Frío y dulce

Darah abrió mucho los ojos al escuchar aquello mirando el suelo y apretando los nudillos con fuerza…

-Nunca me lo dijiste…yo no lo sabía…_ susurro bajo cerrando los ojos y rememorando algunas de las escenas que había vivido con el_...lo siento…

Susurro con un enorme tono de arrepentimiento, dando un paso atrás de nuevo…

-Por eso quería alejarme de ti…por que te causo dolor Bal…no lo deseo pero así es…pero si quieres saber, lo que deseo ahora mismo…desde luego no es marcharme, aunque una vez más, es tu elección…¿Quieres que me vaya, aunque no sea lo que escoja?

-De verdad, Darah. No me importa-dijo con tono ausente y frío, mirándole sin inmutarse a la cara-. Haz lo que quieras, total es lo tuyo, ¿no? Qué más da lo que yo pueda decirte, o tu, si vas a pensar y actuar según un criterio que aún incumbiéndome vas a tomar como mejor te convenga.

Jugueteó distraídamente con la manga de su camisa, remangándola y volviendo a mirarle.

-Ya te lo dije, Darah, hace mucho que no pienso en ti, lo tengo más que superado, así que... quédate, o vete. Me trae sin cuidado.

El muchacho se acercó al sofá, cogiendo la tapa del bote del helado, mirándola un momento antes de tapar el helado y llevárselo a la cocina, abriendo el congelador para arrojarlo dentro y quedarse un instante observando la escarcha.

Cerró los ojos suspirando, sintiendo el dolor que le creaban sus palabras, pero aun mas, la frialdad con que las decía…vio como se iba a la cocina, quedándose mirando la escarcha, lentamente, entro tras él, apretando los puños…indecidido…airado consigo mismo…pero se inclino, abrazándole con suavidad por la espalda… con cariño y dulzura, aunque supiera que el hibrido estaba enojado con el…

-Lo lamento, siento todo el dolor que te he causado, yo…soy tan estúpido como antiguo…creí hacer bien…aunque no sea escusa, pero no me odies Bal te lo ruego…por favor…

Bal suspiró con suavidad. Dejó que le abrazase, aunque no correspondió al lazo.

-No puedo odiarte, Darah. Te quise una vez, y eso exisitió, no puedo hacerlo desaparecer aunque quiera. Tan sólo olvídalo como he hecho yo. Te sorprendería la facilidad con la que el mundo sigue girando después de todo.

El muchacho cerró el congelador y después se quedó quieto.

-Mañana tengo una entrevista de trabajo, así que me voy a ir a dormir ya. Puedes quedarte esta noche si quieres.

Trago saliva ante sus palabras, aun dolido por lo que decía…le giro haciéndole quedar frente a él, inclinándose para apoyar su frente en la contraria, con los ojos cerrados…

-¿No me tienes ninguna estima? ¿Ni…ni siquiera cariño…aunque sea como amigo?..._ no podía evitarlo en su interior rogaba que así fuera…que al menos todavía, le tuviera algo de aprecio…_

-Si no te tuviera ningún aprecio no te habría dado de beber en el callejón-dijo recordándole aquel momento en el que se veían después de tanto tiempo-. ¿No te parece?

El muchacho frunció el ceño, mirándole y torciendo suavemente el gesto antes de darle un suave golpe en el brazo.

-Ni te dejaría pasar aquí la noche. Anda, ve a acostarte, o algo. Ahora no tengo la cabeza para mantener una conversación...

Bal le observó un momento dubtativo, de reojo, y se separó de él para caminar por el pasillo hasta su cuarto iluminado por la tenue luz de las farolas que había en la calle, a través de la ventana.

Suspiro, más tranquilo aunque ni mucho menos relajado…le vio marcharse, acercándose de nuevo a él…

-¿Te importa si me ducho…? Yo…no quiero ensuciarte las sabanas pequeño…la ropa la puedo crear sin problemas…

-Puedes ducharte. Y comer algo más si quieres-le dijo mientras se iba derecho a uno de los armario sin encender la luz. No era necesario-. Pero por la mañana temprano antes del amanecer debo irme. Si te quedas... Sal por la ventana, no quiero dejar la puerta abierta.

Sin decir nada se fue directo al cuarto de bao, estando bajo el agua calida un buen rato tenia la cabeza hecha un lío y necesitaba aclararse además de que el agua caliente, le caldeaba un poco la piel...

Salio de la ducha creando unos pantalones cómodos, similares a un chándal, e hizo que su ropa, recuperara el esplendor de lo que antaño fue...dejándola doblada sobre la silla para el día anterior, se acerco al dormitorio de Bal, quedándose mirándole apoyado en el marco de la puerta...

Después de cambiar las sábanas por unas limpias y terminar de acomodar la cama sin hacerla del todo observó un instante al vampiro apoyado en la puerta.

-No tengo que decirte también que puedes acostarte, ¿verdad?-preguntó el muchacho adoptando de nuevo, lentamente su habitual tono amable, aunque no era el mismo ya-. Hay una confianza...

Camino hacia la cama colándose dentro de ella junta al pequeño, tornando a quedársele mirando...

-¿De que es la entrevista de trabajo? ¿Ya no te agrada el club?_ en realidad, se alegraría de que Bal dejara de trabajar ahí a sus ojos no era un lugar seguro...y mas conociendo todas y cada una de las infamias que habían sucedido_

Bal se tomó un momento antes de responder.

-Ya no trabajo ahí. Hubo un problema y... tuve que irme por la puerta de atrás-el muchacho se acomodó en la cama, doblando la sábana sobre la manta-. Además, nos tratan mal, no podía aguantarlo mucho más tiempo.

