Atardecer de Fuego y Agua

Hacía más o menos un mes que había llegado a la ciudad y aunque había intentado conocer lo más posible de ella no tenía ni idea de los terrenos de esta pues no había pisado el bosque básicamente se la había vivido en la biblioteca, apenas la pisó y se sintió perdidamente enamorado de cada página, de cada cubierta, de cada libro, de cada estante, todo titulo tenia algo nuevo para ofrecerle, muchas cosas de las que había visto y oído ni él mismo las creía y es que era demasiado brusco el cambio, incluso aún le costaba asimilar todo lo que había pasado en los últimos años empezando por su extraña "habilidad" para invocar o manejar el fuego a su antojo, cosa que tras dos años de intentos, aunque lo dominaba no lo hacía tan excelentemente bien, pero ahí iba y eso era lo importante; sonrió para si mismo ante el recuerdo de sus propios y desastrosos fracasos, con un pié delante del otro de manera juguetona saltaba de roca en roca, levantó la mirada hacia el cielo fijándose en que no pululaba por él ni una sola nube, el firmamento vestía sus mejores galas a la hora de caer el sol y salir la luna, los hermosos colores anaranjados se mezclaban con los rosas de un lado y los violetas del otro dejando apenas poco e imperceptibles vestigios de su natural azul, era una verdadera lástima que no hubiese estado nublado en todo el dia, pues amaba la lluvia y le hubiera encantado que hiciera un día frío, envés de eso se la había pasado perdido el día entero entre matorrales con un sol que le lastimaba la piel, hizo un leve puchero bajando la carita y poniendo atención al camino, no tenia ni la mas remota idea de hacia donde iba pero bueno, si se perdía ya vería como se las arreglaría, igual siempre salía solo de sus cosas, una vez más una menos que mas dá, aunque claro, era primera vez en la que se aventuraba en un bosque donde podía atacarle un hombre lobo en cualquier momento; definitivamente no era fácil el cambio del mundo "normal" al "fantástico"....


Ese día precisamente el rubio se lo había agarrado de "camping" pues había escuchado que la ciudad poseía unos lagos hermosos, y si había algo que enloqueciera a Altair era la esplendorosidad que nos regalaba la madre naturaleza creando aquellos hermosos "pozos" en la tierra, así que decidiendo postergar la lectura de los diecisiete libro que tenía en "proceso" había decidido "lanzarse a la aventura" como decía su abogado e internarse en el bosque, claro que no había planeado en que su brújula estuviera tan "chueca" como para haberse extraviado desde esa mañana y aún ni pista de un pocito siquiera, suspiró con frustración; el ojiazul iba ataviado con un largo pantalón color kaki de montones de bolsillos por los lados, así como una chemise de manga corta azul clara que le hacía juego con sus hermosos ojos y hablando e ropa y para variar uno de los bolsillos volvió a quedársele enganchado en una rama del camino, volteó a mirarla y haló el pié con algo de fuerza, no consiguiendo así liberarse, intento una vez mas y tampoco, intentó mantener el equilibrio y tiró aún mas fuerte cuando al fin si soltó pero la fuerza de "rebote" le hizo perder el equilibrio yéndose de bruces al suelo, cerró los ojos arrugando la cara en una mueca de dolor, apoyando las palas de las manos en el suelo para levantarse y alzar la mirada lo que estaba buscando durante todo el día apreció al fin ante sus ojos....


Entre tupidas "montañitas" de un verde intenso se hallaba una pequeña cascada que alimentaba a un lago precioso con el agua de un color tan intenso como el de la vegetación de su alrededor, le costaba definir cuál era cual y casi sin darse cuanta se puso en pié, sonriendo algo tontamente y es que dos años de andar para aquí y para allá no le habían alcanzado para que sus ojos apreciaran semejante majestuosidad, el sonido del agua caer de la pequeña quebrada y expandirse por el lago le arrullaba, cerró los ojos y una suave y gresca brisa le agitó los rubios cabellos, respiró el aroma que hasta diferente le parecía y dando algunos pasos llegó a rodear el depósito del agua, logrando colocarse a un lado de la caída de agua, con algo de dificultad se subió una inmensa y mohosa roca, dio algunos pasos adelante y a pesar de que estaba algo empinado se inclinó para tomar un poco del cristalino liquido entre sus manos, solo que algo entre en sus cálculos falló y dando un traspiés, resbaló cayendo sin remedio al lago...


