Rodeado de Historia

Lawrence sonrió cuando por fin encontró el libro extraviado. Un libro Incunable esconcido en la sección del siglo XVII. Llevaba días buscándolo y temía haberlo perdido, pero ahora pudo volver a colocarlo en su estante correspondiente.

- No se cómo has llegado allí, pero quien sea que te haya ubicado mal, que rece para que no le descubra volviendo a hacer semejante aberración.- murmuró mientras se sacudía las manos, satisfecho.- Oh, cielos...estoy hablando con un libro...

Sacudió la cabeza ligeramente y suspiró, retomando su listado de libros 'perdidos' y su pluma. Tachó el nombre del que acababa de encontrar y siguió su búsqueda, con la pluma acariciándose el labio, sin apartar la mirada de las altas estanterias.

Melissa llevaba toda la tarde practicando defensa con su hermano, y después de darse una ducha, decidió ir a la biblioteca a buscar un libro, pues se había acabado los 3 que compro la semana pasada y no estaba dispuesta a pedirle a Ien mas dinero, sabiendo que últimamente el estado económico de esa pequeña familia, no era muy alto.

Se acerco a la sección de hechicería, buscando algún libro sencillo para principiantes avanzados, a pesar de llevar un buen nivel de aprendizaje con la magia, se había propuesto comenzar en los trucos mas sencillos, ya dominaba la levitación y materialización de objetos pequeños, así que quería subir un poco mas la dificultad…

Se volvió con tranquilidad al escuchar la puerta de la biblioteca y unos pasos. Con andares de felino, se encaminó hacia la secciñon de hechiceria, donde al parecer se había escondido el recién llegado. Se asomó y una sonrisa se le dibujó en el rostro al ver a Melissa.

- Buenas tardes, señorita Melissa.- saludó casi en un susurro.- Espero no ser demasiado descarado con usted si le digo que cada día está más encantadora.

Se cruzó de brazos y se apoyó en la estanteria, al lado de la dama.

- ¿Puedo ayudarla en algo?

Melissa se giro hacia el vampiro, su hermano siempre le había dicho que no eran seres de fiar, pero ella pensaba que no había que ser tan drásticos…

-Hola Lawrence…_ le dijo con esa encantadora sonrisa suya, sonrojándose por aquel comentario_...yo estaba buscando algo interesante para practicar…Ien me ha dejado hecha polvo hoy, y necesitaba relajarme, pero no se que escoger, he superado ya el nivel básico de aprendizaje, pero tampoco quiero ir mucho mas adelantada que los demás_ en realidad ya iba mucho mas adelantada que los demás, pues había aprendido en un mes lo que ellos daban en un año_

Notó como la chica se sonrojaba ligeramente y lo encontró encantador. Realmente, se fiaba demasiado de él, pero claro ¿Quien iba a desconfiar de un bibliotecario, aunque fuese un vampiro?

- Sus ganas de aprender son muy fuertes ¿verdad?- sin perder la sonrisa, se volvió hacia la estanteria en la cual se había apoyado y con el dedo índice en alto rozó algunos lomos de los libros. Finalmente cogió uno basta grueso.- Aquí tiene magia del livel medio.

Se acercó hacia ella hasta que se quedó a escasos centímetros de su rostro. Le tomó la mano con cuidado y puso en ella el libro. El aroma de Melissa le resultaba embriagador.

- Debería decirle a Ien que no sea demasiado duro con usted.- dijo en un susurro.

Melissa quedo algo anonadada por tanta cercanía y cuando Lawrence dejo el libro en sus manos este resbalo lentamente por los dedos que no atinaban a agarrarlo bien, pero en el ultimo instante, justo antes de que el pesado ejemplar rozara el suelo, comenzó a flotar. Melissa suspiro tranquila, alzándolo de nuevo hacia su mano sin ningún esfuerzo.

-Menos mal

Murmuro abrazando al libro como pidiéndole perdón, era una muchacha a la que le encantaba el saber y realmente, solía captarlo todo enseguida, para alguien de su edad, este tipo de ejercicios, solían ser realmente difíciles, y sin embargo ella, ya había conseguido dominarlos, incluso con material pesado.

