Recuerdos de la vida pasada.

Estaba dando una vuelta por el bosque, intentando despejarse del agetreo de la cuidad, lleno de gente, mucho ruido, muchos olores, casi demasiados para su fino olfato de loba, demasiadas sensaciones para un solo dia, y mas si se está acostumbrada a una vida completamente sola, sin nadie por quien preocuparse, sin nadie que te moleste, sin nadie que se preocuper por ti...
LLevaba ya un rato paseando, pero se sentó debajo de un árbol a descansar, empezaba a echar de menos transformarse en loba, hacia tiempo que no lo hacia, asi que se quitó la ropa, la colgó en una rama alta del árbol sobre el que se habia sentado, y se transformó. Hacia mucho tiempo que no experimentaba esta sensación, el cambio, la transformación, libertad...Su parte loba ansiaba libertad.
Nada mas salir, empezó a dar vueltas y a saltar de alegría.
Fue hasta un lago cercano y bebió un poco de agua, , incluso se atrevió a meterse un momento dentro del agua.
Al poco rato salió, estaba bastante cansada, se volvió a transformar en humana, se puso su ropa, y se tumbó debajo del árbol. Poco a poco fué quedandose dormida, hasta que entró en un profundo sueño, soñaba con su vida, con todas las cosas que habia vivido, todas las cosas que le habian pasado. Soñó con su madre...A la que hacia muchisimos años que no veia. No recordaba su cara, unicamente el sonido de su voz, y su olor. El sueño de su madre reflejó en su cara dormida una terrible tristeza y soledad, y así siguió, sin que nada perturvara su sueño, en el que jugaba con su madre, ese maravilloso sueño en el que se volvian a reencontrar.
Estaba tan inmersa en el sueño que ni se dió cuenta de que alguien se acercaba a ella, no escuchó el sonido de las pisadas, y no se percató del olor de su piel.

Caminar por ese bosque cada vez se me hacia mas pesado, estaba repleto de dolor y sufrimiento, los árboles pedían auxilio y aun no entendía por que, pero no debía desistir, aunque no conociera la región en la que me encontraba, los sueños me guiaban y debía obedecerlos.

Al cabo de un tiempo andando sigilosamente para evitar los posibles peligros al acecho llegue a un remanso de paz, un lago entre árboles. Allí vi la hermosa figura de una chica bajo un árbol, ¿estaría bien?
Me aproxime cauto, temeroso por lo que pudiera ocurrir, cuando ya estaba cerca observe que estaba durmiendo, su respiración era pausada y se le veía muy tranquila…

No se por que, pero me quede observándola un momento, sentía algo peculiar en ella, como si tuviera una fiera en su interior, pero parecía tan tranquila…

Ya llevaba un rato durmiendo, estaba a punto de despertarme tranquilamente, cuando escuché unas pisadas, y llego hacia mi un olor, habia alguien allí, observandome, abrí los ojos de un golpe, me levanté, me di la vuelta, y me quedé observando, no muy lejos, a aquella persona que habia estado a mi lado durante mi sueño. Era un elfo, la verdad, era la primera vez que me encontraba con uno.
-¿Quien...quien eres tu?-dije cautelosamente, no sabia quien era, ni como era, asi que toda precaución era poca. Aunque no me pareció mala persona, ya que podría haber aprobechado mi sueño para robarme o cualquier cosa, y no lo hizo.

- Vaya, disculpa, no quería molestarte… es que te vi en el suelo y pensé que talvez necesitabas ayuda. – Sonreí, a pesar del animal interior que sentía, no parecía peligrosa.- Soy Noa… Noa Valente, estoy de viaje por estas tierras, aunque ni siquiera se como se llaman…

Me había dejado arrastrar por mis sueños durante días y lo cierto es que ni siquiera savia donde había ido a parar, solo que los árboles me llamaban.

