Sombras familiares - libre -

-Nos ha insultado…

-Cállate…para tu desgracia el pasado la prueba…

-Darah…

-Esto ya es de tu incumbencia…

En apenas un instante…la puerta de la cripta se había sellado…y Darah estaba frente al muchacho…acariciándole el rostro con sus fríos dedos, pero cuidadosamente…

-Ella es de los menores problemas que te puedes encontrar aquí…no te he manipulado…solo te mostraba lo que puede llegar a suceder pequeño…no solo os mantengo lejos del cementerio por gusto…

Por extraño que parezca…la voz de darah sonaba sincera, calmada incluso un poco a la par preocupado de que no le creyera…

El chico se sobresaltó al encontrarse con el vampiro frente a él pero se mantuvo sereno de inmediato, apartándose inconscientemente de la mano que acariciaba su piel, llevándose la mano al brazo, frotándolo, tratando de quitar aquella incómoda sensación escamosa que se dispersó enseguida.

-¿Esto ha sido porque... quiero venir al cementerio?-le preguntó un poco más calmado. Le miró un momento a los ojos con la frente ligeramente fruncida y después apartó la mirada, observando su alrededor, tranquilo entre los árboles y las lápidas-. ¿Hay algo más que deba saber?

-Este lugar no es un simple cementerio pequeño…aquí no solo yace seres inertes…sino también durmientes, cualquier mala jugada, provocaría su despertar…


-Mmmm que sucede…tanto odias que este en tu interior…te he dado poder Darah…inmortalidad…deseo…fuerza…todo lo que eres ahora…me lo debes…

-Precisamente…_miro al chico_ acércate a mi por favor…_ le tendió la mano de nuevo…con una mirada algo suplicante…_

Baladaur le miró un momento alzando las cejas y arrugando la frente. En realidad no tenía muy claro lo que estaba sucediendo. Se decía a sí mismo que todo era normal, que había criaturas extrañas circulando por la ciudad, pero aún así en el fondo no terminaba de acostumbrarse a nada.

Contempló aquella mano de nuevo y relajó todo el cuerpo, mirándole un momento a los ojos y acercándose lo suficiente a él como para rodearle el torso con ambos brazos y quedarse allí un momento. Supuso que era lo más cerca que podía estar.

-De acuerdo... Este sitio es peligroso y yo no duraría aquí ni diez minutos. Lo he captado.

Darah suspira acariciándole los cabellos con lentitud…

-Siempre que me llames y acuda a tu lado, puedes entrar…solo ni se te ocurra… entrar…

Miro al muchacho…mordiéndose la lengua hasta hacerla sangrar de pronto…

-Esto es un regalo, por haberte hecho sufrir ahí dentro…

Beso a Bal entreabriendo los labios, para que el menor pudiera saborear su poderosa sangre…sintiendo lo suaves y calidos que se sentían los belfos del pequeño…entrelazando su lengua con la del otro, como dos serpientes que se buscaban…

El chico había sido tomado por sorpresa. Se encogió como empujado por un resorte en los brazos del vampiro y recivió aquel beso inesperado sin saber que hacer. Sin embargo le sorprendió más el sabor que tenía. Había provado decenas de veces su propia sangre, cuando se hería, y era de un sabor metálico no del todo agradable. Sin embargo aquella era dulce y extraña, y por un segundo creyó que podía terminar siendo adicto a aquello.

-Ah...-el chico recobró el conocimiento, dando un paso hacia atrás y pasándose el dorso de la mano por el labio inferior, con el sabor de la sangre ajena aún pegado al paladar-. No te aproveches-le dijo frunciendo levemente el ceño y apretando los labios. Desde luego aquello no estaba bien. Pensó en salir de aquel cementerio, pero tan pronto miró la senda de vuleta dio un simple paso atrás y no se movió más.

-No lo hago…te he dicho que es un presente…

Le explico mentalmente para que el menor se percatara de a que se refería…sonriendo a la par que se acercaba a el y le cogia del mentón para hacerle mirar a sus fríos ojos azules…

-Si quieres salir de aquí, solo debes pedírmelo…dudo que encuentres la salida sin mi ayuda…

El muchacho se giró a mirarle, sorprendido.

-Eso... ¿lo has dicho tu?...-preguntó más hablando consigo mismo que con el vampiro-. ¿Les haces esto a todos los que se te cruzan? Ya no queda forma de tener intimidad en esta ciudad...-se quejó pasándose la mano por el cabello, arrojándolo hacia atrás y mirando de reojo al hombre para pensárselo mejor, apoyándose en una de las piedras para sentarse cansado.