Miro a Lawrence, con aquellos ojos suyos, de un azul tan intenso como el propio océano, a pesar de tan solo tener 15 años, su cuerpo había madurado, tenia las curvas de una mujer hermosa, y realmente ni mucho menos aquella mente habida de saber, tenia el tiempo correspondiente…

-El…solo intenta que pueda crecer segura, esta preocupado por mi, y de lo que no se da cuenta es que muchas veces tengo mas conocimiento que el…tan solo piensa en vengar a padre, y de seguro acabare quedándome sola por ello…

Se apartó al tiempo que veía como el libro (el antiguo y carisimo libro) caía al suelo. Pero antes de poder reaccionar lo vió flotar. Soltó un largo suspiro. Menos mal que lo sostenia otra vez Melissa, porque él habría sido capaz de ponerse a acariciar la tapa dura como si se tratase de un bebé. Aquellos tomos tenía muchisimo valor y no precisamente de dinero, sino que albergaban saber y poder entre sus páginas.

Le gustó que la chica lo cogiese también con cariño. ¿Había encontrato un punto débil? La miró de arriba abajo y pnesó que para ser una humana no estaba nada mal. Resultaba bastante apetitosa. Pero era hechicera y no iba a arriesgarse sin saber más cosas. Tenia que investigar antes.

- ¿Qué le pasó a su padre, Melissa? ¿Por qué piensa que su hermano puede perecer en un intento de venganza?

Conocía de vista al hermano de la muchacha y se veía bastante fornido. Pensó que se molestaria si supiera los pensamientos que él estaba teniendo en esos momentos sobre su hermana.

Melissa ladea un poco la cabeza sin comprender por que le pregunta todo aquello, pero suspira entristeciendo un poco al recordar…mira a Lawrence intentando sonreírle a duras penas…

-Mi padre, murió hace un año…un…un vampiro que había enloquecido le mato…y mi madre sin el…falleció a los pocos meses, no podía soportarlo, Ien meto a aquel vampiro, pero desde entonces no hace otra cosa que…luchar…y yo siento que lo perderé en una de sus batallas y me quedare sola…

Su dulce voz, parecía derretirse en el dolor en la suplica por que todo aquello no sucediera, aferrando mas fuerte el libro sin darse cuenta…

Escuchó todo el relato y su sonrisa de suficiencia desapareció. Un vampiro... Sin duda un pobre desgraciado incapaz de controlar su sed. Aquellos seres eran una vergüenza para su raza y estaba de acuerdo con Ien en que debían ser exterminados.

- Solo espero y deseo que su hermano no meta a todos los vampiros en el mismo saco.- comentó inclinándose levemente hacia ella.- Además, usted nunca estará sola.- le retiró una greña de la cara.- Siempre le quedará el humilde bibliotecario que le permitirá sacar todos los libros que ustde desee.

Porque francamente a Lawrence no le importaba lo que le pasara al hermano rencoroso de la muchacha, pero empezaba a sentir mucha simpatia por ella y lo vulnerable que era.

Melissa enrojeció de sobre manera cuando vio a Lawrence tan cerca, mordiéndose los labios cuando este le separo la greña y dijo aquello…la muchacha agacho el rostro mirándose los zapatos y dándole vueltas a demasiadas cosas…

- Lawrence ¿puedo pedirte algo?...

Sonaba nerviosa aunque intentaba que no fuera así…

Era consciente de que ponia nerviosa a la chica y disfrutaba con ello. Se llevó las manos a la corbata y cuando parecía que se la iba a quitar, se la colocó bien, al igual que las solapas de la chaqueta. Volvió a cruzarse de brazos y echó una rápida ojeada por la ventana más cercana. El sol se escondía lentamente y una luz rojiza empezaba a invadir la biblioteca, dándole un aspecto más bien inquietante.

- Dime, princesa- la tuteó, olvidando aposta las formalidades.

Lo cierto era que sentía curiosidad por saber qué era lo que le iba a pedir exactamente. ¿Qué querría una humana de un vampiro, además de alejarse de ellos?

Melissa sonrío ante aquel tuteo

-Eso precisamente quería…que por favor dejaras de tratarme de usted… ¿A…a ti te molesta que te tutee?