Lo que le faltaba, inmundo y ahora empapado, pero que bien se sentía, si ese no era su "elemento" pues no lo parecía, el "vacio" del agua le llenaba y de verdad no quería salir a flote, se sentía tan pleno, pero a la final su cuerpo por si solo, salió a la superficie, sonrió pataleando un poco para no volver a hundirse mirando a su alrededor emocionado, con esa sonrisa aniñada que los años no habían podido cambiar en él; hizo como que apartaba el agua con el manos y se zambulló con gracia esta vez, con todo y ropa deseando explorar más, haciendo gala de sus clases de natación averiguando cuanto podía aguantar la respiración a sus diecinueve años de edad...

Sumergido en el lago, Malluma dormitaba tranquilo rodeado de su elemento, escuchando el choque de las aguas cuando estas descendían de las numerosas cascadas de esa zona, los movimientos de los peces, incluso el batir de las alas de algunos pájaros cuando estos se posaban en el gran charco con intención de cazar…

Para el todo aquello era pura y llana tranquilidad. El extrañamente agoniaco sol de ese caluroso día, comenzaba a ocultarse, pero aun así al elemental no se le antojaba salir, estaba mas que a gusto, ahí tumbado en su lecho de algas dulces…observando desde el fondo del “pozo” los movimientos de la vida, que ya le era tan aburrida como hermosa…

Bostezo creando unas cuantas burbujas que salieron flotando hasta estallar en la superficie…cuándo de pronto sintió aquel extraño calor en su pecho…aquella sensación, que solo su congénere del Fuego había logrado desatar…pero no, eso no podía ser, Feuer, elemental del fuego , y su amante durante casi trescientos siglos, había sido brutalmente asesinado por una panda de seres hipócritas que se hacían llamar hechiceros, que despedazaron a su amado, para intentar lograr lo que ellos llamaban el elixir de la vida eterna…cosa, de la que ni siquiera consiguieron hallar la receta correcta.

Mallu salio un instante a la superficie, escondiéndose tras el borde de una de las rocas que sobresalían en el borde del lago, viendo a aquel muchacho, de cabellos dorados y ojos de cielo…

Malluma, quedo sin aliento, viendo entre la inocente apariencia, los verdaderos tonos rojizos de su cabello, y orbes doradas como las brasas…posando la mano de nuevo en su pecho ,al sentir, que este ardía sin control…era el…y de eso no cabía la menor duda, el era la reencarnación de Feuer, elemental del fuego…Titubeó un poco, sin saber si acercarse o no, cosa que era muy extraña en el puesto que siempre tenia las cosas claras o al menos siempre las hacia al instante aunque luego eso conllevara el retractarse…pero entonces el muchacho callo al lago…y Mallu, tuvo que llevarse la mano a la boca para que este no escuchara, su burlona risilla resonar…continuando con su observacion un ratito mas, se percato de que el “Rubio” se sumergía algo profundo…entonces el…hizo lo mismo, nadando 50.000 veces mas rápido que el, se puso bajo el chico…con los brazos cruzados como impidiéndole el paso a este, aunque mas bien era todo lo contrario, lo que intentaba era aferrarse a si mismo, para hallar el valor de enfrentarse a la clara posibilidad de que el chico fuera verdadera mente el nuevo elemental de fuego…

No…el no quería un nuevo congénere…el quería a Feuer…quería a su amado, a ese ser que había logrado sacarle del profundo “pozo” en el que se sumergió cuando Arian decidió yacer solo durante tantos siglos, quería al hombre que tantas noches de calor le había dado…
Miro al ojiazul con sus orbes de un extraño color unión del dorado y el cielo…acercándose lentamente a el…con su rostro lleno de pena de tristeza…de todo aquello que sentía y logro causar que el anteriormente despejado cielo del atardecer…se transformara…comenzando a nublarse hasta que comenzó a chispear….escuchándose el eco de la lluvia…que sustituían a las lágrimas que Mallu no podía derramar en el lago…rozando completamente apenado el níveo rostro del elemental de fuego…con sus manos…que no tenía claro que representar…amor…cariño…dolor…tristeza…

