasta el punto de rozar sus labios contra los del peliplata, dejando su calido y dulce aliento sobre el, no lo pretendía, pero realmente, aquella posición y su seria expresión, lo hacían aun mas sensual, si es que eso era posible…

-Sabes vampiro…ten claro una cosa, se que esa ha sido tu voz…y con esa estupida respuesta de niño caprichoso, tan solo me acabas de demostrar, que me deseas mas de lo que tu mismo quieres admitir…

Su voz era segura, sensual y atrayente, completamente convencido de lo que decía…le mordió algo fuerte el labio inferior pero con completa delicia, tentándolo, rozando su pecho desnudo, contra el enfundado con la camisa del director, hasta que provoco que el miembro de este se alzara levemente, ocurriéndole lo mismo a el para su desgracia…

-Eres un chupasangres, que anhela a un cazador…mmm...…y que además no sabe mentir…

Seguía tentándole, quería calentarlo, quería que supiera, quien deseaba a quien, a pesar de que no se percatara de que el, no se quedaba atrás en lo que al deseo se refería…

De pronto un ruido apenas perceptible quebró el silencio de la noche…haciendo que Ien se irguiera, atento a de donde provenía el sonido…siendo atacado de improvisto a su espalda…
Un vampiro de ojos verdes y pelo rojizo, le mordía el hombro con voracidad…haciendo que el rubio, gritara de dolor, pero sin embargo, con autentica habilidad, saco sus sais del cinturón, clavándole uno en el estomago, y cuando el nocturno dejo de morderle, se giro, sesgándole de un solo corte el cuello, jadeando y dolorido se quedo mirando el cadáver que poco a poco, comenzaba a convertirse en ceniza…

-No estaba solo…era un peón de reconocimiento, saben que es mi ruta…

Se llevo la mano al hombro dolorido, que chorreaba algo de sangre, con la herida de media luna abierta, y aun los sais en la mano…claramente, distraerse aunque solo fuera un instante, conllevaba consecuencias en esa ciudad…

Cuando el rubio se moviera con el orgullo herido, Eidrien solo pudo sonreír con satisfacción, habiendo previsto la reacción del cazador se las había ingeniado para llegar a esas, si bien tuvo mucho que ver la espontaneidad, había logrado precisamente lo que buscaba, o eso quería creer... Al momento en que su pequeña adicción fuera a parar al suelo no es que le prestara mucha atención, sus ojos estaban fijos en los del contrario, y por mero instinto se relamió los labios, por cosas de la vida y del destino esta nueva actitud del profesor le estaba gustando, sentirle tan cerca empleando esa, hasta ahora, desconocida faceta tan amenazadora y sensual provocaba en el vampiro la sensación de querer devorárselo; si, todo estaba resultando según lo planeado, había sido fácil, aunque no se iba a conformar con solo respirar el embriagante aliento del mortal, oh no, quería más y era precisamente lo que pensaba obtener; el rubiecito le había arruinado su "noche de revolcón" y ahora tendría que retribuirle los daños causados, le gustara o no...

