Con una rosa...

(Vienen de Aquí)

Esta bien no podía evitarlo…estaba completamente aterrorizada…le daba tanto miedo que algo saliera mal o que simplemente Lawrence hubiera cambiado de idea y no se presentara…que el asa de su bolso…parecía apunto de quebrarse entre sus manos que no cesaban de retorcerlo…

Llevaba uno de sus vestidos favoritos…bueno uno de los pocos que tenia…aunque en ese ultimo año…se le había quedado algo justo…realmente había crecido mucho en esos meses…era de gasa en tonos rojizos, llevando debajo una tela negra que se le ceñía a la cintura y delineaba las curvas de mujer que ya tenia…se había recogido el pelo en un moño…y gracias al hechizo de conservación que aprendió con el libro que cogio en la biblioteca…logro que la rosa de Lawrence no se marchitara y la llevaba puesta en el recogido haciendo juego con su ropa…

Miro el reloj una vez mas casi había llegado media hora antes…pero ella era así solía llegar siempre antes…se mordió los labios…y miro a los lados a la espera de verle llegar por alguna esquina…

Lawrence apareció en su mercedes-benz negro descapotable, dando la nota al ir él ataviado con un elegante traje propio del siglo XIX, todo negro excepto la camisa verde oscura. Bajó del coché y se puso el sombrero de copa y cogió su bastón. Con una rápida mirada al cielo comprobó que su astro enemigo aun estaba por ahí amenzando y con una mueca se sacó del bolsillo unas gafas de sol y se las puso.

Cuando llegó a la puerta del cine sonrió. Allí estaba ella, igual de puntual que él. Y muy nerviosa, por lo que parecía.

- Hola, Melissa.- saludó casi en su oido. Se apartó para verla mejor.- Estás preciosa. Ese color te sienta de maravilla.- dijo a sabiendas de que era el color de la sangre. Disculpa.

Se asomó a la taquilla y compró dos entradas de una pelicula de terror, pero del psicológico. Pues si veían una muy sangrienta la tentación de saltar sobre ella se incrementaria demasiado. Cuando volvió a su lado se fijó en que Melissa portaba la rosa en el pelo. Una rosa que ya debería haber empezado a marchitarse.

- ¿Es un hechizo?- comentó divertido alzando una mano para acariciar la flor.

De nuevo sucedido todo demasiado rápido…estaba esperándole cuando de pronto apareció halagándole…le sonrío pero antes de que pudiera decir nada…el vampiro había ido a sacar las entradas…

-No es justo…no quiero que pagues tu todo…me sabe fatal...

Dijo poniendole morritos...

Había ahorrado algo de dinero haciendo de canguro para sus vecinos, y como no, lo llevaba encima…claramente no le agradaba que la gente pagara sus cosas, se sentía como si les utilizara…entonces Lawrence le pregunto por la rosa…y ella sonrío completamente dichosa…

-Si…después de destrozar unas cuantas flores de mi jardín…cuando me asegure de que había aprendido correctamente el hechizo de conservación…lo aplique en ella…es demasiado hermosa como para que se marchite…además así practico un poco de magia, del libro que tome prestado el otro día…

Estaba claro que esa muchacha era una “Crack” de la magia...puesto que el hechizo de conservación no era nada fácil, y además lo había dominado en apenas 3 días…

- Por muy bien situada que estés economicamente, no pienso permitir que pagues en nuestra primera cita.- le informó mientras se quitaba los guantes y se los llevaba al bolsillo. - Por cierto, me he tomado la libertad de reservar una mesa en un restaurante conocido, pero está algo lejos de aquí. Espero que no te importe subir en mi coche.

Le dedicó una amplia e inocente sonrisa y después alzó las cejas asombrado por lo del hechizo. Si era del libro que se llevó, era magia bastante avanzada.

- Yo conozco algo mucho más hermoso.- susurró acariciándole ligeramente el hombro. La miró con picardía.- Ojalá supiese hacer ese hechizo. Lo usaria contigo y te meteria en una urna de cristal para toda la eternidad, para que nadie te perturbase. Así siempre estarias conmigo.

Echó una rápida mirada a los horiarios.

- Bueno, basta de utopias. Deberiamos entrar o no cojeremos buenos asientos.- 'en el rincón mas apartado y oscuro de la sala' terminó la frase para sí mismo.