Bajo las aguas Altair soltó un pequeño gritito de susto, que ocasionó que el agua en la profundidad burbujeara, teniendo que llevarse ambas manos a la boca, tapándola para que no terminara de escapársele el aire, estaba sorprendido, asustado y confundido por el personaje tan particular que se encontraba frente a él obstruyéndole el paso, como si quisiera detenerlo para que no fuera a ningún lugar, este pensamiento asustó al ojiazul aún más, latiendo sus corazón desesperado; sus cabellos parecían levitar el vacío, desordenándose por completo, mientras su camisa se subía dejándole el vientre algo descubierto, pero claro en esto era en lo menos que se fijaba el elemental, tenía cosas mas importantes que resolver justo en frente de él; hasta los momentos no le había tocado encarar a ninguna criatura semejante, no sabía ni siquiera "que" era "eso" y estaba ciertamente aterrado, empezando porque estaba en el agua, ahí no iba a poder encender ni una chispa si le tocara defenderse de alguna cosa, ok, lección para la próxima: "aventúrate en sitios que favorezcan a tu elemento", mientras tanto estaba desprotegido, a completa merced del extraño, mientras el sonido de pequeñas gotitas chocar con la superficie del lago venidas del cielo comenzaba a retumbar en las profundidades....


Cuando se percatara de que el ser se acercaba a él, por puro instinto, sus piernas patalearon alejándose del ¿castaño?, no podía definir su color de cabello en aquella situación, lo único que tenía claro era que debía salir de ese lugar cuanto antes y cuando se dispuso a hacerlo la cara de pena y tristeza del hombre le llegaron al alma, preguntándose que le había hecho reaccionar de aquel modo para con él, las manos de el extraño hombre se alzaron acariciándole el rostro y Altair quiso alejarse otra vez, soltando un nuevo quejido que alboroto la profundidad del pozo, no entendía nada, era el colmo del desastre, ahora la extraña criatura le acariciaba y con aquella expresión que no le hizo apartar sus azules sorbes de los rayados del otro sumergiéndose en estos como él lo estaba en el pozo, cerrando sus ojos un instante de manera dulce, sintiendo las frías manos del otro rozarle la piel de su faz, hasta que en su cerebro algo hizo un pequeño "click" abriendo los parpados de manera repentina, volviendo a alejarse para esta vez patalear con fuerza hasta salir a flote, primero porque se estaba quedando sin aire y segundo porque era insólito que se quedara ahí dejándose tocar por un extraño que a parte de todo no era ningún “cualquiera” si no una criatura que podía llegar a ser peligrosa, soltó todo el aire que llevaba en los pulmones dando un sonoro respigo mientras las frías gotas de lluvia contribuían con lo empapado de su rostro, alzó la vista al cielo, notando como lo que parecía un atardecer hermoso se había convertido en semejante crepúsculo nublado, parecía como si al bosque quisiera azotarle una tormenta, de sus divagaciones salió rápidamente, mirando por instinto hacia abajo, a las profundidades del lago, sintiendo lo que debía sentir un naufrago que se encuentra en alta mar y de abajo viene un tiburón que pretende devorarlo, mejor comparación no encontró así que en largas brazadas llegó a las orillas del lago, apoyando las manos en este para impulsarse hacia arriba haciéndosele difícil tarea pues la ropa pesada, completamente empapaba, le empujaba hacia abajo, de igual manera salió nervioso, temblando de frío y anonadado, llevándose ambas manos al rostro para limpiárselo con fuerza, volteando a ver hacia la superficie del lago, extremadamente confundido...

Malluma se quedo unos instantes sumergido, viendo como el rubio se alzaba buscando aire.

