Con una rosa...

Al escuchar aquella voz en su oido, se mordió los labios para controlarse, pero lo que ella le explicó le escandalizó.

- ¿Esconderme en un...?- meneó la cabeza asombrado, como si no se creyese lo que le estaba diciendo.- ¡Claro que desentonaria! Además, soy demasiado elegante y discreto como para atacar de esa manera. Mi estilo es muy distinto a eso...- lo decia como si fuera una broma, para que ella no pensase que estaba enfadado o algo, pero sus palabras eran ciertas. ¿Por qué mancharse el traje si podía hacerlo de una manera más meditada y deliciosamente perfecta?

Después se percató de que ella le había alabado y tosió algo incómodo. Pero no porque tuviese vergüenza o algo, que va. A él le encantaba que le piropeasen porque sabía que era cierto lo que le decian (modestia aparte). Más bien lo hizo por la chica, porque le hacia gracia que lo hubiese dicho sin pensar. Y para rematar y avergonzarla un poquito más, divertido, contestó con serenidad.

- Gracias.

Se puso todavía mas colorada si cabe…echando un poco su melena hacia atrás, para despejar su rostro y cuello…sitiándose algo pesada…por la vergüenza…
Suspiro y estiro de nuevo su mano, para alcanzar los emanems, dispuesta a concentrarse en ellos hasta que su lindo rubor descendiera aunque solo fuese un ápice…mirando de vez en cuando de reojo a Lawrence, como preocupada de si a el le molestaba algo de lo que dijera o hiciese…

Se suponía que ver a Melissa ruborizada iba a entretenerle mientras se acababa la película, pero pasó algo que le hizo dudar mucho de su capacidad para controlarse. Ella estaba muy cerca de él. Mucho. Demasiado. Y había dejado un fino cuello a la vista.

De haber tenido un organismo normal, seguro que el chico habría empezado a sudar de la fuerte presión que sintió en su cuerpo en ese momento. No podía apartar la mirada de aquella línea casi invisible que surcaba por debajo de la piel. Aquella vena le pedía a gritos ser mordida.

Se removió en el asiento y una vez más su mente asesina y su razón entraron en un gran debate. si lo haces ahora te arrepenetirás. Podrías matarla y probablemente su hermano quiera venganza. Y aunque te sientas con un poder bastante fuerte como para ganar, ¿No echarás de menos estos ratos? ¡No necesitas estos ratos! solo es una humana y por tanto prescindible. No lo es. -ya nada seria igual. Tus ansias de sed se calmarian durante un rato pagando un precio muy alto. Y la sociedad lo sabría. Acabarias perdido. Y sin ella...

Soltó una bocanada de aire muy despacio, asi sin acabar de creerse que aquella guerra interna hubiese terminado a tiempo para que él puediese enterarse del final de la película. En esos momentos, la protagonista corría perseguida por el asesino (¡Qué irónico!) y el chico bueno conducia a gran velocidad para llegar a tiempo a socorrerla.

Notó que ella le miraba de reojo de vez en cuando.

- ¿Si? ¿Qué pasa?- le sonrió con todo el cariño que logró fingir pasados aquellos momentos de tensión.

Negó con la cabeza, viendo que el vampiro estaba un poco raro, como agobiado…se acerco un poco mas a el, acariciándole la cara de improvisto con extrema ternura, mirándole algo preocupada…

-¿Estas bien?...te noto como molesto…si quieres, podemos salir ya, no me importa no ver el final…total…siempre acaban igual…

Le dijo sonriéndole como intentando animarlo, mientras pasaba sus calidas manos, por la mejilla helada del vampiro…

La miró. No le importó que quisiera salir antes de la sala, pero sí que se tomase tantas confianzas con él. Por supuesto que no le molestaba en absoluto que le tocara. Él nunca dejaba que nadie se le acercara, puesto que era superior a los demás y no podían permitirse tocarlo. Sin embargo, a ella le dejaba. Le gustaba que le tocase y sentirla cálida sobre su fria piel. Pero le preocupaba que lo hiciese tanto que finalmente él no lograse controlar su sed.
Pensó que al fin y al cabo había sido culpa suya desde el principio, porque él empezó rompiendo el hielo tan repentinamente. Y entonces algo se le pasó por la cabeza.

