Necesidad...

(Vienen de aquí)

Salio a la superficie con el menor a su espalda, la cueva no brillaba tanto como la ultima vez que estuvieron ahí, puesto que esa noche no era luna llena, de ahí que el licántropo que había matado, tuviera mucha menos fiereza que en las noches en que el astro te posara completa…

-Gracias…

Murmuro simplemente. Soltando la presa de su cuello y girando al pequeño para estrecharlo contra su pecho….

El chico aún empapadao le miró lo que pudo antes de que le estrechase. Le pasó los brazos al rededor del pecho, abrazándole y apoyando la mejilla para respirar con suavidad.

-Creo que hice algunas cosas que te hicieron daño. Lo lamento-le dijo después de unos instantes en silencio.

Suspiro y se acerco a aquel pequeño hueco en el que la piedra parecía un asiento y podían sentarse sin necesidad de salir de la calidez del agua, el no se había quitado la ropa pues precisamente lo que quería era limpiarla, así que antes de sentarse, saco de su bolsillo el colgante que le había hecho con aquella piedra que el menor encontró ahí mismo…

-¿Todavía lo quieres?...

Musito en voz baja… sonriéndole un poco…

El chico le miró y después miró el colgante, cogiéndolo solo entonces para mirarlo y sentarse entre las piernas del vampiro, dándole la espalda.

-Claro que lo quiero-le dijo con un medio suspiro, sin llegar a apoyarse en el pecho del mayor. Ahora las cosas no podrían ser como le hubiera gustado que fueran, y era un poco desalentador. Pero como sabía, no podría darle pistas a Darah de lo que pensaba si no se lo permitía el mismo, de modo que calló simplemente. Acarició un momento la pequeña piedra dorada y suspiró de forma silenciosa-. ¿Me lo pones?-le preguntó alzándolo un poco y dejándoselo cojer.

Asintió y cogio el colgante, poniéndoselo con delicadeza…y dándole un suave beso en el cuello cuando lo abrocho…

-Te queda bien…

Se percato de que el chico no se apoyaba en el, y lo abrazo estrechándole contra su pecho…

-Que no pueda hacerte el amor, no significa que no puedas tocarme…solo que tendremos que controlarnos…¿Vale pequeño?...no quiero dejar estrecharte contra mi, es un gesto cariñoso, y te lo has ganado con creces…

Se pasó una mano por el cuello, notando aquel colgante contra su piel, frío y brillante a pesar de no tener demasiado valor, y se encogió sobre si mismo.
El muchacho no dijo nada. Cuando le estrechó contra él solo notó los ojos empañandose, y ya sin poner ningún empeño en querer remediarlo se dio la vuelta, quedando de lado para poder refugiarse en su pecho, sin mirarle, notando como de sus ojos cerrados las lágrimas querían brotar, silenciosamente.
Esa una sensación de pesadez, que sabía desaparecería. Como otras tantas veces lo había hecho para quedarse en nada.

Darah sintió el dolor del pequeño, que se unía al suyo le estrecho aun mas acariciándole la espalda con delicadeza y ternura…

-Perdóname Bal, no deseaba esto, no quería dañarte de ese modo…lo siento…

Descendió sus labios, lamiendo las pequeñas gotitas que habían comenzado a surgir de sus preciosos ojos, rozando su boca contra la de el…

-Déjame besarte, tan solo ahora…una ultima vez deja que te demuestre cuanto te he añorado pequeño…no quería irme, pero…me lo pediste, pero siendo egoísta, no deseaba marcharme, lo siento…lo siento mucho Bal…

El chico a penas se volvió para verle a los ojos, abriendo los suyos, y notándolos humedecidos hasta tal punto que era complicado ver a través de las lágrimas. Sin embargo se serenó, respiró con tranquilidad y deslizó una mano entre ambos, posando la yema de los dedos sobre los labios del vampiro, deteniéndole con suavidad. Volvió a mirarle a los ojos, tratando de decirle sin palabras que aquella era una negativa a su petición, aunque no quería decírselo sin más de forma hiriente.
Le tocó el cuello con la otra mano y se acercó a su mejilla, dándole un suave y sincero beso, un beso de amigos, de un amigo que necesitaba.

-Lo sé, Darah. No necesito que me lo demuestres-le dijo dejando caer las manos en el regazo, pensando que aunque le habría besado fervientemente en aquellos momentos, aunque fuera el último, aquel beso no le correspondía a él. Le sonrió a penas mucho más sereno y volvió a refugiarse en su pecho sin más, cerrando los ojos y suspirando con tranquilidad.

Cerro los ojos sintiendo el beso en su mejilla, y a la par un intenso dolor, sabiendo que perdía algo mas que valioso para el, pero suspiro y le acaricio los húmedos cabellos, besando su frente…

-Bal…Se llama Siber, tiene 16 años, y de algún modo que aun no comprendo, estamos conectados telepáticamente, el, me descubrió algunas cosas que el dios me oculto, la batalla antes de llegar aquí…la necesidad de regresar a algún sitio que todavía no alcanzo a rememorar…

El muchacho escuchó su explicación y no tuvo más que conformarse. Por alguna razón que no lograba a comprender no deseaba conocer a aquel chico, pero por la misma razón, la desconocida, no podía desearle nada malo, quizás precisamente porque no lo conocía.

