Al alba…(Hogar de Baladaur)

Todavía con la tensión del orgasmo recorriéndole el cuerpo, y todo su cuerpo vibrando, poasó una mano por la nuca del vampiro y tiró de él con suavidad pero decididamente, haciendo que se pegara más a su cuello.

-Hazlo-logró decir de forma entrecortada, cerrando los ojos y relajando las piernas, notando como aquellas últmas embestidas lentas y profundas seguían proporcionándole un placer posterior igualmente embriagante.

Aquel nuevo acercamiento ya pudo con el…lamió una ultima vez la zona, acariciándola con la humedad de su lengua…mientras las embestidas de reanudaban un ritmo rápido y extremadamente profundo…jadeo con fuerza al sentir que comenzaba a eyacular con intensa lentitud dentro del pequeño…pegándolo mas a el para que sintiera el gozo que el mismo había logrado …tornándosele los ojos algo oscuros a causa de la necesidad, tan negros como la noche…aferro con fuerza al azabache por puro instinto…creando ese punzante y placentero dolor en su cuello…cuando finalmente sumergió sus afilados colmillos en al suave piel del hibrido…

Aquel liquido bermejo se derramo por su garganta…subiendo aun mas la temperatura de su frío cuerpo, que ya estaba alzada a causa del desenfreno del sexo…cerro los ojos, gimiendo dentro del mordisco, por e dulce y adictivo sabor que le parecía tener la sangre de su amante…movía su lengua dentro de la oquedad provocando que el menor perdiera el dolor que pudiera causarle, pero sintiera aquel placer que sin duda le estaba provocando…

El cuerpo del muchacho pareció dormirse de pronto. El dolor que le pudiera haber causado los colmillos del vampiro hundiéndose en su carne fue sustituido por una oleada de calor, placentero que le recorrió de arriba a abajo pero de una forma suave, anestesiante.
Rodeó el cuello del vampiro con ambos brazos y simplemente se dejó ir, respirando ya despacio pero de forma sonora, cegado y embobado por aquella sensación que le venía completamente nueva.

El notar en aquella herida abierta la lengua del vampiro, y como este drenaba su sangre vertiéndose no hacía más que ahogarle más. Finalmente se dio por vencido y se dejó caer como un peso muerto sobre él, con todo el cuerpo hirviendo y empapado tanto en su propio sudor como en el ajeno entremezclado con el smen.

Hubo un momento en que se perdió sumergido en la sangre del chico…saboreándola con frenesí, completamente ausente por aquella adicción que le estaba provocando, pero al sentir como el menor, caía sobre el…temió haber bebido demasiado y abriendo la moca, desclavo sus colmillos del cuello del menor…lamiendo lentamente las dos marquitas hasta que estas cicatrizaron, dejando simplemente una pequeña marca rojiza, similar a un chupetón…

-Lo siento…creo que me excedí…

Murmuro abrazándolo con cuidado contra su pecho aun jadeante y lleno de éxtasis, pero también de preocupación por si verdaderamente le había dañado…acariciando sus cabellos con una mano y la espalda con la otra, besándole de pronto la mejilla, de un modo dulce, que ciertamente no recordaba haberlo hecho con nadie desde hacia ya unos cuantos siglos…

El muchacho todavía tardó un momento en salir de aquel lento estupor. Era como si el mundo entero se hubiera detenido durante un instante a penas, dejándole suspendido en la nada y cuando volvió a abrir los ojos todo era igual de agradable y suave.
Se movió a penas, pegándose al cuerpo del mayor, abrazándose a él y quedando tumbado sbre uno de los costados, refugiado en el cálido pecho del vampiro que todavía palpitaba con celeridad al igual que el suyo, relajándose poco a poco.

-No, no...-dijo con suavidad con los labios entreabiertos, suspirando sobre su piel-. Sigo vivo, no te preocupes-comentó sonriendo a penas y llevando una mano al rostro del vampiro, acariciándolo un momento-. Gracias.

Beso las calidas manos del chico…mirándole con los ojos todavía algo oscurecidos a causa de haberse alimentado…y el rostro ruborizado, por el calor que ahora desprendía su cuerpo…
Extrañándose por aquel agradecimiento, le alzo un poco el mentón…inclinándose el…deslizando sus labios por las mejillas del pequeño…

-¿Por qué me das las gracias?...

Pregunto con su suave voz aterciopelada cerca del oído del chico…

-Porque...-el muchacho se quedó mirándole un momento y después cerró los ojos, quedándose en aquella posición-. Porque me ha resultado... muy agradable, y he estado cómodo, y supongo que de eso... tu tienes algo de culpa-comentó sonriendo mientras notaba los labios del vampiro tan próximos.

-Aunque ahora no puedo moverme, estoy agotado-el chico apoyó las manos en el pecho del mayor, apoyando después sobre ellas la mejilla, quedándose reugiado allí. En aquellos momentos no quería pensar en nada-. ¿Podrás quedarte un poco más? No quiero quedarme a solas ahora.

Sonrío ante aquella confesion, inclinándose de nuevo para besar sus labios con lentitud,,,saboreándole por completo en un intento de memorizar aquel tranquilo momento…

-Si…hace un par de años que no duermo…pero sintiendo tu calor, solo puedo hacer que estar a gusto…y me agradaría poder dormir a tu lado un poco…si no te molesta claro…

-Claro que no me molestas-dijo con suavidad sonriéndole aún-. Si no no te pediría que te quedaras un poco conmigo...-el chico acarició el pecho del vampiro un momento antes de rodeárselo con el brazo, cerrando de nuevo los ojos.

-Tu solo duerme. Intentaré despertarme el primero antes de que el sol caiga al anochecer-dijo antes de apretarse un poco más contra él, como si fuera un muro protector e inabatible. Le resultaba muy agradable aquel calor mágico y extraño que desprendía y le envolvía.

Darah sonrío de nuevo, cogiendo un instante al pequeño en brazos…para alzarlo con una mano y abrir la cama con la otra sin ningún problema, metiéndolos a ambos dentro de las sabanas…Isten Darah era una ciudad fría…y en esos momentos lo único que añoraba era poder sentir el calor del pequeño pegado a el…

-Dudo mucho que consigas despertarte antes que yo…

Dijo riéndose con suavidad…dándole un sutil beso en los labios…a la par que tornaba a pegarlo a su pecho…

-Duérmete pequeño…no me moveré de aquí…

Después de sentir lo reconfortante de las mantas envolviéndoles se dejó hacer como si fuera un niño inocente sin maldad alguna, para al final sonreír de forma inocente y quedarse pegado a él. No tenía intención de soltarle pues era demasiado cómodo y agradable como para ignorarlo.
No sabía si se quedaría dormido, pero lo intentaría al menos. Estar así, en silencio, con aquel calor pegado a su piel, era demasiado extasiante como para no dejarse llevar por él.

-Buenos días, Darah-le dijo al final con voz trémula, apoyando la barbilla en su pecho y quedando con la respiración perdida en su garganta.
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CERRADO