Pensó durante un momento, aunque se lo negara a el mismo, sabia perfectamente que ese muchachito era el nuevo elemental de fuego, el sustituto de Feuer y por mucho que le doliera aquello, no podía permitir que ese menor fuera dando tumbos sin conocer la verdad, cosa que de segur así era.
Nado hacia la superficie, tornándose agua para que no se percatara de el, mirando como el ojiazul, jadeaba asustado por su culpa…y además completamente empapado.
Aquella tormenta creada por sus emociones, iba a ser realmente difícil de amainar, y mas sintiendo, toda aquella extraña confusión en su mente, tantos recuerdos que creía perdidos y que sin embargo no tardaron en aparecer con el mas mínimo roce sobre ellos…
Mallu salio del agua convertido ya en un calido y transparente viento, que soplo alrededor del chico, secándole lentamente, los cabellos, el rostro, e incluso la ropa…materializándose de pronto el elemental frente al pequeño, con la cara todavía entristecida, pero un porte mas tranquilo, mirando con sus ojos rallados, memorizando cada uno de sus movimientos, de sus gestos, de todo lo que pudiera darle alguna pista sobre el…

-Discúlpame, no debí asustarte de ese modo…

Musito con un claro tono de arrepentimiento, haciendo un gesto con las manos al chico como diciéndole que no le temiera…Portaba unos pantalones anchos de seda en un tono azul, a juego con la mitad de su iris…que ya estaba tan seco como los del elemental frente a el…le era imposible, separar sus orbes de el…temiendo que este se marchara sin poderle haber dado una explicación, de todo lo que había sucedido ahí abajo…

El ojiazul sintió como una suave y tranquilizante brisa le envolvía, secando poco apoco sus cabellos y sus ropas quedando estas apenas humedecidas y brindándole cierta paz a pesar de no poder evitar sentirse intranquilo ante un hecho tan repentino como ese, pero atribuyéndolo a la inminente lluvia respiró tranquilo, solo por un momento claro, porque cuando el ser visto bajo el agua se materializara frente a él su rostro se tornó incluso más pálido de lo que ya era por naturaleza, dando algunos pasos hacia atrás, volviendo a respirar de manera agitada, no entendía porque le había seguido y sus deducciones llegaban todas a la conclusión de que por nada bueno era; las finas gotitas de lluvia caían sobre el bosque mientras el "minuto de silencio" que se había instalado entre ambos elementales se hacía eterno, y Altair mantenía una linda pero imperturbable mueca de sorpresa e inquietud en el rostro sin dejar de observar al contrario y de tanto rato sin apartar sus ojos de los del extraño, notó los ribetes dorados de esto si bien pareciéndole hermosos le recordaron a los propios en "aquel estado" inundándole una repentina rabia mezclada con hasta asco hacia sí mismo, bajó el rostro un poco intentando analizar algo que no podía y buscar la calma que necesitaba, intentando poner en orden sus ideas, sin mucho éxito claro, volvió a levantar el rostro con una expresión más serena naciendo en él esa sensación que, aunque la mayoría del tiempo le metía en problemas, le hacía querer conocer más sobre las cosas de su entorno que llamaban particularmente su atención, “nunca juzgues un libro por su portada” decía y si quizá el otro hombre no se había presentado de la mejor manera él no era quien como para catalogarlo como una bestia o algo peor...

Cambiando su expresión a una completamente distinta, con sus facciones completamente suavizadas, dejando ver en él el característico rostro de un nene pequeño e ingenuo, mezclándose en su faz el desconcierto y la fascinación, decidió a dar algunos pasos hacia adelante hasta plantarse justo en frente del castaño, sin perder contactos visual con este, queriendo preguntarle tantas cosas sin articular palabra, logrando perderse en su mirada, una vez más, para variar, hallando en esta tantos sentimientos encontrados como los que recién descubría en su interior, alzó una de sus pálidas y finas manos hasta la mejilla del contrario para rozarla en un principio apenas con los dedos, en un toque casi imperceptible para luego pasar a ser una verdadera caricia cargada de dulzura, estando tan cerca del otro rostro que podía sentir el aliento de aquel hermoso ser en su rostro.-Q-quien eres??.-preguntó en un susurro sin dejar de verle, fascinado por lo suave de la piel en su tacto y por las preciosas facciones que podía observar más de cerca, interesando en conocer al menos el nombre de aquel ser, que sin tener claro quién era ya le parecía algo completamente enigmático y contradictorio, acelerándole la respiración y la emoción anudándole el estomago....

