Río helado - libre -

El muchacho caminaba sin rumbo cerca del amanecer. Después de una dura jornada nocturna de trabajo salió como de costumbre de los supuestos dominios de la civilización. Le había quedado claro que aquella ciudad no era normal, pero había aprendido a convivir con aquella anomalía.

Aquella madrugada aún oscura hizo lo que solía hacer muy amenudo, escaparse a aquellos parajes insólitos y algunos hasta atemorizantes para explorarlos. Hacía un frío especialmente agudizado, y el agua de aquel río rojo había criado una finísima capa de hielo por encima. El muchacho se acercó tembloroso a la orilla, mirando a su alrededor para después quedarse un instante contemplando aquel río temporalmente dormido, de aquel rojo intenso tiñendo tan profundamente el algua. Acercó una mano, vacilando un momento, para pasar la yema de los dedos por la fría superficie.

- Ten mas cuidado este lugar a estas horas es un poco peligroso....

Dijo con voz serena... y cauteloza no queria asustar al chico... traia una chamarra negra muy abrigadora, otra vez estaba ahi en busca de plantas y un poco de sangre... se acerco y miro el rio con aquella fina capa de hielo...

- Hay muchas criaturas.... que viene a comer aqui... -le miro un entretenido - A acaso vienes a eso?
Se inclino con una sonrisa en el rostro y como era casi rutina metio el frasco para llenarlo de sangre.

El muchacho se sobresaltó un poco al oirle hablar, y se volvió hacia él, aunque se mantuvo en el sitio apartando la mano del río y observarle un instante. Después de seguir sus movimienos volvió lentamente la vista al río enrojecido.

-¿Comer qué?-preguntó. Estaba habituado a todo aquel tipo de criaturas, incluso de alimañas, pues ya se había hecho a la idea de que la ciudad estaba con aquella plaga, aunque no comprendía como seguían confundiendole con uno de ellos.

- Ha... ya veo... Lo siento... no tengo tan buenos dotes magicos para distinguir a las personas... de algunos seres magicos... -sonrio gentil... - y pues... tomer de esto...
alzo la botella que tenia ya la sangre en su interior, le tapo y con algo de magia limpio el frasco por fuera...

- Yo no la consumo pero ay alguien por ahi que la necesita de ves en cuando... por eso hice ese comentario... ¿espero no haberte ofendido...?
Se quedo ahi encuncliyado obaservando al chico...

- Por cierto mucho gusto soy Van...

Sontio gentil.

El chico le miró de nuevo un instante en silencio y después negó con la cabeza, ensimismado observándole, viendo algo mágico, como era de costumbre, pero extrañamente diferente en él.

-Me llamo Baladaur-le dijo levantándose y quedando en pie frente a él-. Pero la gente suele llamarme Bal, simplemente. Estaba paseando por aquí-dijo con suavidad, sonriendo levemente con su encandilante brillo infantil en los ojos.

Miraba al chico de reojo cuando por que llenava otra botellita de sangre para despues depositarlo en su mochila... y sin mas se levanto sacudio las manos y mira al chico con une enorme sonrisa...

- Un placer Bal... pero sabes no quiero soñar como uno de los profesores o autoridades...

Se encojio en hombros...

- Ve con cuidado... puede salir un demonio, un vampiro, maticora, gargola o lo que sea... y no creo que te agrade concerles con ambre y sercas de este rio...

Sonrio aunque con une expresion algo de te cuidado...

- Bueno... a menos que sean un poderoso mago o guerrero... ¿Dime que eres...? digo si se puede saber...

-¿Qué soy?-repitió parpadeando un momento-. Camarero, creo-dijo sonriendo con suavidad.

Que no estuviera al corriente de que lo que las extrañas cosas que le ocurrían a veces fueran el fruto de una naturaleza interna no significaba que sospechara algo al menos. Siempre lo había achacado a falta de nutrientes el que sus brazos dolieran en ocasiones y adquirieran bajo la piel una desagradable textura, y si algo temía eran los médicos en las agujas, por lo que nunca había dicho nada.