¿Y si la joven y encantadora Melissa se está enam...?

Sin dejar de mirarla esbozó una amplia sonrisa, desechando aquella idea absurda. Solo se sentía atraida hacia él por lo que era. Porque estaba en su naturaleza de vampiro atraer a los humanos. Nada más.

- Por supuesto que estoy bien, querida. Tranquila, no te pierdas el final, si total solo quedarán unos cinco minutos, tal y como están las cosas.- subió su mano y acarició la de ella, que aun seguía en su mejilla.

Se volvió hacia la pantalla y frunció el ceño.

- Ese tio es un cabrón de cuidado. ¿No crees?- rió.

Sonrío traviesa ante el comentario de Lawrence llevándose uno de los pocos emanems que le quedaba a al boca…

-Yo creo que acabara muerto con su propio cuchillo…siempre sueles acabar así este tipo de películas…

Murmuro girando el rostro hacia el film…y justo en ese momento, la protagonista le dio un paletazo en la cabeza al malo…quitándole el arma… y clavándoselo en el estomago, incluso retorciéndolo…contra todo pronostico, Melissa se relamió de la escena…pereciendo haberle gustado lo sádica que era…

Le sorprendió sobremanera que la muchacha hubiese acertado de pleno, porque aquellos finales solían ser tan predecibles que parecía mentira que un director moderno lo hubiese usado. La miró dispuesto a aceptar su derrota en sabiduría y la pirlló justo relamiéndose igual que habría hecho él si la escena hubiese sido real. No pudo evitar sonreir con malicia. Tal vez la chica inconscientemente tenia un lado perverso que él mismo se ocuparia de sacar a la luz con el tiempo.

- Enhorabuena. Has acertado sin necesidad de leer mentes.- reconoció. En aquel momento llegó el protagonista y abrazó a la chica, que lloraba mientras susurraba que todo iria bien de ahora en adelante. Algo escalofriantemente típico, a decir verdad. Los créditos siguieron y sin perder un instante Lawrence se levantó y le tendió una mano a Melissa.- Me permite, princesa?- preguntó con una sonrisa seductora.- Su carroza nos espera.

Le sonrío calidamente, poniéndose algo colorada, pero enseguida tomo la mano de Lawrence entre la suya, y se dejo guiar…

-Claro… ¿Dónde cenaremos?...espero que no sea muy caro, encima que me invitas, no quiero causarte molestias…

- No te preocupes. Será un restaurante normal.- mintió picaronamente, pues había reservado la mesa principal del mejor restaurante de la ciudad. Las apariencias ante todo, solía ser uno de sus lemas.

Ambos salieron y se encamiraron hacia el Mercedes plateado del vampiro. Él abrió el coche y acto seguido fue hacia la puerta del copilota para abrirla y que ella pasase.

No eran pocos los que en la calle le miraban con recelo y susurraban cosas como 'la pobre chica'. Él se limitó a sonreirles con malicia a todos y entendió porqué iba tan poca gente a la biblioteca.

Melissa escuchaba los comentarios de sus observadores, haciendo caso omiso a cada uno de ellos, no le importaba lo que pensaran, ella estaba feliz así, y esperaba que Lawrence también…

-Es un coche precioso…yo me sirvo de autobuses o de la moto de Ien…

Dijo riéndose de si misma…

El chico sonrió ante aquel cumplido para su coche. Lo tenia desde hacia bastante tiempo, cuando un imbecil entró en la biblioteca medio borracho y tuvo la insensatez de burlarse de algunos nombres de autores conocidos. Lawrence no lo pudo evitar y tras ver que se trataba de un turista, se sirvió de él para merendar. Cuando se dispuso a esconder el cadaver, vio que aquel coche estaba aparcado fuera, esperando a su nuevo dueño.