Puso morritos pero enseguida se le paso mirando de reojo el lujoso coche…

-No…creo que no me importa…

Isten Darah era una ciudad en la que bastantes seres tenían gran cantidad de dinero y claro esta de coches caros…pero ella, casi solo los veía en pintura…el único medio de transporte a parte del autobús era la moto de su hermano…y solo montaba para ir al colegio o en alguna urgencia…

Reacciono de nuevo al darse cuenta de que Lawrence había dicho “Nuestra primera cita”…poniéndose de nuevo algo colorada…cosa que aumento ante el halago que siguió refiriéndose a ella…

-Si me guardaras en una urna de cristal…lo pasaría demasiado mal de saber que nos separa algo…

Se mordió los labios sorprendida de si misma por ese comentario demasiado atrevido…pero la prisa del vampiro por coger buenos asientos le salvo…

-Si…si claro vamos…

La respuesta de Melissa ante su juego le sorprendió mucho. Realmente, aquella chuca ya no era una niña tímida. Supuso que también seria gracias a su hermano, quien estaba haciendo un gran trabajo al enseñarle a defenderse sola. Aunque prefería que ella no tuviese la necesidad de defenderse de él, por lo menos durante aquel día...

Sonrió y le puso una mano en la espalda, para invitarla a entrar.

La enorme sala estaba llena de gente y algunos se sorprendieron al ver al apuesto bibliotecario de la ciudad en compañia de la joven hechizera prodigio. Sobretodo por lo hermosa que iba ella y por la sonrisa atrevida que le brindaba él cada vez que la miraba.

Entregaron las entradas a un chico joven, el cual miró con suspicacia al vampiro antes de indicarles la sala de proyección a la que debían dirigirse.

- ¿Se pensarán que te estoy tendiendo una trampa para alimentarme en su cine?- comentó divertido mientras agitaba la cabeza, alucinado. Su locura fría surgió unos segundos, reflejándose en sus ojos, los cuales se tornaron un poco más oscuros. Si no fuese porque no queria separarse de la muchacha en todo el rato, iria a buscar a aquel cretino y entonces sí cenaria pero bien.

Melissa suspiro…sabia perfectamente que Isten Darah era una ciudad llena de prejuicios, Ien y ella ya los habían sufrido en numerosas ocasiones…

-¿Sabes? Una noche…un demonio vino a nuestro barrio y estuvo apunto de matar a un niño de apenas 6 años…el hijo de nuestra vecina…entre Ien y yo, logramos aniquilarlo y salvamos al pequeño, sin embargo, su madre nos dijo que quería que nos fuéramos de ese lugar…que los cazadores, solo hacíamos que enfurecer a los nocturnos…

Su rostro se notaba triste y dolido…esa noche marco algo doloroso en ella…

-De veras no podía creer lo que estaba escuchando, esa mujer hubiera preferido dejar morir a su hijo a que nosotros estuviéramos ahí…quiero decirte, que en esta ciudad…los prejuicios son tan notables como irrelevantes, todos van en contra de todos, sean vampiros humanos o demonios…así que, por que un acomodador, piense mal de ti…no dejes que estropee la velada, a mi…

Se mordió los labios nerviosa, cogiendo tímidamente la mano de Lawrence con la suya que desprendia un agradable calor…

-A mi, me agrada estar con tigo….y solo espero, que esto, sea al menos la mitad de agradable de lo que son nuestras conversaciones…y ahora vamos a sentarnos, que la película va a comenzar…

Le sorpendió más el saber que entre ella y su hermano hubiesen exterminado a un demonio que el hecho de que la mujer se lo agradeciese de aquella forma tan fría, pues como decía Melissa, la ciudad estaba llena de prejuicios.
La miró de reojo y vio que ponía muy mala cara. Por muy fuerte que ella fuese, debía ser una chica muy sentimental. pues otro habría mandado a la mujer a paseo.
Sintió su mano sobre la de él y bajó la mirada, sonriendo. Entrelazó sus dedos con los de la muchacha e intentó animarla un poco.