El repentino cambio de rostro del pequeño, le dejo algo confuso, y ver aquella nívea mano acercarse a el, tampoco ayudo demasiado que digamos…Mallu cerro los ojos, sintiendo aquel calor en su mejilla, común en un elemental de fuego…sosteniéndola de pronto con su propia mano…como atesorando aquel instante..aunque solo fuera unos segundos…

Las nubes se aglomeraron sobre sus cabezas…y las gotas de lluvia caían en abundancia, como si fueran lagrimas que el cielo derramaban, mojándoles de nuevo por completo a ambos…y fue una suerte, por que de ese modo no se distinguió la pequeña lagrima que surco el rostro de Mallu desde sus hermosos ojos…los abrió con lentitud, mirando primero al suelo, pero alzándolos lentamente, hasta encontrarse con la mirada celestial del pequeño…

-Malluma…

Musito simplemente en voz baja, pero lo suficientemente alto como para que el pequeño pudiera escucharle, sin apartar un instante su dolida mirada de la del rubio, todavía no teniendo claro que hacer, que decir, o simplemente como reaccionar…sintiéndose tan confundido que era incapaz de controlar la tormenta que aumentaba a cada instante…

Si bien Altair se sintió algo confuso por el repentino gesto de que le tomara la mano, no la apartó, al contrario esbozó pequeña sonrisa que le curvaron los labios en una cálido gesto y sus cristalinos ojos brillaron de algo parecido a la alegría, que no entendía por qué nacía pero suponía que venía de ver que el chico frente a él no era "malo" después de todo y que quizá había tenido un miedo absurdo al principio, su sonrisa no se borró y al contrario continuo la caricia, esta vez delineando las formas del precioso rostro que palpaba, llegando a su mentón para quitar la mano repentinamente pero con un movimiento para nada brusco.-Mallu, te llamaré Mallu, me dejas??.-pidió en una sonrisa aniñada sacándole un poco la lengua de manera juguetona...


Una fuerte brisa meció ambos cuerpos mientras la lluvia ya le hacía gotear algunas mechitas del rubio cabello, alzó un momento la mirada al cielo de nuevo viendo como el firmamento melancólico agonizaba entre la bruma dándole paso a la luna.-Está anocheciendo, creo que debo irme.-musitó bajito volviendo su rostro empapado al castaño sin deseos reales de irse pues algo le hacía querer hablar si quiera un rato más con Malluma y escuchar el melodioso sonido de su voz pero es que si se quedaba y la noche le tomaba por sorpresa dudaba mucho que pudiera regresar a la ciudad, si de día le costó llegar hasta ahí y de hecho se extravió de noche aún mas pues la penumbra no le dejaría ver nada y a pesar de todo en esos momentos en la segunda cosa que pensaba era en volver a la comodidad de su casa, la primera era claro en Malluma, extraño nombre, pero a su parecer realmente hermoso para aquel ser....

Cuando escucho lo de que si podía llamarle así, no pudo evitar sonreírle encantadoramente, asintiendo por aquello incluso más efusivo de lo normal…

-Si…todos me llaman Mallu…

Se mordió los labios con nerviosismo, recobrando aquella tristeza de nuevo en su rostro al escuchar que el pequeño quería marcharse…cogiendole de la mano que había dejado caer de su rostro…mirándole suplicante…

-No…no te vayas por favor…ya amaino la tormenta…lo siento…no se por que me cuesta controlarme hoy…