- No deberias ir en autobus. Van demasiado llenos y hay mucha gente que se aprovecha de ello.- encendió el motor y metió la primera marcha mientras echaba un vistazo al retrovisor antes de ponerse en marcha.- Si quieres puedo llevarte y traerte yo del instituto.

Aquello seria un gran punto a su favor y quizas su hermano también lo aceptaria.

Se sonrojo en sobre manera ante aquella oferta…mirando a Lawrence con un tímida sonrisa…

-Te…te lo agradezco pero Ien me trae y lleva…el es el profesor jejeje…pero, además no quiero ser una carga para ti…y eso de tener chofer particular realmente no es lo mío, pero si me agradaría quedar mas veces…y ahí…si podrías recogerme si quieres…

Murmuro algo avergonzada, apoyándose mejor en el respaldo del asiento, sonriéndole con esa calidez tan propia de ella…

Estaba seguro de que le contestaria algo así y sonrió resignado.

- No sabia que tu hermano era profesor...- comentó.- Así es normal que sienta tanto interés en enseñarte las buenas costumbres.- Miró una vez más por el retrovisor y después se volvió hacia ella.- Y sí, me gustaria ir a recogerte al menos los días que quedemos. ¿Crees que estropeará demasiado tu buena imagen que un vampiro vaya a recogerte y te suba en su coche?

Lo dijo en broma, pues sabia que aquello precisamente la haria muy popular. ¿Quien no querria subirse en el coche de alguien tan atractivo como él y de su condición? Aun así, sabia que ella no era la típica chica materialista que lloraria de emoción por algo así. Lo habia comprobado al ver como rechazaba su oferta de llevarla él mismo a clase.

- Bueno, pues hemos llegado.- dijo aminorando la marcha para aparcar.

Sonrío cuando el vampiro le dijo que habían llegado mirando el sitio en que estaban, justo en frente del restaurante “Fantasy of the night” uno de lo mejores restaurantes de la ciudad por no decir el mejor…

Se quedo en silencio esperando que el vampiro aparcara y cuando este apago el motor y no hubo peligro de choque alguno…Melissa le dio un capón poniendo unos claros morritos de enfuruñada…

-Eres un mentiroso dijiste que no era un restaurante caro…Lawrence este lugar es para millonarios, ni en toda mi vida trabajando podría pagar un solo baso de agua aquí…no quiero que te gastes tanto dinero…y menos por mi…

De enfurruñada paso a sonrojarse notablemente hundiéndose en el asiento del descapotable, como si derepente menguara…

Aquel golpe le pilló desprevenido. Melissa podía ser menuda, pero tenia fuerza y caracter. Se frotó en la zona mirando con los ojos muy abiertos a su pequeña agresora y cuando le soltó los motivos de tal enfado, reprimió las ganas de soltar otra carcajada.

- Era una sorpresa, Melissa.- pronunció su nombre con dulzura, sabiendo como sonaba en sus labios, con la intención de calmarla un poco.- Cuando quieres sorprender a alguie, sueles mentir.

Le acarició la mejilla con suavidad.

- Y no es tan caro. Creo que solo tendrias que trabajar un mes para pagarlo.- bromeó.- ¿Entramos?- pero el lugar de salir del coche se inclinó sobre ella, muy cerca, y le susurró.- ¿que tengo que hacer para que me perdones?

Melissa enrojeció por completo mirando lo cerca que estaba Lawrence, se mordió los labios…

-Yo…yo creo que te perdonare por hoy…

Dijo tartamudeando algo nerviosa…mirando de pronto los labios del vampiro, sin saber por que…luego retorno a los ojos, avergonzada por ese involuntario gesto…

Lawrence no podia hacer otra cosa más que sonreir para sus adentros. Su capacidad de persuasión era más potente que nunca. Sin dejar de mirarla abrió la puerta del coche y bajó. Cruzó hasta el otro lado para abrir la de la chica y dejar que saliese.

