Nombre Completo: Evadine Sorcellerie
Edad: 22 años (aunque aparenta muchos menos)
Especie: bruja, hechicera
Ocupación: Estudiante
Inclinación sexual: bisexual neutra
Características Físicas: 1.50 de altura. Cabellos anaranjados, cortos y alborotados, ojos color esmeralda. Piel muy blanquita. Constitución de adolescente a pesar de su mayoría de edad. Cara aniñada.
Características Psicológicas: a pesar de su apariencia de niña es fría, distante y calculadora. Tiene un genio bastante pésimo. Muy inteligente, para nada alegre, aunque suele sonreír si es necesario, muy seria. Tiene la capacidad de leer las mentes… aunque no lo haga apropósito.
Gustos: una pasión fuera de lo normal por el chocolate, que hace que se comporte como una niña pequeña cambiando completamente de personalidad y volviéndose completamente hiperactiva al ingerirlo.
Le encanta leer libros, sobretodo de fantasía, y de terror, se pasa la mayoría de las horas sumergida entre sus paginas.
Le gusta cantar a la luz de la luna, melodías en idiomas que nadie entiende, ni siquiera ella sabe muy bien de donde salen.
Disgustos: odia que la traten como si fuera una niña pequeña. A las personas que se creen superiores, y sobretodo, odia que menosprecien su poder.
Historia: nació en una familia bien asentada, del norte de Inglaterra. Cuando cumplió cuatro años, sus padres empezaron a detectar pequeños síntomas de que ella no era normal, a los diez años la internaron en un hospital psicológico del pirineo aragonés. Donde aprendió español, y se volvió un poco loca. A los quince años escapó del manicomio. Anduvo perdida por los bosques durante dos días asta caer presa del agotamiento cerca de una cueva, donde la acogió un aquelarre de brujas y le enseñaron a usar sus poderes, aunque se encontraba muy bien allí, una noche huyó, entre la niebla, y al despertar se encontraba en un pequeño callejón de Isten Darah, sin tener idea de cómo había llegado hasta ahí.
Otros: sus poderes son mayoritariamente psíquicos, crea ilusiones muy realistas en las mentes de las personas, llegando estas a creer que lo que ven es verdad.
Puede agotar mentalmente a las personas hasta hacerlas desfallecer, con un pitido constante en su cerebro, si lo cree necesario.
Y puede curar a una persona de dolores de cabeza, o transmitirles felicidad cuando están deprimidos, paz cuando están de los nervios, y sueño cuando no pueden dormir.
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