Ciertamente, no parecía peligroso, aunque aún era pronto para fiarse.
-Me llamo Vantashia Vancastle. Y estás en el bosque de Isten Darah, ciudad donde habitan miles de criaturas de distintas especies. ¿Como puede ser que no sepas donde estás?-Me sorprendí, no se ve a mucha gente merodear por estos bosques sin saber donde se encuentra, por no decir que es la primera que veía.- Y bueno, si tienes alguna pregunta o te gustaria saber por donde llegar al centro de la cuidad, te ayudaré encantada.

- ¿Centro de la ciudad? – Pregunte extrañado. – Los humanos han destruido la naturaleza y la vida tranquila, no se si quiero conocer sus ciudades… - Dije.- En cuanto a la pregunta de que no se donde estoy, bueno la explicación es fácil, llevo días vagando, siguiendo premoniciones y sueños, siempre estoy de paso, así que es difícil aprenderse los nombres de los lugares que visito y aun mas difícil saber a donde me dirijo.

Espere que mis respuestas fuesen entendidas, a pesar de ser tan confusas.
Era cierto, no pasaba mucho tiempo en un lugar, así que nunca me molestaba en saber donde estaba…

La verdad era que comprendía bastante bien sus palabras. Hasta llegar a Isten Darah, yo también me habia pasado la vida vagando de un sitio a otro, aunque por motivos distintos.
-Perdona mi descortesía. La verdad es que yo también he estado viajando de un lugar a otro durante mucho tiempo por ciertos motivos, hasta llegar a Isten Darah. Y bueno, si es cierto que los humanos destruyen la naturaleza...pero aqui no solo hay humanos, junto a ellos conviven muchas otras criaturas de distintas especies, aunque si no quieres visitsar la ciudad, no pasa nada.- Dije amablemente. Me extrañó lo de las premoniciones y los sueños, pero no iba a tener el descaro de preguntarle nada. No era asunto mio, y no quería que se lo tomara a mal, ni que pensara que era una entrometida.--¿Vas a seguir viajando por el mundo? Si es así, mucha suerte en tu viaje, y suerte también con las premoniciones, apuesto a que dan mucho dolor de cabeza.- Bromeé.

- No tanto como piensas, pero si que es cierto que no te dejan dormir bien. – Continue la broma. – De momento me quedare aquí, mis últimos sueños me decían que tenia que ir a la ciudad donde habitaban los hombres sedientos de sangre, pasados los bosques muertos habitados por bestias semi-hombre.

Hice un gesto con la mano señalando algunos de los árboles de los alrededores.

- Yo juraría que el bosque de mis sueños es este… ¿donde pararan esos hombres-bestia?

-Por toda la ciudad. Yo, por ejemplo, soy medio humano y medio lobo. Toda esta cuidad está plagada de seres extraños. Lo mas seguro es que hayas llegado a tu destino.- Sonreí.-- Y esos hombres sedientos de sangre...supongo que te refieres a los vampiros. Hay muchos en esta ciudad, está plagada de ellos. No hay un maldito rincón donde no te encuentres un vampiro.- La verdad es que me irritaban bastante los vampiros. Nunca me habian gustado. No porque ninguno me hubiera hecho nada malo, si no por instinto, mi naturaleza me hacia desconfiar de ellos. Igual que la suya les hacia desconfir de mi, seguramente muchos vampiros sientan deseos de matarme únicamente por mi raza.

- ¿Medio lobo? – Dije tremendamente sorprendido mientras me acercaba un poco a ella para observarla.- ¿Un licántropo? Es la primera vez que veo uno.

Me quede un momento pensativo, tal vez los hombre-bestia que buscaba fuesen licántropos. Sin duda estaba por buen camino.
Una sonrisa de felicidad se dibujo en mi cara y comencé a dar saltos de alegría…

- ¡Bien! Estoy por buen camino, pero… - Pensé un segundo. - ¿Qué es un vampiro? No suelen ser habitantes de los bosques, ¿verdad?