Estiro la mano que no le sostenía hacia el cielo..alzando el rostro con los ojos cerrados, dispuesto a intentar controlar el torbellino de emociones que había causado ésa lluvia, respiro hondo, y se concentro únicamente, en la mano tan calida que estaba sosteniendo, en la sensación que tanto había añorado durante esos siglos…intentando recordar únicamente los momentos dulces de su eternidad…consiguiendo por fin, que la fuerte lluvia se transformara en una leve y casi inexistente llovizna, despejándose levemente las nubes, para dejar paso a los últimos rayos de soy, que junto a las pequeñas gotitas aun prendadas en el firmamento, construyeron un bello arco iris que parecía acabar en su lago…
Mallu reabrió los ojos, y medio sonriendo por haberlo logrado, bajo la mirada hacia el rubio, sonriéndole satisfecho por haberse tranquilizado, aunque aun así quedaban leves vestigios de su tristeza en los hermosos ojos rallados…

-¿Cómo te llamas?...

Le pregunto aun sosteniéndole la mano entre las suyas, destacando un poco su leve tono de piel bronceada, con el níveo de la del elemental, creando una hermosa combinación de colores, que podía incluso, enfrentarse a la del arco iris sobre ellos…

Para el rubio no pasó desapercibida la manera en que el otro se mordía el labio inferior y como regresaba a su cara aquella expresión entristecida sin entender del todo por qué lo hacía, yéndosele el habla al oír el ruego del moreno.-E-eh? y-yo.-alcanzó a musitar sin tener en claro completamente que quería decir el otro con "ya amaino la tormenta" cuando repentinamente este tomó su mano y Altair solo bajó la mirada viendo ambas entrelazadas y el lindo contraste que ciertamente se formaba en el agarre, con su falta de melanina y el pequeño y justo exceso de la contraria constituían una hermosa combinación; miró con atención como el castaño alzaba la mano y el rostro al cielo con los ojos cerrados, él hizo lo mismo solo que sin mover siquiera los parpados sujetando con mas fuerza la mano del ya no tan extraño, observando sorprendido y emocionado como las nubes se dispersaban y las gotas aminoraban su marcha a la tierra para casi desaparcar al completo, dejando a su paso un hermoso arcoíris que parecía terminar en el lago; siguió con la mirada el hermoso fenómeno natural girándose un poco para observar el lago a su espalda con el rostro completamente iluminado de emoción, como cuando a nene pequeño le muestran un truco de magia, apunto estaba de correr al lago soltándole la mano a Mallu cuando la voz de este le interrumpió volviendo de nuevo la mirada a él.-Oh, si lo siento.-rió apenado por su torpeza al no haberse presentado aunque tampoco iba estar importunando por ahí con cosas que no se le habían preguntado.-Mi nombre es Altair, es un placer.-finalizó en tono tranquilo y con cortesía, sonriendo amablemente para luego volver la vista al lago haciendo lo que tenía pensado, con los ojitos casi brillando....


-Waaaa, que hermoso.-había corrido un poco dejando al otro atrás hasta arrodillarse frente a las aguas, manchando las rodillas del pantalón de pantano, observando el arcoíris que desaparecía en medio de estas.-Como lo has hecho??.-preguntó distraído sin voltear verle demasiado maravillado pues esa extraña unión de colores que resultaba de la lluvia siempre, desde pequeño, le había cautivado, no dejándole prestar atención a nada más, sonriendo como nene pequeño tocando y jugueteando con el agua, sintiéndola extremadamente cálida, moviendo finamente los dedos en esta causando pequeñas ondas que se expandía a escasos metros de su juego...

Malluma ando lentamente hacia el borde del lago, inclinándose para sumergir su mano en este.