Dijo enrojeciendo un poco, mirándole algo mas suplicante de lo en realidad pretendía, hacia poco mas de un par de meses que se había mudado definitivamente ahí, y en realidad no conocía a mucha gente tampoco tenia tiempo para ello, del colegio a casa de casa al campo de entrenamiento y de ahí a la biblioteca y de nuevo a casa…le agradaba conversar con aquel hombre, aunque fuera un vampiro y supiera que su hermano se enojaría, pero la menos, podía hablar con alguien que además amaba tanto los libros como ella…

Sonrió una vez más, pero con un ligero toque malicioso y se preguntó si seria capaz de leerle el pensamiento a Melissa o si ella, con sus poderes, podría bloquearle la visita. Se lo preguntaria con el tiempo, pero para ello, antes necesitaba coger más confianza. Y ella, por sus palabras, esta estaba alisando el terreno. Cada vez le parecía más inocente...

- Será un placer. Y a mi no me importa en absoluto que me hables de tú, puesto que eres la persona con la que más hablo.- miró al suelo soltando una risita.- No todos prefieren pasar su tiempo libre en una biblioteca ¿Sabes?- levanto la mirada una vez más hasta encontrarse con sus ojos.- Pero yo creo que no hay mejor lugar en la tierra donde se encuentre la tranquilidad que ofrece este sitio. Considero este lugar como mi santuario y me encantaria tener una compañera de tertulias de vez en cuando. Siempre que la princesa no tenga miedo de quedarse a solas con la bestia...-terminó con picardía mientras se tocaba un colmillo con un dedo.

Parecía una inocente broma y probablemente Melissa lo interpretaria como tal, pero en ningun momento había mentido.

Melisa sonrío ante sus comentarios, y cuando el se rozo el colmillo como broma, ella levanto un dedo…

-No te preocupes, la princesa _ de su dedo broto una diminuta llamita azulada, que quedo flotando sobre este…_ esta aprendiendo a defenderse _ sonrió, diciendo aquello como una pequeña broma inocente…

Soplo su dedo y la llama desapareció, sin dejarle ni un solo rasguño, ni haberse rebelado, realmente aquella muchacha, poseía un gran poder para tan corta edad…

-Todavía no consigo hacerla mas grande, pe…pero para haber aprendido ese ejercicio sola… ¿No esta mal verdad?

Murmuro algo ruborizada, mordiéndose sus carnosos y sonrosados labios con algo de nerviosismo…le agradaba conversar con el, pero no sabia si se estaba excediendo con aquella complicidad…seguramente a Lawrence, no le agradaba mucho hablar con una chiquilla que apenas había cumplido los 15 años, con toda su longeva vida…tendría cosas
mas interesantes que hacer…o al menos eso pensaba ella…

Sus ojos brillaron ante la pequeña llama azulada que surgió del dedo de Melissa y su sonrisa maliciosa se acentuó. Empezaba a visualizar un bonito reto. Algo muy interesante y peligroso a la vez. Él se rodeaba de gente de poder y no cabía la menor duda de que la chica lo era. Además, el tener un hermano que si supiese algo sobre aquella amistad posiblemente se le tiraria al cuello (Qué inronia...), lo hacia aun más entretenido.

- Solo espero que la princesa -repitió enfatizando en la palabra.- sea capaz de saber cuando va a querer defenderse y cuando no.

Soltó una carcajada que resonó en toda la estancia.

- Bromeaba.-mintió una vez más, para después sincerarse.- No entiendo mucho de hechiceria, pero si tú misma te sientes orgullosa de haberlo aprendido sola, eso quiere decir que es algo muy complicado de hacer, así que te doy la enhorabuena.

Sin darse cuenta bajó la mirada hacia los labios de la chica cuando ella se los mordió y intentó autoconvencerse de que solo le interesaba por su poder.

La pequeña sonrío por todo aquello asintiendo ante su comentario…

-No te preocupes…me estoy haciendo fuerte…y a menos que alguien me ataque no pienso defenderme…_miro hacia un lado pensativa_ no me gusta provocar…además…yo…con…confío en ti…

Murmura volviendo a morderse los labios parece como una costumbre…

Al parecer, aquella visita inesperada se estaba conviertiendo en todo un gran acontecimiento. La muchacha daba por sentado que Lawrence era de confianza. Realmente le agradó su inocencia de adolescente. Se acercó más hasta ella, con andares felinos y le cogió la barbilla para obligarla a mirarle a los ojos.

- ¿Entonces...no tienes miedo de quedarte a solas conmigo?- dijo.- Me halaga saber que no me consideras tu enemigo. Creo que tú y yo...vamos a congeniar mucho.- le sonrió y le guiñó un ojo antes de volver a separarse un par de pasos hacia atrás y ponerse a ordenar libros, a la espera de la reacción de la muchacha, de la cual dependería su próximo movimiento. Pues sin buscarlo él, había empezado el juego.