-Me quedo. Es más interesante rondar por aquí que salir a que me atraque cualquiera, pero deja de asustarme. Yo no tengo poderes como vosotros...-le dijo torciendo el gesto, casi evitando mirarle a los ojos.

Darah enarqueo una ceja…

-No todos los que desean entrar aquí son tan educados y respetuosos…

-Desde luego…y todavía no tengo claro por que le dejas entrar a el…es un medio demonio Darah…

-El no lo sabe…

Musito con lentitud…para que el menor no le escuchara…

-Que te atracaran…seria lo de menos…has traspasado el toque de queda…si deseas ir a casa…te llevare yo mismo…

Baladaur miró un momento al hombre y negó con la cabeza, desviando la vista al resto del cementerio.

-No. En casa ya estoy todo el día, durmiendo, porque trabajo de noche, pero esta la tengo libre, por eso aproveché para venir aquí y tratar de entrar como ya lo había intentado otras veces. Hoy di en clavo-dijo sonriendo después. Su primera sonrisa de la noche no había sido forzada. Normalmente se veía obligado a sonreírle a los clientes tan sólo por no perderlos, y había cogido tanta práctica en fingir complicidad que sus sonrisas nunca se veían forzadas. Esta vez sin embargo era sincera.

-Dime... Darah... ¿podrías contarme algo sobre tí? No suelo conocer un vampiro todos los días...-dijo encogiendo un hombro.

Darah le sonrió al muchacho, sentándose en el suelo frente a el, la camisa negra se ceñía a su pecho, dejando entre ver el pecho, y ese extraño colgante con forma de lagrima roja…

-No te agradaría saber de mi…y te puedo asegurar, que conoces a muchos vampiros…en el club, por las noches ellos son la mayor cantidad de clientes que tienes…otra cosa es que no te percates…además ya te lo he dicho…no soy un simple vampiro…

-Que no eres un vampiro cualquiera ya lo se...-dijo recordando lo que le había dicho al presentarse-. Pero tampoco todos esos vampiros que frecuentan el club me conceden algo así... Dime, ¿sólo tu puedes hablarme... mentalmente?-le preguntó encogiendo una pierna sobre la piedra y abrazándola-. Porque si cualquiera puede saber lo que pienso en todo momento ya puedes deshacer lo que has hecho-se quejó frunciendo el ceño, dándose de nevo cuenta de la gravedad de aquello y pasándose la mano por la nuca, frotándola.

Sonrió de nuevo haciéndole gracia las preocupaciones del pequeño…

-Tranquilo, tu mente tiene un bloqueo natural...es fuerte…yo solo he abierto mi puerta, para los demás sigue cerrada al menos que tu lo desees…ellos podrán hablarte, si tu quieres que lo hagan…

Le observo durante unos instantes ladeando la cabeza como si fuera inocente…

-¿De verdad quieres saber algo de mi?...

El muchacho asintió sorprendido. Le costaba comprender y asimilar que tenía tal capacidad, pero sin duda sonaba interesante y a la vez preocupante.

-Pues si-dijo volviendo a mirale-. Me gustaría saber algo... de tan importante persona-comentó pronunciando las palabras con lentitud, sonriendo después de forma suave y delicada como sólo sus finos rasgos le podían permitir.

Darah se movió, recostando la espalda en uno de los árboles con las piernas abiertas

-Ven…

Le dijo dando una palmadita en el suelo entre estas para que se acomodara en su regazo…

Estaba acostumbrado a los magreos entre los clientes, pillándole a él siempre por medio, y sabía bien como emborrachar y mantener a los clientes en su sitio, mientras las ganacias seguían aumentando y él se mantenía a salvo. Y el gesto del vampiro en aquellos momentos le evocó a un episodio similar.

El muchacho se levantó de la roca y caminó hasta él, despacio.

-¿No te vale igual hablarme a distancia?-preguntó parándose frente a él, con las manos en la cintura y mirándole con el ceño fruncido. Se lo pensó un momento y torciendo el gesto se dio la vuelta y se sentó donde le había indicado, dejándose caer en el suelo y procurando no tocarle demasiado.

-No voy a hablarte…es mas fácil si te lo muestro…además…no soy ninguno de tus clientes..

Dijo habiendo escuchado el eco de sus pensamientos…
Lo apreso por al cintura, pegándolo a su pecho por completo…

-Precisamente lo que necesito es que me toques pequeño…

Bal se encogió de nuevo al notar aquel agarre, pero esta vez no se apartó de él.