-El agua y el viento están ligados a mi…yo soy parte de ellos al igual que estos corren por mis venas

Musito sonriéndole con calidez, hasta que de pronto se zambullo de cabeza en el estanque, sin ni siquiera salpicar una sola gota, nadando cual sirena, resurgiendo justo debajo de donde caía el arco iris…sus largos cabellos castaños, ondeaban a la par que el agua, y esos ojos atigrados, parecían formar parte del arco de colores…miro al pequeño, mordiéndose de nuevo los labios sin poder evitarlo, suspiro y se acerco levemente hacia la orilla

-Ven…

Le dijo extendiendo la mano en su dirección, sonriéndole con una mezcla de calidez y extraña melancolía…que hacían juego, con el tono tan hermoso de su voz…

-Ah No!!! ni hablar, yo me quedo en tierra gracias.-dijo atropelladamente, trastabillando para pararse alejándose de la orilla del lago, cruzando sus brazos de manera malcriada y haciendo un fruncido pucherito, por un segundo la hermosa calidez con la que lo invitó al agua le hizo pensarlo un instante, sintiéndose medio perdido en los preciosos ojos rayado de contrario, pero no!!! y es que mínimo cuando saliera de esa le pegaba un resfriado de antología y si bien adoraba el agua no iba a meterse con el no-tan-extraño-pero-que-sigue-siendo-un-desconocido que tenía en frente al agua, y que para colmo decía que el dicho elemente y el viento corrían por sus venas, si bien había visto y leído bastante desde su llegada, aún le costaba asimilar que a alguien envés de correrle sangre en las venas le corriera agua, dios santo, una cosa era la teoría y otra comprobarlo en la practica, para alguien que venía del común y corriente mundo de los humanos como él, por mas soñador y medio fantasioso que fuera, el sentido común no le daba para tanto, aunque él mismo fuera capaz de incendiar las cosas de vez en cuando.


El rubio se había quedado medio estático cuando, en un principio, aquel hombre se sumergiera al agua de manera repentina, incluso volteó la cara rápidamente, cerrando los ojos como cuando se supone que alguien se zambulle y te emparama, pero al contrario ni una gota le tocó, aún así a esas alturas le hubiera gustado saber algo de hechicería y poder conjurar algo que lo secara y así, parado ya cerca de un árbol, cruzado de brazos sin mirara al castaño, sintió un repentino cosquilleo en la nariz que le hizo moverla de manera graciosa muy al estilo "hechizada”, para luego soltar un sonoro estornudo que le hizo dar un paso hacia atrás cubriéndose la boca rápidamente, y ahí estaba, la gripe del siglo en puertas...

Se entristeció un poco cuando el pequeño no quiso ir a su lado, pero en cuanto lo vio ahí posado, moviendo la naricilla hasta estornudar, no pudo hacer otra cosa que reírse débilmente, mordiéndose los labios de nuevo, hizo un movimiento con su mano, y el agua se alzo como una hola, portándolo a el en la cresta con velocidad hasta la orilla…

-Lo siento, si te resfrías será culpa mía por la lluvia…enseguida lo soluciono…

Camino hacia el chico, poniéndose frente a frente con el…mirándole embobado unos instantes, incluso a distancia, podía sentir ese calor que emergía de el…acerco su mano al pecho del menor, pero sin llegar a tocarlo…surgiendo de su alrededor, un calido y placentero viento, que acaricio a Altair, caldeando su ropa, su piel, como si ese viento fuera el propio Malluma, que le estaba dando su calor, y en cierto modo así era…

Una vez hubo secado al pequeño, el bronceado, retiro la mano, pasándosela por sus cabellos castaños, suspirando algo confuso por demasiadas sensaciones a la par…

Altair ni siquiera notó en que momento había llegado el castaño a la orilla del lago pues estaba demasiado ocupado intentando no estornudar de nuevo que a lo unico que podía prestarle atencion en ese instante, además de a la comezón en su nariz, era a la manera de volver a su casa, cuando repentinamente vió a el castaño frente a él sobresaltandose un poco primero por su instantanea aparicio y segundo por sus disculpas.-N-no es tu culpa.-intentó decir rapidamente subiendo las manos hasta su pecho, meneandolas de un lado a otro como si negara con estas, intentando frenar la excusa del elemental.-Y-ya venía co-con....-intento decir cuando otro espasmo de su pequeña naricita le hizo estornudar nuevamente, haciendole bajar el rostro cubriendose los labios para luego mirar con los ojos un tanto entrecerrados al moreno prosiguiendo su explicacion.-lo siento....se disculpó con cortesía recobrando su postura.-con esto digo el resfriado, está bien, de verdad.- lo menos que quería era causar molestias o que el otro se sintiera culpable, con un baño caliente a penas llegar y un cambio de ropa bastaría, pero aún asi el de ojos rayados continuó casi posando la mano sobre el pecho del rubio que lo que hizo fué bajar la mirada, observandolo dubitativo hasta que sintió un cálido viento acariciarle entero, secando su piel, su ropa y hasta sus cabellos, se dejó hacer gustoso con una media sonrisa en el rostro pues ya le estaban dando escalofríos y él "secado" no le venía nada mal; respiro profundo sintiendose delicioso...