- Si quieres puedo ir a casa de tu vecina y decirle que yo, como 'nocturno', no siento ninguna furia cuando te veo.- le acarició el dorso de la mano con el pulgar. En otros siglos aquel gesto habría sido muy atrevido por su parte en una primera cita, pero Lawrence se acostumbrada rápido a los nuevos tiempos. Excepto en su gusto para vestir...

Entraron en la sala y la penumbra les invadió. Otro acomodador se acercó apresurado con una linterna para guiarles, pero el vampiro le hizo un gesto educado con la mano y se señaló su propia vista. El hombre asintió y se retiró.

El vampiro la llevó hasta los dos sillones más apartados.

- Así podremos conversar también.- se excusó con malicia, invitándola a ocupar el sillón del lado de la pared.

Sintió la suave caricia de su pulgar en el dorso…y a pesar de que los dedos de Lawrence eran fríos…esa zona se torna mas calida que antes…

-Tranquilo…simplemente la próxima vez que alguien intente atacar a su familia…cerrare los ojos mientras escucho música en mi cuarto…

Intentaba creerse a si misma pero estaba claro que ni mucho menos seria capaz…

Se dejo guiar por el vampiro, sentándose en la butaca indicada, saco de su bolso una pequeña bolsita de emanems de colores…

-Es que…son mi debilidad…adoro los de color azul…

Abrió la bolsita y se quedo mirando a Lawrence…

-¿Quieres…? de verdad que son deliciosos…

Cogio uno de color rojo…acercando un poco sus dedos con el dulce a los labios del bibliotecario…

-Mmm, has traido dulce.- comentó él divertido.- Aunque me temo que ya no soy capaz de apreciar mucho el sabor... Lo que mi paladar encuentra más dulce es la sangre de las doncellas vírgenes.- explicó.- Y cada vez es más dificil hacerse con un manjar así. Tienes que conformarte con la sangre vieja y estropeada de los criminales.

Sonrió, fijando su vista en la gran pantalla, la cual se iluminó y empezaron los anuncios. Ni el mismo se estaba creyendo aquello. Estaba claro que casi siempre se alimentaba de aquella escoria de la humanidad, pero era bastante caprichoso y si necesitaba otro tipo de sangre, la tomaba y punto, ya fuera niño, mujer, hombre o anciano.

Sintió los dedos de Melissa sobre sus labios y sacó ligeramente la lengua para tomar el dulce y llevárselo dentro. Lo saboreó mientras la mirada complacido por aquel gesto.

- ¿Los azules? Yo creo que preferiria los marrones, puesto que tienen menos conservantes y colorantes. Pero ahora me aficionaré a los rojos.

Metió la mano en la bolsilla de la muchacha y sacó otro rojo, llevándose a la boca mientras el guiñaba un ojo, travieso.

Melissa parpadeo un par de veces…escuchando lo que acababa de decir Lawrence algo anonadada…realmente se le había olvidado casi por completo la especia a la que pertenecía su acompañante…retiro la mirada de la suya…observando la bolsita de dulces en su mano…

-¿Eso soy yo…?¿Una virgen mas de la que alimentarte?...

No sonaba atemorizada…ni siquiera asustada…sino completamente dolida…cerrando los ojos con fuerza en un intento de que no se le humedecieran…mordiéndose la lengua con fuerza hasta incluso hacerla sangrar sin pretenderlo, para no hablar mas…o al menos…intentar que no saliera ningún sonido de entre sus labios…

Se volvió hacia la chica, extrañado ante aquella reacción. Aunque por dentro sonreía. Ese comentario había sido para ver su reacción y estaba siendo bastante satisfactoria. Le apartó los mechones de la cara con una mano mientras con la otra le levantaba la barbilla con suavidad y hacia que girase el rostro hacia él, para mirarla a los ojos. Ojos que encontró más hermosos que nunca, brillando a causa de las lágrimas que luchaban por emerger.

- Melissa. En ningún momento he pretendido estar contigo por tu sangre. No todos los vampiros nos dedicamos a engañar a las jóvenes de esa manera. Solo he dicho que ese tipo de sangre es la más dulce. Y aunque necesite un increible autocontrol, no te la robaré a ti.- se acercó más, adrede, para que ella sintiese su aura sobrenatural y atrayente que tanto caracterizaba a los de su especie.- ¿No me crees, acaso?- terminó con una media sonrisa maliciosa.