Dejó que el cazador hiciera y deshiciera como le viniera en gana, quería hacerle creer que lo tenia completamente a su disposición, rendido a sus pies, que de uno u otro modo, en menor o mayor cantidad, tenía aquello algo de cierto; estaba literalmente "estático" o mejor dicho, en calma, no había hecho el menor esfuerzo por mover un musculo, quería ver cuan lejos se atrevía a llegar Ien, pero sobretodo cuanto éxito tendría en su mas que evidente intento por calentarle.-Hablas demasiado.-terminó por interrumpir tanta cháchara, tomando con mucha mas fuerza de la que se proponía, el mentón del rubio, siendo ahora él quien lamiera los labios del ojiazul con gula, sin apartar la vista de aquellos hipnotizantes ojos.-Estoy seguro de que esa lengüita tiene mejores usos.-continuó con el mismo tono autosuficiente cargado de lujuria, si lo que quería el mocoso era ponerlo a mil quizá le diera gusto, así que, tomándolo de las caderas algo fuerte lo pegó mas a su cuerpo, metiendo una de sus piernas entre las del muchacho, ocasionando que el ya despierto sexo del cazador rozara con su muslo en una fricción deliciosa por la cual tenía que hacer un real esfuerzo vampírico para que no le hiciera perder la lucidez, a pesar de todo, no moviéndose aún.-Creo que para ser el vampiro, según tu, el que desea al cazador, él está mucho mas desesperado que yo .-se inclinó para susurrar al oído, lentamente, casi arrastrando las palabras, llenándose aún mas de su olor, mordiendo sin delicadeza el lóbulo que tenia enfrente para trazar un camino de impacientes pero suaves lamidas por el cuello del muchacho, haciendo y deshaciendo en el cuello del mocoso, intercalando con suaves roces de dientes, antecesores a nuevas mordidas que jamás llegaron.-Y si de anhelos urgidos hablamos hay alguien por ahí que suplica atención.-dejando las palabras para seguir la acción, la pierna de Eidrien se movió, rozando en círculos el duro miembro del profesor; cuando, maldita sea la hora, un ruido logro captar por instantes su atención, si hubiera sido por él ni siquiera le haría caso, tenía cosas mas urgentes en las que ocuparse, como el muchacho que se estremecía en sus brazos, aún así cazador y humano terco al fin, el rubio si se puso alerta, girándose rápidamente justo en el momento en que le herían por la espalda...


Eidrien se quedó impávido, la sangre vertiendo de la herida del hombro del muchacho, le despertó la sed, se sabía controlar, solo que el olor metálico del vital liquido le nubló los sentidos, haciendo que crecieran instantáneamente sus pequeños y finos colmillos; no pasó mucho mas ante de que con extrema habilidad el rubio se encargara del asunto, poniéndole fin a la pusilánime vida del parasito; "peón de reconocimiento", así los llamaba el ojiazul pero para él eran tan solo basura, seres inferiores sin capacidad de raciocinio alguno, vergüenzas para los de su raza; el olor a sangre no cesó, por el contrario se hacía mas intenso, eso lo sacó de sus cavilaciones, recordando la herida del muchacho, sin perder el porte y con todo el libido en cero gracias a los hechos, se acerco despacio al cazador, lo tomó de la cintura con fuerza girándolo en torno a él hasta pegarlo por completo a su cuerpo, perdiéndose en su mirada unos instantes y sin mediar palabra, besar sus labios con castidad y dulzura, sin ir mas allá, trazando un camino de estos, hasta su hombro, mas exactamente sobre la herida, alternando ahora el jugueteo de sus labios con pequeñas pero suaves lamidas, bordeando cada surco de media luna, limpiando poco a poco el liquido carmesí que fué disminuyendo en cantidad, cuando su saliva curativa hiciera efecto en la piel del cazador ocasionando que la abertura se cerrara con rapidez y efectividad, no separándose aun el peliplata, quedándose tan solo un milisegundo mas para respirar el aroma que le estaba empezando a agradar y depositar un ultimo beso en la clavícula del muchacho, uno que no era necesario pero que él se quería dar el gusto de dar, apartándose ahora si para relamerse los labios, limpiando cualquier vestigio del rojizo liquido que acaba de limpiar, y aprovechar para saborear, sin mirar al rubio, solo al horizonte percibiendo el peligro.-No sé como me dejé arrastrar a este maldito lugar.- bufó estresado con algo de migraña, que lo visitaba por primera vez en días, comportándose de lo mas natural, con la misma antipatía de siempre, como si nada acabara de pasar, decidido a irse de ahí antes de que algo mas pasara, no era cobarde, mas bien era perfectamente capaz de defenderse solo contra un centenar de escorias como la que acaba de atacar a Ien, solo que en realidad luego de aquel "rush" entre el rubio y él lo menos que tenía era ganas de pelear, había muchas cosas en las que pensar, después de todo, dentro del juego de provocación, hubo algo de cierto y justo lo que acababa de hacer no entraba de sus planes, claro que no podía dejar que su nuevo profesor se, literalmente hablando, desangrara en una sucia callejuela como esa, si no tendría que trabajar doble al tener que iniciar la búsqueda de un nuevo instructor verdad? Cosa que le daba total flojera, claro que el toque cariñoso nada tuvo que hacer ahí… Por qué demonios había hecho eso?!!!....