- Eres tan buena...- comentó de broma tendiéndole la mano.

Un hombre delgaducho y bajito se acercó hasta ellos y Lawrence le dio las llaves del coche y una pequeña propina para que lo aparcase en el parking del restaurante. Otro más gordo y con bigote se acercó hasta ellos con una libreta.

- ¿Su nombre, señor?

- Lovegood.- contestó él.

El bigotudo buscó su nombre en la lista de reservas y después indicó que le siguieran.

Entraron al espectacular restaurante, con cúpula de cristal, que dejaba ver el cielo nocturno, en el que relucían la inmensa cantidad de estrellas blancas que siempre acechaban Isten Darah…
El metre les indico una mesa, apartada, aunque en realidad todas estaban suficientemente separadas las unas de las otras, las sillas eran de estilo antiguo como la gran mayoría del decorado, mezclando los tonos azules y plateados…
Melissa se sentó vacilante, mirando a todas partes, como si se sintiera observada, y dándole a ella la sensación, de que no encajaba en ese lugar…

-¿Que va a tomar señorita..?

Le dijo el camarero co una amplia sonrisa, devolviéndosela la muchacha con timidez…

-Agua por favor, a ser posible fría…

El hombre asintió y le tendió la carta, girándose ahora hacia el vampiro…

-¿Y usted señor?...tenemos una gran variedad de sangre si le apetece…

Le encantó la cara que adoptó la chica al entrar allí. Estaba seguro de que era la primera vez que iba. Ella se sentó antes de que él pudiese retirarle la silla con cortesia, dejando claro que no estaba acostumbrada a ese tipo de cosas.

Se sentó frente a ella y cogió la carta que le alargaba su camarero personal, sonriéndole con cortesia.

- Agua. Natural, por favor.- el camarero asintió sin dar señas de perplejidad alguna y se alejó. Eso le hacia bastante bueno en su trabajo. Antes de que Melissa pudiese decir nada, se inclinó hacia ella para explicarle.- No quiero que te sientas incómoda. Ver como tu acompañante toma sangre como si fuera vino no es algo que guste a todo el mundo.

Le guiñó un ojo divertido y abrió la carta, asintiendo cuando leia platos que le agradaban.

- ¿Qué vas a tomar? Pide lo que quieras, por favor. ¿Pedimos unos entrantes?

Melissa seguía mirando a un lado y otro completamente desentonando ante toda aquella elegancia, aunque fuera hermosa y su vestimenta no muy llamativa, la forma de comportarse le hacían ver, que no encajaba en todo aquello…

-No me molesta que bebas sangre…la que sirven normalmente es de animal…no te preocupes por mi…yo mmm...

Dijo mirando la carta, abriendo mucho los ojos ante los precios…

-Lawrence…esto es muy caro…me sabe fatal ser tal molestia…

Suspiro y se mordió los labios…

-¿Te importaría pedir por mi…? Estos nombres y todo…no me aclaro…

Le pidió sonriéndole algo enrojecida de vergüenza, suspirando de nuevo, como si no se sintiera cómoda del todo…

El chico alzó la vista de su carta para estudiar a su acompañante. Parecía realmente apurada por estar allí y aquello le hizo sentirse mal. Y Lawrence Lovegood nunca se sentía mal ni por algo ni por nadie. De hecho, si se hubiese tratado de otra persona, habría pensado que era una maleducada o desagradeciada que no sabía la suerte que tenia de que alguien como él le prestase atención. O simplemente habría esbozado una sonrisa y dejado pasar su apuro, para que ella misma resolviese sus problemas internos con los precios o los nombres de los platos.