Darah suspiro observando al muchacho analizando sus gestos y palabras...

-No puedo negarte que me alegra que no estés ahí...pero me disgusta que estés sin empleo...si lo deseas, puedo ayudarte a conseguir alguna entrevista mas...podria hacer que te contrataran donde tu desees, pero se que te gusta ser independiente pequeño...

Por muy separados que hubieran estado, recordaba como era el menor, incluso añoraba, la dulzura con que antes le trataba, aunque, no podía reprocharle que ahora fuera así con el...

El muchacho le miró un momento y después se quitó un cojín de detrás de la espalda para poder tumbarse cómodamente, con las sábanas sobre el pecho.

-Está bien así, no creo que ahora tenga problemas... Trabajaría cerca del cementerio si llegaran a cojerme, y por allí a penas hay nadie-dijo como una exhalación, suspirando cansado y poniéndose de lado, dándole la espalda al mayor. No sabía si era demasiado agresiva su conducta, quizás en sus palabras describiendo el nuevo empleo estuviera reflejado que si le gustaba estar sólo. Sólo en aquel momento, quizás. Podría quizás perdonar después de haber olvidado, pero no sentía que pudiera ser aquella noche.

Darah se acerco un poco a el, acariciandole los cabellos con sutileza…solo una leve caricia…

-¿Por qué me das la espalda?...se que, estas enojado con migo, pero…yo…quiero enmendarlo…_ agacho el rostro apenado… fijandose en las sabanas…_¿Dime como…como puedo hacerlo?

El muchacho guardó un instante de silencio.

-Por muy dios que seas, debes aprender a dejar el pasado en el lugar que le corresponde. Si no se pudiera hacer eso yo ya me habría muerto de pena-dijo Bal con los ojos cerrados, tapándose mejor-. Sólo quiero dormir un poco antes del amanecer, y ahora no puedes hacer gran cosa. Descansa.

Darah se quedo en completo silencio, mirando la espalda del menor sin atreverse a decir nada mas…ni siquiera miro en la mente del otro…ni le toco…nada de nada, aunque deseara abrazarle, acariciar y darle cariño, aunque deseara recibirlo por su parte…pedirle perdón, y tener la amistad, que por su propia culpa, se había perdido…

Con los ojos cerrados repasó mentalmente todas las palabras que había pronunciado aquella noche. Sabía que habían sido hirientes, quizás en exceso, y no se arrepentía. Quizás podría sentir un leve remordimiento de haberlo dicho todo junto aquella noche, pero se había quedado mucho más tranquilo después de aclararlo.

-Iba a decírtelo-comentó entonces con la boca cubierta por las sábanas, en voz baja-. Pero entonces todo sucedió como sucedió, y decidí dejarlo pasar. De todas formas ya conocías mi éxito desastroso para las relaciones sentimentales.

Hizo ademán de estirar la mano para estrecharle, pero se detuvo a si mismo…pensando en todo aquello…pensando en lo que habría sucedido si esa noche se hubiera quedado a su lado…

-Esa noche…no quería irme…quería estar a tu lado…y deseaba que esa relación…funcionara…

Apenas se escucharon sus palabras, pero las dijo con sinceridad, y un claro pesar…

-Bal…mírame por favor…no me gusta hablar sin verte el rostro…

Después de vacilar un momento se giró entre las mantas sin desplazarse del sitio y asomó los ojos por encima de las sábanas color marfil. Le miró unos instantes.

-Creo que fue mejor así. El destino me hizo un guiño, e hice bien en responderle. Tu no eres para mi, Darah-dijo con suavidad en un leve suspiro. No me hice ilusiones, y no esperé nada extraordinario. Nada pasó, y me quedé igual. No tiene importancia.

Darah se acerco a el besando sus cabellos, con sutileza, apoyo la frente en la contraria, y le miro con los suyos de azul púrpura…

-¿Qué era lo que querías tu? Esa es la pregunta, fuera del destino, fuera de a quien pertenecía…fuera de todo…solo en tu cabeza...en tu necesidad…

-Me hubiera gustado que aquella noche... dejaras de ser tan amable a mis peticiones y te hubieras quedado a pesar de echarte. Y que llegara un momento en el que dijeras que querías estar a mi lado no sólo porque me querías como un simple amigo... Pero eso sólo eran fantasías mías, no sucedió así... Me conformo con lo que me trae el mundo, porque no puedo hacer planes. Nunca puedo estar seguro de que sucederá como yo quiero. ¿Para qué planificar nada?

El muchacho cerró los ojos y se dejó hundir en la almohada.

-Hace ya mucho de eso.

Suspiro…estrechándolo contra el, ya no podía mas, al menos necesitaba eso, acariciarle protegerle de lo que fuese aunque fuera de si mismo…

-Siempre he sido “hombre” de viejas costumbres…tal vez ese halla sido mi mayor error…nunca me acostumbre…y he estado demasiado tiempo…solo…en ese cementerio…

Bal deslizó una mano por la espalda del mayor, dándole unas suaves palmadas, como si tratara de reconfortarle de algún modo, o reconfortarse a si mismo quizás.

-Olvídalo ya, no tiene sentido seguir pensando en ello a no ser que tengas una máquina del tiempo-dijo sonriendo levemente con algo de amargura-. Debes descansar un poco. Después de dormir... todo se ve diferente.

Se rio por su pequeño chista, pero sin embargo no le solto…simplemente suspira, tornando a besar sus cabellos…

-No puedo dormir ¿recuerdas?...cerrare los ojos esta noche…pero no duermo pequeño…solo estare en silencio..¿A que hora tienes la entrevista?