No es que no le creyera no se trataba de eso, sino que ella había visto y sufrido tantos engaños, que temía recibir otro, y mas viniendo de Lawrence en quien por suerte o desgracio, confiaba demasiado…

Cogio la mano que sostenía su mentón y la guío hasta hacerla posar en sus sonrosadas mejillas, abriendo los ojos que ahora se hallaban en un tono mucho mas liquido que nunca, dándole completo aspecto de océano sin fin…

-Si…te…creo…

Musito algo entrecortadamente con el aliento a dulce y sangre en sus labios a causa de la mordida que antes se había propinado a si misma, dejando caer una única y pequeña lágrima que se encamino por su pómulo…

La mirada de Lawrence vagó hacia los labios de la muchacha, donde horrorizado vio la mínima gotita de sangre. Era la primera vez que sentía que no llevaba las riendas con una persona, pues deseaba tomar aquel manjar, pero sabía que no podía. No debía. Cada vez consideraba más valiosa a la chica y si la tomaba a la fuerza la perderia antes de empezar. ¿Pero por qué le costaba tanto resistirse, si era una simple gotita? Tenia más 500 años y se suponía que sabía controlarse perfectamente.

Una lágrima cayó entonces, en su campo de visión y alzó la mirada casi agradecido, aunque seguía estupefacto.

- Deberiamos prestar atención a la película.- susurró confuso, mirando los ojos de la chica, en una mala escusa por quitársela de la cabeza durante un rato.

Melissa agacho la cabeza al escuchar aquello…tragando saliva y con ella la escasa sangre que había salido antes en la mordida…limpiando la lagrima que aun resbalaba por su mejilla…

-¿Te has enojado con migo verdad?...

Musito temiendo que así fuera, pero suspiro y alzo el mentón en dirección a la reproducción frente a ellos…intentando mantener la compostura…

-Tienes razón…nos la perderemos…

No pudo evitar soltar una carcajada corta al escucharla hablar. Aquello ya le parecía surrealista. Melissa podía estar en esos momentos rozando la línea de la muerte y aun así su mayor temor era que él pudiese estar enfadado, cuendo lo único que queria era evitar tener esos pensamientos con ella.

- ¿Como puedo estar enfadado con alguien como tú?- le susurró al oido al tiempo que le pasaba una mano helada por la mejilla, en el lugar donde hacía un momento caía la última lágrima.- Además, hemos venido a divertirnos ¿no? No hagamos un mal recuerdo de este momento, princesa.

Entrelazó su mano con la de ella y le besó los dedos lentamente, guiñándole un ojo.

Melissa cerro los ojos de nuevo, suspirando algo aliviada por que el no estuviese enojado…

-Lo siento, se que soy una cría…y de seguro esto no será tan importante para ti como para mi, pero solo quiero que no salga mal, y al menos poder seguir hablando con tigo mañana..

Le sonrió en una mezcla de dolida y broma…alzando un poco el rostro para darle un casto beso en la nariz…mirándolo luego con algo de travesura…

-Si…veamos la película, a ver si tienes tan buen gusto en el cine como con los libros…

Se acurruco un poco en el, con las mejillas ardiéndole de vergüenza, pero recostó levemente la cabeza en su hombro sin soltar un instante los dedos entrelazados de Lawrence…embriagándose de la esencia del vampiro…

La muchacha empezaba a confundirle mucho con aquellas palabras dulces e inocentes y sus atrevidos gestos, como el besito en ela nariz o apoyarse sobre su hombro y cogerle la mano. Lawrence se rascó la sien e intentó concentrarse en la película, pero cada dos por tres la miraba de reojo. Miraba sus cabellos, su piel, su rostro. Estudiaba el efecto que la película estaba causando en ella, si parecía asustada, aburrido, entretenida...

¡Por el amor de una madre! Es una humana, no puedes encapricharte de ella. Tu relación con Melissa solo te gusta por los beneficios que sacarás en un futuro de ella dijo una voz en su cabeza. Él debía de hacer caso a aquella voz sabía, la cual venía de la parte más práctica y racional de su subconsciente. Pero por aquella vez no lo hizo, sino que apretó con fuerza la mano de la chica y se acercó para susurrarle, intentando parecer tranquilo.

