Con una rosa...

Melissa miro su galletita de la suerte, abriéndola y cogiendo el papelito…

-“Tu futuro dependerá de una lagrima teñida”

Miro al vampiro, siempre entendía esas cosas pero definitivamente se había quedado pillada, le tendió el papelito al mayor y ella cogio uno de los Collins que estaban en la cesta de pan, saboreándolo con una gran sonrisa…

-Esta bueno…

El chico cogió el papelito que ella le ofrecia y lo leyó. Su sonrisa titubeó ligeramente. Parecia algo bastante... ¿posible? Hasta hacia poco pensaba que aquellas galletitas solo ponian cosas simples para animar a las personas. Tendría que hacerse con el nombre de la persona que las escribia. A lo mejor se trataba de algun adivino...

- Humm... Es bastante...misterioso...- ¿la lágrima teñida se referiria a una gota de sangre? Porque si era así, él haria lo posible por ser el aludido. La dejó en la mesa y tomó lo mismo que ella.- Si que está bueno...Aunque no es mi...tipo de alimento diario.

Aunque dijo aquello, probó algunas cosas más del plato. Se limpió la boca con la servilleta de una manera fina y discreta, como se habia enseñado hacia unos siglos, y la miró con curiosidad.

- Cuéntame más cosas de ti.

Melissa se quedo mirando al vampiro algo pillada por la pregunta…

-No se que contarte…pregunta algo en concreto, soy muy mala para contar mi vida…lo mas interesante que he hecho a lo largo de ella…es esta noche…

Murmuro llevándose otro collin a los labios, algo sonrojada por habérselo confesado…

Sonrió, sin dejar de mirarla. Le agradaba que apreciase tanto aquella noche. Él no se lo creia aun, pero también lo estaba pasando bastante bien. Pasó un dedo por el borde de su copa, intentando distraerse de la mirada de la chica. De vez en cuando aun recordaba lo que era él y lo que representaba ella.

- Pues...¿Que tienes pensado hacer cuando termines los estudios?- soltó una risita, débil, con la intención de que pareciese algo cortada.- No se... Es que tampoco quiero que pienses que soy un cotilla entrometido.

Melissa no tardo demasiado en responder tenia mas que claro que haría al finalizar las clases…

-Seré guardiana de Isten Darah…alguien tiene que proteger al comecocos tonto de mi hermano…

Suspiro largo y tendido en realidad no es solo que fuera una tradición familiar, sino que aunque pareciera mentira, a ella le agradaban las cosas que su hermano le mostraba y eso incluía la lucha y las diferentes especies nocturnas…

.Y tanbien me agradaría, poder enseñar algo en “Eternity” me gusta ese lugar, se respetan unos a otros sin importar que eres o la edad…

-Mmm...guardiana...- comentó bajando la mirada hacia los entrantes y tomando uno cualquiera. Sin duda, guardiana de gente como él, que suponia amenazas para ls ciudad aunque nadie lo supiera. Lawrence se había encargado de entablar amistad con los peces gordos para asegurarse que nadie sospechaba. Menos con Darah, claro... Darah era la única persona a la que el vampiro no soportaba y no se preocupaba en ocultarlo.- Todos dormiremos mejor sabiendo que alguien como tú está al amparo de la ciudad.

Le sonrió cuando terminó de masticar.

En ese momento llegó el camarero con los platos de pasta. A una persona normal se le habría hecho la boca agua al oler aquel majar, pero el chico hizo un gesto de agradecimiento al camarero y prosiguió con lo que estaban hablando.

- Yo nunca he ido allí. A 'Eternity', quiero decir. Deberías llevarme. Si no te importa mi compañia...

Esperó la respuesta, pensando que lo había bien la persuasión. Un poco de humildad, una sonrisa encantadora, la sugerencia...