El sol cada vez estaba más bajo y las lámparas de la biblioteca se encendieron de golpe antes de que la estancia cayese en penumbra.

Melisa parpadeo un par de veces al sentirle tan sumamente cerca…mordiéndose los labios de nuevo cuando el se alejo…girando el rostro para que no viese el exagerado rubor en sus mejillas, realmente era un hombre muy atractivo…meneo la cabeza como desechando ese pensamiento, y se pincho la nariz…

-“Concéntrate Melissa no es momento de pensar esas tonterías…”

Se regaño mentalmente…dejando el libro en una mesa y acercándose a Lawrence…

-No…ya te he dicho, que confío en las personas…y no me has hecho nada para que desconfíe de ti_ le sonrío calidamente mirando lo que estaba haciendo_ ¿Quieres que te ayude?...

Murmuro con su dulce voz…sonriéndole abiertamente…

Al final no pudo resistirse a la tentación y jugó un poco sucio, leyendo los pensamientos de la chica. Y, obviamente vio que la había puesto nerviosa.

- Ahora en serio, Melissa. Aunque con estas palabras cave mi propia tumba, no deberías confiar tanto en los vampiros. No me gustaria que...te hiciesen daño...- se volvió a ella y sonrió, dejándose sitio para que ella se colocase a su lado cuando le ofreció su ayuda.- Muchas gracias. Eres adorable.

Calló durante unos segundos, en un silencio estudiado, para después soltar un profundo suspiro y murmurar.

- Y no creo que sean tonterias.

Melissa sonrío al escuchar de su preocupación…acercándose un poco mas a el inconscientemente…

-Gra…gracias, pero no soy tan tonta…no confío en todos por que si…solo en los que se portan bien con migo…

Se sonrojo al escuchar lo de “adorable” escondiendo un poco el rostro bajo sus greñas, pero al seguir oyendo a Lawrence…le miro con los ojos muy abiertos…aumentando de pronto el leve color de sus mejillas a uno mucho mas intenso…

-“Mierda no lo recordaba…”_lo piensa de nuevo…_ “mierda…mierda…mierda…”

Siguió pensando pero de pronto miro en un intento de lo que parecía severo a Lawrence, inflando sus mofletes cómicamente, pretendía aparentar enfado, pero en realidad le daba un aspecto más adorable…

-No es justo…no vuelvas ha hacerlo…pienso aprender psicotelepatia…adrede para nuestras conversaciones…jum…

Asintió efusiva con la cabeza, sonriéndole a la par…lo había dicho en serio…pero no odia evitar sonreírle al vampiro, ya que ese “Y no creo que sean tonterias” podía resultar dos cosas…o bien que el bibliotecario era muy vanidoso, lo cual le parecía algo demasiado graciosos…o que le agradaba que ella le viese atractivo…

No pudo evitar soltar una larga carcajada cuando vio el rostro que se le quedó a la muchacha cuando se dio cuenta de que le había leido el pensamiento sin su permiso. Normalmente era un vampiro tan asquerosamente educado que solía pedir permiso para hacerlo, aunque después, si le decían que no, lo hacía igualmente, pero así se aseguraba confianza.

- Por Dios, Melissa.- dijo mientras se llevaba las dos manos a las caderas y se encorvaba ligeramente por la risa, que no cesaba.- No quisiera que te tomases tantas molestias por mi. Perdóname, no volveré a hacerlo.- le pellizcó la mejilla y le guiñó un ojo de manera cómplice.- Pero me agrada saber que estás pensando en unas posibles futuras conversaciones. Aunque si me lo permites, algun día me gustaria invitarte a una copa en otro lugar. No suelo salir muy a menudo. Normalmente me muevo de la biblioteca a casa y viceversa, pero por ir contigo, no me importaria cambiar mis tontas costumbres.