-En ese caso supongo que es muy importante. Está bien, Darah-le dijo de forma tranquilizadora, apoyando la barbilla en su hombro y cerrando los ojos, pasándole una mano en la cabeza de forma suave-. Lo único que tienes que hacer es tranquilizarte, no preocuparte por nada. Simplemente céntrate en ese chico y ocúpate de haceros felices a ambos, si no estarás sufriendo inutilmente sin fin.

Beso su mano con tranquilidad, mirándole de reojo…

-Le are feliz, o al menos lo intentare, pero no pienses que te voy o quiero apararte de mi vida, por que no es así pequeño…nunca querré que te alejes de mi, eres mi protegido, y eso no lo cambiara nadie, te aprecio, y espero que ahora no desees alejarte de mi…pediste un amigo, y aquí me tienes…además, yo también te necesito…

Murmuro escondiendo el rostro en su melena azabache. Aspirando la dulce esencia del menor…

El chico a penas se movió. Detuvo sus manos y simplemente las dejó caer sobre la espalda del mayor.

-Te lo agradezco-susurró con los ojos entrecerrados, parpadeando a penas. Supuso que no podía quejarse, al fin y al cabo no había ido lo suficientemente lejos como para poder sentirse rechazado. De hecho en aquellos momentos pensó con alivio que decirle que se fuera había sido lo mejor que podía haber hecho. hubiera sido peor dejarle quedar, empaparse de él y enamorarse, para saber que quería a otro.

-Pero... que sepas que lo de pasarme por la piedra a la primera de cambio me podría haber marcado, ¿eh? Suerte para ti que no fue así...-comentó alzando un poco la voz, a modo de gracia y sonriendo a penas.

Darah se mordió los labios un poco lascivo sonriendo travieso…

-Nunca me arrepentiré de haberte hecho el amor, eres delicioso Bal, y adoro como te pones cuando te muestro lo que deseas…

Dijo sonriéndole rememorando la de escenas excitantes que le había insertado en su mente en otras ocasiones…

-Al menos, ambos disfrutamos…¿No?...

-Si. No puedo quejarme, pero eso ya quedó atrás-dijo suspirando levemente, con algo de cansancio, y cerrando los ojos-. Al menos... si me lo permites me gustaría no volver a recordarlo. No por nada, ¿eh? Solo es que no me parece correcto ahora.

El muchacho se pegó un poco más a él, refugiándose.

Asintió levemente, besándole la frente…

-Lo siento pequeño…tienes razón, no pretendía molestarte…

Le pego un poco mas a el, como si fuera un niño pequeño, acunado por un mayor…

-Podemos descansar aquí si quieres, se esta bien, y yo…estoy algo somnoliento, no se que me pasa, pero tengo incluso un poco de sueño…

Dijo pasándose la mano por la cabeza, en realidad mas o menos si tenia idea, la sangre de licántropo nunca le sentó bien, y ahora la había bebido con voracidad por salvar al pequeño, pero ese precio no era nada si al menos había evitado que dañaran a Bal…

-Descansaremos aquí un poco, y después si puedes me llevas a casa. Mañana... tengo una jornada muy dura y no me he dado cuenta hasta ahora. Que te persiga un licántropo por la ciudad no deja demasiado tiempo para pensar en el trabajo...-comentó el chico con una ligera sonrisa, con los ojos cerrados y quedándose adormilado, cómodamente apoyado en el pecho del vampiro como ya hubiera hecho en muchas ocasiones.

Darah le observo en silencio, sin cesar de estrecharle contra el, tenia mas que claro que todo eso se iba a acabar, que nunca mas podría volver a abrazar así al menor, y que por ello atesoraría todos esos momentos, que el le había dado.
Beso la mejilla del azabache con inmenso cariño, susurrándole al oído…

-Nunca olvides…que te quiero…y te protegeré con mi propia eternidad si hace falta, me has dado mucho Bal…mas de lo que se que merezco y menos de lo que he podido darte…ese colgante, esta impregnado con mi sangre, si me necesitas…puedes contactar con migo…solo llámame pequeño…

-Darah... ya lo se-repitió con suavidad con tono suplicante. Alzó una mano hacia su mejilla, acariciándole con comprensión y suspiró-. No hables más. Se todo lo que me quieres decir, y no tienes que decírmelo. Ya lo se. No te preocupes más y descansa. Mañana todo será diferente, ya lo verás.

El muchacho habló con seguridad volviend a apoyar la mejilla en su hombro, cerrando los ojos y dejándose llevar un instante más. Aquel vampiro le había dado mucho, y aunque después de pronto su sino traidor y siembre burlándose de él se lo había arrebatado, no podía evitar sentir aprecio por él.

-Seremos buenos amigos. Ya verás.

Le beso la mano con que le había acariciado, suspirando una vez mas…

-Si seremos buenos amigos…pero igualmente nunca lo olvides Bal…si me necesitas…solo debes llamarme pequeño…

Lo acoplo mejor en su regazo para que estuviera mas cómodo y relajado…

-Descansa Bal…

Musito simplemente…observando la seminegrura de la cueva…como si fuera la única manta que esa noche pudiera cubrir…la pequeña lagrima roja, que descendió por su níveo rostro…y se perdió en las trasparentes aguas…

Sin decir nada más el muchacho se perdió dormido. Dejó de sujetar al vampiro para que sus brazos se relajaran en el profundo y repentino sueño en el que cayó.
Su rostro se terminó de secar para dar paso a uno de tranquilidad y paz eternas, sin más. Era un niño dormido plácidamente en brazos de un protector, y no se preocupó de nada más que de dejar que sus preocupaciones y sus males se los lelvara el agua, una vez más.

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CERRADO