-Pero de todas formas creo que me rodeo mucho más a menudo de criaturas extrañas que de humanos, creo que no corro peligro serio.

Le miro con curiosidad cuando dejo lo de macarero y solto una sonrisa amena, era extraño, pero no daba la pinta de un humano normal, su presencia imponia encierto modo una diferente esencia a la de un humano pero no se entrometeria en eso... simplemente se limito a sonreir.

- Pues mucho gustos Bal... y pues tienes toda la razón es muy raro rodearse de humanos, y en dado caso humanos... he aqui un ejemplo, o en dado caso humanos normales...

Se quedo pensativo...

- Oye mirandolo desde esa perspectiva... -le mira- - Eres una especie en peligro de exitincion... sonrio sacando la lengua a modo de broma- - tienes que cuidarte con mayor razon.

El muchacho sonrio.

-En realidad eso no me preocupa. Creo... creo que soy un temerario por meterme mucho donde no me llaman... temerario o inconsciente, no se.

Le miró con una sonrisa y asintió con la cabeza.

-De todos modos... creo que no corro demasiado peligro en realidad, pero gracias por el consejo. ¿Tu donde vives?

Sonrio el chico estaba acostumbrado a todo eso... era bueno...

- Pues yo vivo en el vecindario... hay una tienda de antigüedades que tras fondo vende cosas para magia...

Sonrio... y lo miro...

- Seria bueno que fueras... te puedo dar algo para que te protegas del peligro... -sonrio divertio- O por lo metos algo que te avise cuando cuidarte del peligro... digo con tancas especies que hay no vaya a ser que algo disfrasado te quiera hacer daño o que se yo... Este lugar no es nada seguro y menos por las noches...

-Debo de ser un bicho raro entonces por pasarme más tiempo viviendo en estos sitios que en mi casa...-comentó dando un paso atrás y metiendo las manos en los bolsillos.

Aquella oferta le parecía interesante. Nunca había utilizado nada mágico, pero habiendo visto todo lo que pudo en aquella ciudad, no lo creyó tan imposible, de hecho sonaba hasta divertido.

-¿Qué tipo de cosas?-le preguntó.

- No para nada un bicho raro... al contrario muy interesante y valiente...

Sonrio sin moverse del lugar...

- Simplemente yo hago lo mismo a cada rato ando por aqui... por planas o lo que sea... -sonrio- Pero traigo cosas con que defenderme... y pues no te aria nada mal tener algo asi... y pues... puede ser... desde un simple dije que te diga cuando hay algo de peligro o un arma que te ayude... si bien eres un humano las puedes usar para defenderte y no dudo que seas bueno en eso... lo que tu quieras... tomalo como un presente...

saco una de sus dagas...y la mostro...

- Mira puede ser algo asi... o un dije que tenga algo de magia que puedas usar... simple proteccion... nunca sabes que puedes encontrar...

El muchacho observó un instante aquel arma y después, curioso, acercó una mano para cogerla. La blandió sin dificultad, moviéndola por el aire y tratando de acuchillar a un enemigo invisible.

-Creo que no se usar estas cosas...-rio mirándola de nuevo-. Me parece que antes de ser capaz de clavársela a alguien el defensa propia me corto yo algún dedo....-comentó. Sin duda era interesante de todas formas.

Miró al hombre y le devolvió su arma.

-¿Puedo preguntarte... qué eres tu?-le dijo mirándole con suavidad ladeando un poco la cabeza.

Sonrio divertido al verlo hacer eso... pero tenia algo no era malo simplemente entrenamiento...

- No eres tan malo... simplemente te falta practicar un poco y seria bueno... pero si crees que te pasaria eso creo que te regalare un dije de proteccion... con eso dudo que te revanes algo...

Guardaba su daga con cuidado cuado lanzo la otra pregunta...

- Pues... soy un especie de hibrido... mi madre era una Ondina y mi padre un cazador... veras....

Sonrio y cerro un poco su ojos para relajarse y que su apariencia ondina se hiciera presente...

- Son algo raro... pero no me moritifica... me es divertido...