Recien llegado

Me habian hablado de la Ciudad de Isten Darah muchas veces, y lo que siempre me habia llamado la atencion, era el rio de sangre que decian era bastante curioso. Decidi pasarme por alli antes de empezar la busqueda de Kiren por la ciudad. Incluso yo de vez en cuando merecia un descanso. Al llegar a la orilla, me quede contemplando el rojizo arroyo con notable admiracion. El sitio estaba muy tranquilo, y eso me gustaba.

Caminar le resultaba balsámico. Hacía que su mente se alejase durante unos instantes de todo cuanto le rodeaba. Recorrió el bosque, hasta que sus pasos le llevaron a aquel río de aguas rojizas. En la otra orilla, la silueta de un extraño ser alado trajo consigo nuevas tribulaciones. ¿Acaso era cierto aquello que veía? Durante casi trescientos años había vagado por el mundo en busca de respuestas. Quizá esa noche hubiese tenido suerte:

-¿Quién va? -dijo.

Me llamaban. Adios a mi bienvenida tranquilidad... Pero tampoco queria ser arrogante con todo aquel que se me acercara. Iba a estar bastante tiempo en Isten Darah, asi que no me queria granjear enemistades nada mas empezar. Me volvi hacia el vampiro y lo mire friamente, como siempre.

-Mas bien deberia preguntar yo, ya que estaba aqui primero.

Aquella respuesta desconcertó a Mabuse. Hacía más de cien años que no conversaba con nadie. Mientras sus palabras brotaban de su garganta, descubrió que su voz sonaba como la de un extraño:

-Puede llamarme Ambrosio Mabuse, aunque hace siglos que aquel hombre está sepultado en este cuerpo inerte. Ahora no soy más que una sombra en la noche, un engendro condenado a vagar sin consuelo. Tan sólo busco respuestas... ¿Acaso sois vos como yo un vampiro?

Su forma de hablar me dijo que era un vampiro bastante antiguo, asi que decidi mostrarme algo mas educado. Por muy prepotentes que fuesen los demonios con los que habia convivido durante tanto tiempo, no habian conseguido conragiarme su mala educacion.

-No, no soy un vampiro... Soy un angel caido, Khaos.

-Nunca creí que Dios existiese, y mucho menos los ángeles. Curiosa forma de burlarse tiene el altísimo, cuando gusta en regodearse en la desgracia de sus criaturas. Vos que habéis tenido trato en los cielos tal vez podáis responderme: ¿Acaso es cierta la leyenda de Caín? ¿Acaso Dios convirtió al hijo de Adán en vampiro por matar a su hermano, y todos sus descendientes cargamos con su maldición?

-No te puedo decir que sea verdad o mentira, pero a nosotros en su dia nos dijeron que si-le dijo con una sonrisa picara. Parecia que el vampiro sentia curiosidad por los origenes de su especie.

-Pero... disculpad mi desmedido interés. Tal vez le importuno con demasiadas preguntas. Permítame una última cuestión -Mientras hablaba Mabuse comprobó que las telarañas que habían entorpecido su mente comenzaban a desvanecerse y empezaba a hablar con la misma fluidez de antaño -¿Qué le ha traído a este oscuro rincón del mundo?

-Vengo buscando a un demonio amigo mio, se llama Kiren y los ultimos rumores decian que estaba aqui, en Isten Darah...-le respondio sentandose a la orilla del rio, para contemplar sus rojas aguas-. He de admitir que tiene buen gusto para fugarse, este lugar es muy bonito, y tiene cosas muy curiosas.

Mabuse permaneció en silencio durante un rato; su mente se revolvía como las aguas encarnadas del río de sangre. Su semblate taciturno oscureció aún más cuando oyó las palabras del ángel.
-Yo también marcho en busca de alguien -dijo-; a través de los siglos he escarvado en los más sórdidos rincones del mundo para encontrarle...
El vampiro volvió a callar como si su mente hubiese volado lejos de allí, y hubieron de transcurrir un par de minutos antes de que regresase.
-...Él me la quitó, se la llevó de mi lado para siempre...