Sintió las frías manos de Lawrence en su mejilla cuando este le pellizco, pero incluso le agradaba, por que aquel sofoco sobre ellas, parecía no quererse desvanecer…
Sin darse cuenta cerro un instante sus azules ojos, como memorizando esa sensación en el estomago que todo aquello le estaba produciendo…abriéndolos de nuevo al escuchar la nueva proposición…

-Yo…esto…creo que…soy demasiado pequeña para ir a tomar una “Copa”…al menos que sea de helado…entonces si la degustaría con gusto…

Luego resoplo…su hermano la mataría si se enteraba de que estaba teniendo ese tipo de conversiones…y mas con un vampiro…dios apenas había cumplido 15 años…he iba a tener su primera cita con aquel hombre…por que Lawrence no era un crío, ni siquiera hablando físicamente era un hombre en toda regla…y ella tan solo una aprendiz de hechicera…

Se mordió los labios debatiéndose consigo misma…si decir o no lo que estaba pensando…

-Si quieres…podríamos ir al cine…aunque tendría que estar en casa antes del toque de queda…o mi hermano nos aniquilara a los dos…pero…

Desvío la mirada sintiendo que ese dichoso rubor no hacia mas que aumentar…

-Pero…estaría encantada de salir con tigo algún día…

Lawrence asintió, pensativo.

- Cierto...No recordaba tu temprana edad. Perdona mi falta de decoro, por favor. La copa será de helado.- sonrió con cariño. Aunque él se había convertido en vampiro con solo 18 años, Melissa seguía siendo menor de edad para ir con él de copas. Pero en su interior, una voz le decía que aquella prohibición resultaba más interesante aún. Además, si la chica hubiese tenido cuerpo de chiquilla, nunca se habría planteado algo así con ella, pero aparentaba casi la misma edad que él.

La vio ruborizarse y pensó que la chica se estaba replanteando bien la cita.

- Muy bien. Entonces llevaré a cenicienta de vuelta a su casa antes del toque de queda para que su malvado hermanastro no quiera vernos muertos tan pronto. Sin embargo creo que deberías comentarle algo. Que se vaya haciendo una ligera idea de lo que tú quieres hacer con tu vida.

Se mordió un poco el labio inferior sin dejar de mirarla con picardía, de forma que el afilado colmillo se le vio con claridad.

-El…no es malo, tan solo sobre protector…me quiere demasiado y en realidad…somos lo único que tenemos el uno del otro…

Miro hacia un lado sintiendo la añoranza por su familia perecida…mirándole de nuevo algo sonriente…

-Pero yo cuido de el mas de lo que piensa…el otro día estuvo apunto de quemar la cocina y además si no llego a hacer levitar el jarrón de encima del mueble se le podría haber caído en la cabeza cuando un “Trastolillu”* se coló en casa…pero tranquilo…le pondré en sobre aviso…

-De que voy a salir ni de coña puedo decirle a Ien que voy a salir con un chico…y menos de que es un vampiro…

Pensó para si misma mordiéndose los labios nerviosa…

* El Trastolillu

Duendecillo alocado, enredador y burlón, que vive en las moradas de los hombres. Cubierto de pelusa, luce rabuco y cuernos chiquitines, siendo su principal afición cerner la harina - fuera de la artesa, claro - por lo que también recibe el nombre de "Diablillo Cernedor". Otras de sus travesuras preferidas son beber la leche, aflojar lsa tarabillas los días de viento y requemar los quisos. Luego, muy hipocrituca, finge lamentarse por el estropicio que ha causado

Cuando ella dijo que solo tenia a su hermano, Lawrence sonrió con malicia mientras pensaba 'por ahora, querida, por ahora...'

Después escuchó atentamente la anécdota que contaba la muchacha, llevándose una mano a la barbilla, con interés. Hacia muchisimo tiempo que no veía un animalillo endiablado de esos. Recordó que una vez le echó el diente a uno y estaba realmente malisimo.

- Los trastolillus son unos seres muy molestos.- asintió con educación.- Entonces, eres como su niñera particular. Es un chico con suerte ¿Sabes?- le sonrió.- A mi me encantaria que estuvieses siempre pendiente de mi. Aunque me considero bastante rápido como para esquivar los jarrones que se caen yo solo...

Después de soltar aquello y quedarse tan agusto, siguió con su faena de ordenar estantes de libros, con una media sonrisa serpenteando en su rostro. Pasó un dedo por un estante y comprobó que había bastante polvo así que paró un segundo y se despojó de la chaqueta, quedándose en manga de camisa y chaleco ceñido. Al ser un chico delgado, esto le daba un aspecto más elegante aun. Incluso frágil, aunque esto en realidad no lo fuese.