- Si la protagonista decide subir ahora esa escalera creo que no se encontrará nada bueno arriba.

La pequeña sonrió ante ese comentario, sintiendo pequeñas cosquillas en su oído a causa de la helada respiración de Lawrence

-Si…pero resulta, que las protagonistas de este tipo de películas, suben las escaleras, sin ningún tipo de armas, siempre tan ingenuas…yo hubiera cogido al menos un spray antivioladores…aunque tampoco me hubiera hecho falta…le haría levitar hasta que su culo de violador se churrascara con los alójenos…

Sonrió al vampiro tornando a mirar la película, no parecía tener miedo, aunque si es cierto…que se sobresaltaba en algunos sustos, de hecho cuando salio de pronto el asesino tras la puerta, pego un pequeño bote casi imperceptible para los demás, pero claramente notable ante el bibliotecario, aferrando su mano un poco mas fuerte sin percatarse…

La risita helada del chico resonó en el oido de ella ante aquella explicación.

- ¿Un spray? Si esas cosas existiesen en el cine, no habrían películas de este género, me temo.- Le apretó más la mano y después la miró algo asombrado ante aquel botecito que dio en la silla. ¿Se había asustado? ¿Solo con un humano loco que rebanaba miembros? Y allí estaba, sentada al lado de un vampiro...- Eres muy rara.- bromeó con una sonrisa.

-Si cierto…seria demasiado fácil dejarle ciego y clavarle su propio cuchillo…

Entonces escucho su comentario Melisa le miro inflando los mofletes enfuruñada…como si fuese una niña pequeña malhumorada…

-¿Por qué dices eso?...no es verdad…

- Claro que es verdad.- siguió susurrando él.- Eres una gran hechicera. Sabes que podrías con ese hombre si apareciese esta noche en tu casa. Y aun así te sobresaltas con la película.

Volvió a reir por lo bajo y un hombre, sentado delante se giró y les chistó para que cayasen. La mirada glacial que le lanzó el vampiro le hizo tragar saliva y con un suave carraspeo volvió su vista hacia la gran pantalla.

- A veces ser un vampiro tiene sus ventajas.- comentó con orgullo y medio en broma.- La gente te respeta solo porque tu color de piel es blanco ceroso, por miedo a que vayas a atacarles en el instante en que giren una esquina estando solos.

-No me he asustado, solo me ha pillado desprevenida lo rápido que ha salido…

Se escuso aunque ella sabia que ese botecito…si había tenido parte de miedo…
Miro la escena que dio a Lawrence autentico aspecto de monstruo de película…pero a ella le resulto gracioso…no el hecho de que tuviera la posibilidad de devorar a ese hombre…sino el imaginar al vampiro…escondiéndose tras un cubo de basura para acechar al del asiente frente ellos…

-Si…supongo que tienen sus ventajas…

Dijo riéndose un poco por lo bajini…

El chico la miró con suspicacia.

- Ya... te ha pillado...desprevenida.- su mente empezó a maquinar deprisa, pues aquello podía ser un punto débil para ella y una ventaja para él. El vampiro era muy rápido y sigiloso, al fin y al cabo. Pero solo era una suposición, claro. Melissa probablemente solo le decía aquello como escusa a su miedo por la película.

Vio que ella se reía con picardía y aquello lo encontró una vez más adorable. ¿Se daria cuenta ella del impacto que producia en los hombres? Porque si era así, tendría que empezar a quitarlos del medio y aquello resultaba bastante agotador. Pero sí divertido...

- No quiero saber qué diablos estás imaginando ahora, porque creo que me puede traumatizar.- bromeó cuando ella terminó de reirse de lo que había pasado.

Melissa le sonrío picadamente, y acercándose a su oído para que el hombre de enfrente no volviera a quejarse…le susurro con su armónica voz…

-Es que…de imaginarte a ti con ese traje tan lujoso que llevas, persiguiendo a un hombre en un callejón oscuro lleno de basura y suciedad…como que no me cuadra mucho, desentonaría, tanta belleza en un rincón así…

Lo dijo tranquilamente, pero cuando ceso de explicare, se percato de que en realidad, le acababa de piropear sin pretenderlo, poniéndose de nuevo algo colorada…