Un pelín perdida...bueno,nunca viene mal. -Para quien desee entrar-

Paseando por toda la escuela había ido a parar a un pequeño bosque,me aperció bastante bonito,y el color de las aguas era algo extraño,supongo que sería por el terreno arcilloso o al menos eso oí d elos ríos rojos en un documental.Me senté para descansar los pies un poco había estado andando casi dos horas sin parar,bostecé algo aburrida aunque me venía bien un poco de calma,entre als turbulencias del avión , la discusión del taxista por no querer llevarme y enterarme de que había vampiros....

-Ummmmm cuanta paz...

desde mi primera visita a el rio no habia dejado de venir era hermoso y delicioso, ya estaba por llegar a la orilla, y senti algo, elgo no estaba bien alli, havia alguien mas, me hacerque un poco mas al rio y al fin pude ver lo que presentia, una chica estaba sentada, tenia una cara de cansancio, sijilosamente me hacerque a ella para no asustarla

- buenas tardes -le dije mirandola y agachandome a su altura para verla a los ojos

-Oh,vaya ,buenas tardes

Le sonreí a modo de saludo,parecía un hombre majo a primera vista.Me había dormido en los laureles,que vergüenza...y alguien me había visto... Tenía una mirada extraña

-¿Qué tal todo?,Yo soy Rose York,encantada

Le tendí la mano con despreocupación para presentarme

-Me ha pillado durmiendo con los ojos abiertos jejeje

respondi el saludo estrechando su mano y depocitando un beso sobre ella-

-encantado soy ariel luthor-dije con una sonrriza digna de mi estado de animo, me encontraba feliz de encontrar un poco de compañia y no tenia tanta hambre como para comerla , ademas tenia mucha sangre atras de su espalda en el rio

-digame que hace una dama tan bella por aqui?- dijo esto ultimo mirando alrededor

-Bueno,pues la verdad estaba investigando la ciudad y he llegado hasta aquí,me pareció un lugar bastante hermoso para relajarme.

Sonreí ante los buenos modales del chico,era obvio que parecía bastante caballero,algo que no se encontraba a menudo

-Mi nombre es Rose York.Encantada.

Le miré con discreción,era mono y parecía amable

-¿Eres estudiante en el campus Ariel?

Ambrosio Mabuse observaba la escena entre los árboles. En la orilla del río una hermosa chica conversaba con un hombre. Sus viejos ojos descubrieron en el joven la marca de caín; era un vampiro. Tal vez debiera haberlo dejado correr, al fin y al cabo él también solía alimentarse con la sangre de jóvenes muchachas. Pero un irrefrenable instinto de protección le empujó a actuar; ella le recordaba demasiado a Lucía.

-No debería vuestra merced rondar por estos parajes; los demonios merodeamos en busca de sustento. Huya de nuestro lado, corra y aléjese de nosotros. Olvide que alguna vez visitó este lugar.

Miró fijamente a la mujer y cruzó su vista con la del vampiro.

-Márchese de nuestro lado dulce doncella, ¡se lo suplico!

- no, lamentablemente no estudio aqui si no que soy uno de los inspec....- no termino de hablar ya que otro vampiro se hiso presente, el estaba tratando de alejar a rose, no savia por que, el tenia algo raro, y lugo se acordo de su maldicion

- maldita sea si este me toca estare en problemas- dijo en su mente mientras cruzaba miradas con el vampiro

- quien eres tu, que osas interrumpir nuestra plasentera conversacion- le dije mirandolo con una desafiente mirada

Observé al nuevo vampiro asustándome bastante por su aspecto,al principio creyendo que era una de mis visiones,pero al ver que Ariel reaccionaba me calmé un poco

-Bueno...solo estábamos charlando...no hay nada malo en eso...

Vi en los ojos del vampiro nuevo que no trataba de asustarnos,más bien de prevenirme,tardé unos segundos en calmarme,le sonreí haciéndole ver que no tenía por qué temer nada

-Si él buscase...alimentarse de mí,ya lo habría hecho.Creo.

Me levanté acercándome hasta él y le ofrecí mi mano como saludo.Si me fijaba bien,a priori solamente parecía muy viejo,la lógica de nuevo triunfando ante los miedos absurdos.