Pero era Melissa y por alguna razón el chico no podía comportarse igual con ella. Suspiró y cerró la carta sin poder creérse lo que estaba a punto de hacer. Levantó un poco la mano y acto seguido tenian allí a un camarero.

- Dígame, señor. ¿Han decidido ya? Les recomiendo...

- Queremos dos pizzas. A ser posible que la mia lleve algo de carne poco hecha y...- miró a la chica, sonriente.- ¿Te gusta de atún y bacon?

Algo había sacado en claro el vampiro de aquella situación escandalosa en aquel restaurante: los camareros sí llegaban a mostrar sus desconciertos ante ciertas cosas.

- ¿Pi-pizza, señor?

Melissa abrió mucho los ojos, extendiendo la mano para coger la de Lawrence algo apurada…

-No no no…Lawrence no es necesario…de verdad, buscare algo que comer, no hace falta que hagas eso…

Miro al camarero que tenia la boca abierta y parecía no creerse lo que el vampiro acababa de hacer…

-¿Tiene pastas?

El metre reacción y asintió intentando sonreír a duras penas…

-Pues para mi la especialidad de pastas de la casa…

Dijo sin soltarle la mano al bibliotecario, incluso apretándola un poco nerviosa, el hombre se giro de nuevo hacia Lawrence y le sonrío…

-¿Y para usted señor?¿Sigue…sigue deseando pizza?...

Lawrence estaba disfrutando bastante ante el apuro del camarero. Estuvo tentado a soltarle algo así como 'Sí, quiero pizza, puesto que no he visto nada más que me llame la atención en vuestra carta', pero se contuvo y sonrió con amabilidad demasiado bien fingida.

- Que sean dos de pasta, por favor.- pidió.

El hombre asintió, suspirando de alivio.

- ¿Quieren algunos entrantes? ¿Ensalada especial?

- Sí, bueno...- sin soltar la mano de la chica, la cual le gustaba tener cogida, volvió a abrir la carta y puso gesto pensativo.- La ensalada D y la variedad de entrantes A, por favor. Ah! Y esto está bien. ¿Podría ser?

Señaló las galletitas chinas, las cuales tenian un mensaje sobre el futuro en su interior.

- Sí, claro que sí, señor. Muchas gracias.- el camarero recogió las cartas y se alejó algo mareado.

Lawrence sonrió a Melissa con inocencia.

Melissa intento mantener su sonrisa, pero cuando el camarero se marcho, la hechicera miro fulminante a Lawrence…

-No me vuelvas ah hacer esto…de verdad…pretendes matarme de un ataque al corazón…

Musito en una mezcla de miedo y vergüenza…suspirando después y mirando la servilleta que tenia en su regazo…

-Pero gracias por intentar que me sintiera más cómoda…

Le dijo al vampiro, apretando un poco mas su mano, como diciéndole que aquello le agradaba…

El chico apoyó su barbilla sobre su mano libre, sin perder la sonrisa.

- Te alteras con gran facilidad. Tus enemigos futuros serán muy desafortunados.- soltó una débil carcajada y miró hacia arriba.

A través de la cúpula se veia el cielo y ahora unas nubes oscuras empezaban a tapar las estrellas.

- Parece que no vienen lluvias para los próximos días.- comentó.- Espero que no caigan esta noche...- bajó la cabeza otra vez e hizo un gesto de sorpresa.- ¡Ah! Ahí vienen los entrantes.

Dos camareros aparecieron entonces con dos platos cada uno llenos de pequeños tentempies. El vampiro les dio las gracias cuando los dejaron en la mesa y esperó a que se fuesen otra vez para coger su galleta china de la suerte. La rompió y desplegó el papelito sin demasiada emoción.

- Mmm. En blanco...Como siempre.- se lo enseñó a la chica sonriendo.- Dicen que a los vampiros no se les puede leer el futuro. No se si será verdad, pero estos mensajitos siempre me salen en blanco.