Melissa sonrió ante aquella petición inclinándose un poco le dio un beso en la mejilla…

-Eso no era necesario ni que lo preguntaras, me encantara mostrarte el campus, yo lo adoro, después de la biblioteca, es el lugar que mas me agrada visitar…

Dijo sonriendo radiante, y es que aquello era cierto, y la biblioteca, superaba el campus, precisamente por que era Lawrence quien lo regentaba…

Le sorprendió aquel beso repentino, pero se quedó totalmente quieto mientras Melissa depositaba sus labios en su mejilla. Después le regaló su sonrisa más seductora. Solía ser muy paciente en aquellos casos, pero mientras más tiempo pasaba con ella, más le costaba hacerse 'la buena persona'.

- Te aviso. La proxima vez que me beses no será en la mejilla.- murmuró. Se echó hacia atrás y cambió de tema al acto, para aturdirla.- Así que la biblioteca está en el primer puesto...- comentó mientras bebia un trago de agua.- Me alegra oir eso.

Dejó la copa y apoyando los brazos en la mesa entrelazó los dedos.

- Entonces decidido. Algun día pasaré a recogerte al campus y antes de irnos me lo enseñarás.

Melissa se rió ante ese comentario, hasta que empezó a asimilar lo que eso parecía decir, y de pronto se puso como un tomate, quedándose con la boca entreabierta, algo aturdida ante esa idea…ensimismada con lo que aquellos con llevaba…

Ladeó la cabeza divertido ante aquella reacción tan encantadora. Con el tenedor señaló el último canapé de uno de los platos.

- ¿Vas a comerte eso?- preguntó sin mirarla. No iba a añadir nada sobre lo que había dicho. Dejaria que lo hiciese ella. Seguir contemplando su expresión de incredulidad y ver si añadía algo, o si finalmente Melissa fingia haberlo ignorado, sería divertido.

Nego con la cabeza mirando al vampiro en silencio, cogio fuerzas y se inclino hacia el...

-¿Por que quieres besarme?

Dijo en el mismo instante en que el camarero aparecia con las pastas...consiguiendo que Melissa se pusiera roja, pensando que le habia escuchado

Lawrence la había escuchado, pero miró al camarero como si nada.

- Muchas gracias.

- Espero que la comida sea de su agrado y del de la señorita.- dijo el hombre inclinando suavemente la cabeza.

- No me cabe la menor duda.- sonrió el vampiro.

El camarero se marchó y entonces Lawrence miró a la chica.

- Preguntarme eso equivale a preguntarle a un poeta por qué se inspira en el amor.- contestó con voz aterciopelada.- Eres preciosa, Melissa. Y deberias saber que tus labios son una debilidad para los hombres. A mi, personalmente, parecen irresistibles.- se inclinó un poco más sobre la mesa para acercarse a ella.- Creo que te he dado una buena razón, no?- murmuró.

Melissa se muerde los labios…

-Me deseas como hombre…pero ¿Y como Lawrence? Dime…me añoras por ser yo, por lo que soy o solo por mi cuerpo…

Dice rozándole con la yema de los dedos su mejilla…

Él la contempló con el semblante inexpresivo. Ni serio, ni sereno. Melissa estaba jugando con fuego...

- Te deseo como hombre, quiero poseerte como Lawrence. Y quiero olvidarte como vampiro...

Melissa enrojeció en sobre modo, mordiéndose los labios sin poder evitarlo…

Pero simplemente retiro la mirada, cogiendo con el tenedor la pasta y metiéndosela con delicadeza en los labios…comenzando a comer en un intento de aclarar su mente…

Estudió su rostro, intentando descifrarlo. Pero se perdió totalmente en aquellos labios sonrosados a causa de tantos bocados distraidos. Cogió su copa y volvió a beber. Por un momento se sorprendió al notar el agua fresca. Llevaba tantas cosas en la cabeza que sin saber porqué había esperado tomar sangre.

- Espero que esto no vaya a significar un contratiempo en nuestra amistad.- dijo algo más sereno, mientras dejaba la copa en la mesa.- Ruego que me perdones, Melissa. No queria incomodarte ni asustarte.

Realmente empezaba a pensar que había ido demasiado rápido. Ella era joven, aunque no lo pareciese...

-No has logrado ninguna de ambas cosas…

Dijo algo seca, enroscando otro tallarín en el tenedor y llevándolo a su carnosa boca

Abrió los ojos sobremanera cuando la chica habló de esa forma que pretendia ser normal, pero resultaba algo cortante. Su sonrisa traviesa se dibujó en el acto y apoyó su barbilla en una mano, mientras la observaba comer la pasta.