-Siento haberlo hecho-se disculpó notando el pecho del vampiro apretado contra su espalda. Tragó saliva y se pasó la lengua por los labios, moviéndose a penas-. Ten cuidado con... lo que me enseñes. No estoy muy orgulloso de ello pero soy de mente frágil y cualquier cosa puede traumatizarme-avisó, notando como se tensaba de arriba a bajo y hacía esfuerzos por relajarse.

Cogio el mentón del chico habiéndole girar la cabeza hacia un lado con lentitud…mientras el se inclino para deslizar sus carnosos labios contra el cuello del menor…dejando un extasiante calor, ahí por donde pasaban a pesar de que estos eran fríos…los alzo para poder susurrarle al oído…mientras seguía acariciando el borde de este con sus belfos…

-Tranquilízate Bal…se cual delicada es tu mente…no te mostrara de mas…

-Dios…que cuello mas hermoso…dime que te lo vas a zampar…Darah…estoy sediento…y ese muchacho es demasiado apetecible…

Hizo caso omiso de su voz…concentrado en el paseo que acababa de iniciar su boca, por la suave piel de la mejilla del chico…

Sintió escalofríos cuando notó aquellos labios recorrerle la piel y su respiración se agitó de forma incontrolada irremediablemente.

-No-mustió apartándose unos centímetros al notar las cosquillas que hacía con su boca sobre su oído-. Esto es lo que querías enseñarme?-aguantando un segundo el aliento para atragantarse después, removiéndose entre los brazos del vampiro-. Quieres magrearme-le dijo girando el rostro, mirándole a los ojos con cierta molestia y la piel del rostro ligeramente teñida de rosa.

-Te vuelves a equivocar Bal…

Musito inclinándose hacia el hasta besarle de nuevo…conectando su mente por completo…con la del menor…mostrandole…parte de su “vida”…la antigua construcción de la ciudad…el esfuerzo que el mismo había tenido que hacer, para contener a ese ser en su interior…la soledad de su vida…pera evitar que ese monstruo, dañara a nadie…un corazón helado, pero no muerto…que rogaba por latir de nuevo…que rogaba por caldearse para resurgir…si el corazón de Darah…claramente no era un vampiro…era un dios…un guerrero y luchador…alguien quien había sacrificado su propia cordura, por ayudar a los congregados en Isten darah…

Profundizo en el beso…entreabriendo los labios para deslizar su húmeda serpiente dentro de la calida oquedad del muchacho…acariciando con la yema de los dedos las mejillas sonrosadas del pequeño…

De nuevo aquella entremezcla del beso, inesperado una vez más, y la visión de todas aquellas cosas se hacía incomprensible e insoportable. Baladaur podía notar como su propia realidad y los recuerdos y viviencias del vampiro se retorcían una contra la otra, y al final podía sentir como su mente pedía a gritos un respiro.

Apoyó las manos en el cuello de Darah y se empujó con suavidad hacia atrás, liberándose de él una vez más, arrugando la cara un momento y pasándose la mano por ella, tratando de asimilar la situación.

-Y si eres todo eso....-comenzó a decir de nuevo con la respiración entrecortada, alzando después la vista hacia él-. ¿No tienes más medios para comunicarte que metiéndome la lengua?

Se carcajeo ante el comentario del menor, inclinadose de nuevo para morderle con suavidad el labio inferior, pudiéndoselo haber arrancado con sus afilados colmillos…pero sin embargo fue un gesto suave…incluso juguetón…

-Solo tendría que haberte tocado…pero al alejarte no me has dado mas remedio pequeño...tu querías conocerme…y te he mostrado parte de mi pasado…además ando un poco obsoleto en ello…no suelo mostrarme a nadie…

Dijo sonriéndole…en este caso con sinceridad…dándole a su frío rostro, algo de calor, algo de vida, que parecía endulzarle con fuerza…

-Supongo que entonces debería sentirme honrrado...-comentó con algo de sarcasmo, pasándose la mano por la nuca y separándose después de él, reptando por el suelo hacia atrás para verle de nuvo desde una distancia prudente. Realmente parecía todo un honor si el vampiro decía la verdad, aunque no le salía darle las gracias, ni si quiera sabía si tener aquella información era bueno.

-Además-dijo el chico acordándose de pronto de algo-. Quién te ha dicho a ti que me guste que me bese un hombre-le dijo.

-Todo eso de el hombre y la mujer…esta mas que sobrevalorado…he estado con ambos sexos…y te aseguro que ambos son mas que placenteros…

Sonrió ante el alejamiento del chico…¿Cómo si aquello pudiera impedir que le tocase?


-Además…tu boca…me parece deliciosa…

Susurro en tono bajo…observando las reacciones del pequeño…