-Me alegro de que vayas bien.- Le dije amablemente, y sonriendo. Pero me extrañé mucho de que no supiera lo que era un vampiro, me quedé muy sorprendida. Pero habiendo estado toda la vida vagando de un lugar a otro, es medianamente normal, así que le contesté cortesmente.
-Y bueno, un vampiro....Verás, son seres con apariencia humana, pero que se alimentan de sangre, cazan a sus víctimas de noche, y no se si habrá alguno que viva en el bosque, probablemente no, generalmente viven en la ciudad. Personalmente, no me gustan nada los vampiros.- No, no me gustaban nada, pero nada de nada, cada vez que veía uno mi sangre de animal comenzaba a hervir, como si mi parte de loba quisiera destrozarlo, hacerle pedazos, y notar su sangre correr, pero, obviamente, no hacía nada. Me aguantaba las ganas, ya que, a parte de el odio que nos tenemos, por ser de las razas que somos, no tenía ningún motivo para hacerlo.-Pero ahora que lo pienso, si tienes que ir donde habitan los hombres sedientos de sangre, osea, olos vampiros, tendrás que entrar a la cuidad, ¿no?

- Hombres que se alimentan de sangre, que aberración, no, no creo que allá muchos en los bosques, si no los habría conocido antes.

Me quede un momento pensando en sus palabras, tenia razón, me vería obligado a ir a la ciudad pues parece que ese era mi destino.

- Tienes razón, creo que necesito ir a la ciudad, ¿podrías guiarme?

No me hacia mucha gracia ir, “pero tal vez pudiese conseguir dulces”, pensé mientras sonreía.

-Desde luego- DIje con una sonrisa.- Aunque la ciudad es muy grande, hay que tener cuidado, no sería muy dificil perderse entre las calles y pasadizos. Yo creo que los lugares donde podrémos encontrar vampiros son: las travesías, por la noche están plagadas; en el mercado negro también es posible que nos encontramos alguno; en el club, allí tenemos muchas probabilidades de encontrarnos alguno; pero sin lugar a dudas, el lugar con más probabilidades de encontrar vampiros, es en el rio de sangre. Ese lugar es como un paraíso para ellos, aunque nunca he estado allí.- Y la verdad es que no tenía muchas ganas, no me gustaban los vampiros, pero tendría que aguantarme, ya que había dado mi palabra de que le ayudaría. -Creo que esos son los lugares mas apropiados, ¿por donde prefieres empezar?

La note un poco turbada, era como si no le agradara la idea de ir a la ciudad, o al menos de ir donde se encontraban los vampiros.

- Amiga.- Le dije sonriendo.- No es necesario buscar a esos vampiros, solo donde habitan. Una vez allí se supone que recibiré alguna nueva señal. No es necesario encontrarnos con esas bestias.

Lo cierto es que yo tampoco tenia muchas ganas de encontrarme con ninguno, no me complacería mucho convertirme en comida para humanos raros, me sentía mas cómodo en el bosque, aunque en el habitasen los famosos y en muchas ocasiones, violentos licántropos, al fin y al cavo ellos pertenecían a la naturaleza como yo, así que se podría razonar con ellos.

Me sentí tremendamente aliviada. No hacía falta encontrarse con ningún vampiro, al menos de momento. Eso me tranquilizaba.
-Ah, ciertamente me alivia no tener que encontrarnos con vampiros de momento.- Dije con una sonrisa. -Entonces, el sitio con mas ambiente vampiro, y con mas olor a vampiro de toda la ciudad, es el rio de sangre, que me dices, ¿vamos?- Sonreí, y me quedé esperando su respuesta.

-Tú eres la guía y conoces este lugar, así que me fío de tu criterio. – Le dije sonriendo muy animado.- Cuando quieras.

Espere a que tomase la marcha con un único pensamiento en la cabeza. “¿Habrán golosinas?”
Hacia días que no comía, se me había olvidado y ya comenzaba a notarlo, no pude evitar ese pensamiento pues mis tripas no hacían más que recordármelo.

-De acuerdo, entonces. Sigueme.-Le dije con una sonrisa.-Dirijámonos hacia el Río de Sangre