- Eres una mujer de hielo.- la picó un poco.- Llevarás de cabeza a media clase, seguro.

-Supongo…_ dijo con calma como si simplemente le hubiera preguntado que si le gustaban las pastas o cualquier otra tontería…pero aunque esa fachada perfecta suya se erguía confundiendo al vampiro…ella se reconcomía por dentro, dándole vueltas a lo dicho por Lawrence, como enrollaba sus tallarines en e tenedor…

El muchacho ni siquiera se replanteó echar un vistazo a la mente de la chica, porque sabía que aunque aparentaba tranquilidad, por dentro su cabeza tenia que ser un completo caos. Se echó hacia atrás en la silla y carraspeó. Cogió su copa de agua para beber.
Estaba bastante preocupado, porque cada vez se daba más cuenta de que haberle dicho eso habia sido precipitarse demasiado. ¿Qué deberia hacer ahora? Solo tenia dos opciones. Intentar ser más paciente y aguantarse durante un tiempo, mientras conseguía la confianza total de Melissa. O conseguirla a la fuerza.

No era una persona paciente, desde luego, pero la segundo opción era descabellada.

Tan descabellada que sentia unas ganas tremendas de hacerlo...

- Dime al menos que hoy te lo has pasado bien.- dijo con calma, sin dejar ver su impaciencia.

-La noche aun no ha terminado…pero si lo estoy disfrutando…_ se mordió los labios dejando el tenedor en la mesa. Pues ya no le cavia nada mas en el estomago…suspiro y torno a mirarle_ lo siento…es solo que, yo…yo…_ se llevo el dedo a los labios rojizos: también deseo…besarte…_ estaba como un tomate, la sangre se le había subido a sus deliciosas mejillas y el color de los labios mas intenso debido a la mordida, aunque aun no se atrevía a mirarle…al menos se lo había confesado…y eso ya era un tremendo paso…

Se quedó atónito ante aquella confesión, tan inocente pero seductora a la vez. Nerviosa y avergonzada, pero en cierta manera atrevida. El chico tuvo que dejar de mirarla también para no obedecer a sus impulsos de sacarla del restaurante en aquel momento y llevarla a su casa.

Sí le iba a enseñar su mansión, pero no tan pronto.

Terminaron de cenar y Lawrence pagó tal y como habían acordado, aunque la chica se opuso durante un buen rato.

Cuando entraron en el coche él no pudo resistirlo más. Esa tarde solo tenia planeado cenar con ella para tantear terreno y después llevarla a su casa y mostrarle sus respetos a su hermano, para ganar confianza con la familia. Sus cáculos eran perfectos, como siempre, pero ahora todo había cambiado. En dos segundos ya tenia el plan B listo.

- Antes de venir dejé en mi casa unos libros para traértelos, sobre la hechiceria en distintos paises, algo de magia avanzada...- mientras hablaba no la mirada, sino que jugueteaba con la llave puesta en el contacto sin arrancar aún.- Pero acabo de recordarlos ahora.- La miró.- Si quieres mañana los devuelvo a la biblioteca y pasas a por ellos. Aunque, bueno... ¿Quieres recogerlos ahora?

Culpabilidad, persuasión e inocente insinuación. Todo bien meditado.

Le miro atonita cuando dijo eso, retorciendose los dedos en sus suaves manos, mientras los apretaba a su cintura nerviosa, meditando unos segundos que le parecieron eternos...

-Yo...ya que te has molestado en cogerlos, no me importa ir abuscarlos...si no es molestia claro_ dijo con suavidad, alzando la mirada para verle con sus ojos de un intenso y hermoso azul cielo...

La miró sonriendo y sin añadir nada más arrancó el coche y pisó el acelerador.

Al parecer aquella noche iba a ser más memorable de lo que había imaginado.

Aunque durante le viaje a su casa tendría que pensar cuales serian los libros de su casa que le enseñaria a la chica, puesto que no tenia ninguno de la biblioteca.