-Mi nombre es Rose,¿usted es...?

La voz aterciopelada de la muchacha se alzó como un faro en las tinieblas. Su mirada franca y su gesto confiado conmovió al viejo vampiro; nadie le había sonreído a lo largo de siglos. Se aproximó hacia ella lentamente y tomó su mano con suma delicadeza, como si fuese un tesoro. Acercó los labios fríos al envés y mientras posaba en él un tímido beso, aspiró el sutil perfume que manaba de su cuerpo. "Rose..." susurró en voz baja. Tenía que alejarse de ella, pues estaba condenado a corromper todo cuanto le rodeaba. "Rose..." volvió a repetir.

-Mi nombre es Ambrosio Mabuse -se presentó al fin.

Miró al otro vampiro con desconfianza; tal vez su primera intención no fuese dañar a la muchacha, pero si no podía estar seguro ni de sus propios instintos, ¿cómo iba a confiar en los de un desconocido?

-Ruego a vuestra merced, busque otra presa para saciar su apetito -le dijo -ni usted ni yo, infernales criaturas, somos dignos de su presencia.

-disculpe usted señor ambrosio pero creo que usted confunde la cituacion, yo solo queria entablar una conversacion con la señorita rose, ademas si tuviera hambre no cre que ya la ubiera comido?, ademas que tengo un rio inmenso aqui detras para alimentarme no tengo nesecidad de comerla, y a proposito de los instintos yo se controlarme -le dije con la mirada firme y caminando hacia ellos con media sonrrisa

-

espero que no intente tocarme -

pense mientras paraba a una distancia prudente de el por si trataba de atacarme

-No sólo la sangre sacia a un vampiro, amigo Ariel, pues nuestra condición nos empuja a encontrar consuelo en la muerte ajena. Como verá no hay cientos de vampiros agazapados saciando a sorbos su apetito en la orilla de este río. La maldición de Caín nos hace depredadores.

Mabuse se volvió de nuevo hacia Rose, aún sorprendido por la templanza de la muchacha.

-Yo he matado mujeres y niños -dijo dirigiéndose a ella-, he saciado mis ansias con la sangre de hombres inocentes. Mis manos están erizadas de crímenes y horrendas acciones. Soy el monstruo que los hombres persiguen... Rose, ¿Acaso no siente temor? ¿Qué férrea determinación le lleva a cruzar estos parajes con semejante entereza? ¿qué es lo que está buscando?

quisa nosotros etamos echos para ser depredadores, bueno lo somos pero eso no significa que atacaremos a quien no queremos amenos de que tal vampiro este siendo empujado por algun instinto que lleba dentro y que no save controlar, yo sin encambio no quiero asesinar a una dama bella como Rose y no lo hare - dije hacercandome mas a los dos sin recordar mi maldicion

- hahahaha te dire yo no soy de los vampiros que caen a los pies de los instintos en situaciones normales como esta, una conversacion no tiene nada de malo o si?, claro que no a menos de que conversemos de temar realmente alertantes como mira mi cuello ¿no es exquisito? devo decirle que las mujeres son fieles a su cuerpo y no anda por alli insinuando eso no seria correcto no lo crees? y como dijo la señorita rose no deveriamos estar peleando por cosas que no tienen sentido por lo menos para mi, ahora si me disculpan tomare un pequeño trago - dijo sacando una pequeña copa de su bolcillo y llenandola de sangre del rio y sonrriendo de lado luego hacercandose hacia ellos otra vez

En efecto no me enorgullezco, pero no creo que el arrepentimiento o la confesión vayan a abrirme las puertas del cielo por más que insistan los curas.
No intentaré disuadirla, pues muestra usted tal coraje que creo me resultaría imposible hacerlo, así pues ruego perdone mi recalcitrante insitencia y acepte este regalo a modo de disculpa.

Mabuse rebuscó entre sus ropajes raídos y extrajo un colgante del cual pendía una cruz dorada que brilló al contacto de los ténues rayos de luna.

-Cuídelo -dijo- pues perteneció a la única mujer que he amado, y merece ser lucido en el cuello de una dama y no en el bolsillo de un viejo como yo.