-Gracias.-musitó sonriendo encantadoramente, poniendo las manos tras su espalda, moviendolas un tanto nervioso, mordiendose el labio inferior sin ver directamente al ojiazul, pensando algo asi como que "y ahora?", es decir, se iba o se quedaba? pues más de una vez pudo notar las extrañas reacciones del mayor estando a su lado y si sacaba cuentas le daba la impresión de estar incomodando, aún asi minutos antes cuando quiso irse el extraño le detubo, así que el rubio se encontraba desubicado, sin hallarse ya el sol en el firmamento y quedando si apenas algunos destellos de claridad, cuando las estrellas comenzaban a salir y el frío calaba en los huesos, moviendo tambien las ramas de los arboles brindandoles un aspecto bastante aterrador, Altair los miró un instante tragando grueso, tenía 19 años y no estaba para esa, solían decir, pero seguia aterrandole la obscuridad, mas estando a la intemperie en un lugar como ese, así que poco a poco la idea de volver a su casa se estaba tornando una urgencia desesperante....

Malluma observa la expresión de Altair, mirando también a su alrededor, percatándose de la oscuridad que comienza a envolverles…

-¿Si quieres…puedes venir a mi casa?...es ya muy tarde, te entretuve…

Se quedo pensando unos instantes, desviando la mirada de la del rubio…

-Tengo que contarte muchas cosas…sobre tu estado

El silencio le invadió de pronto…alzando sus ojos rayados para encontrarse con el océano de los del chico…

-Sobre tu posición de elemental…Altair…se lo que eres…por que yo soy como tu…

Simplemente, lo dijo, no podía callarse más, y tampoco lo deseaba…

-A-A tu casa??.-preguntó Altair completamente confundido y extrañado, la primera norma que le enseñaran cuando niño era "jamás hables con extraños" y ahora uno le estaba invitando a su casa, saber el nombre del individuo lo dejaba de hacer un extraño?, no, definitivamente no, o quizá si?, no lo sabía pero una rapida mirada al cielo nuevamente le confirmo que la noche estaba ya practicamente sobre ellos y que no tenia ninguna posibilidad de regresar sano a su casa o antes del amanecer a pesar de su "truco con el fuego" pues no es que era un experto cone sto como se repetía a si mismo a cada rato, solo como para no olvidarlo, porsia se le subía la de "gran mago" a la cabeza, a veces pensaba que era mejor olvidar de cualquiera de las cosas que habian pasado antes, incluuido su extraño "don" y poder vivir como el nene rico que podía ser (y nunca quiso), mucho de sus amigos de la infancia lo hacía, por que él no?, fácil, no servía para estarse de haragan y así dando un suspiro y anexando una frustrada encogida de hombro miró al suelo, dubitativo, no habia de otra era si o si, a menos que quisiera extraviarse en el bosque, solo, en penunbra y con todo el monton de criaturas del que tanto había eswcuchado hablar...

Al fin levatanyó la mirada cuando el otro terminara de hablar, elemental?, que rayos era eso?, suspiró por eésima vez y no le quedó mas de otra que aceptar.-Está bien, mientras no me vayas a violar o algo parecido genial.-bromeó sacándole la lengua aniñado, acortando la distancia que los separaba y hasta pasandola por tan solo unos pasos, del mayor.-vamos?.-preguntó volteanod a verle, esprando, pues aunque habia avanzado no tenia la mas remota idea de hacia donde se dirigían...